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Cachondo.

No es tan fácil deshacerse
del recuerdo de alguien
que te marcó para siempre.

No se trata de solo aprender
a dormir solo ni de acostumbrarme
a lo cotidiano sin esperar
a que alguien me ayude a
librarme del estrés diario.

No es solo ver el espacio
vacío en la cama y el armario desocupado,
Porque tu sombra me lame las heridas,
los recuerdos me muerden la oreja
y bajan por mi cuello
hasta que el dolor
se ponga cachondo
y necesite de las caricias de tu adiós.
Pero no será imposible.

Aprenderé a reír sin sentir tu melodiosa
risa llenando mi habitación;
aprenderé a escribir
sin que una silueta perfecta
con tu nombre se intercale
entre mis líneas
y el papel tenga chorros
de lágrimas de tinta oscura por todos lados.

Aprenderé vivir sin ti
aunque no quiera soltar tu sombra;
le diré a mi luz
que nunca exististe,
aunque me apagaste.

Roma. © II EN FÍSICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora