Al día siguiente los alumnos no tuvieron clases y los desayunos fueron servidos en sus Salas Comunes. Nadie tenía permitido salir de su Sala Común, salvo los profesores que estuvieron toda la mañana haciendo guardia en la enfermería, esperando a ver si Alicia, quien seguía inconsciente, despertaba, y sacaban los cuerpos que quedaban al jardín para quemarlos a todos. Una vez acabada la tarea, Alicia seguía inconsciente en su camilla, con las heridas vendadas, con un aspecto terrible, como si una pandilla le hubiese caído a golpes (cosa que no era muy distinta a la realidad) pero al seguir desmayada, los profesores se reunieron en el Gran Comedor sin ella, aunque Umbridge si estaba incluida en la reunión.
-Colegas- comenzó Dumbledore.
Todos los profesores estaban sentados en su habitual mesa, solo reorganizaron las sillas, y Dumbledore estaba en la cabecera, mientras que Umbridge estaba en la otra.
-Lo que sucedió anoche es algo que ninguno de nosotros se estaba esperando.-
Todos asintierion.
-Sin embargo,considerando el tipo de hechizo que fue, y que no se han recibido ningún tipo de registro de ataques de mortífagos en la zona cercana a ésta, temo decir que esto ha sido un trabajo de adentro. Alguien entre nosotros tiene la suficiente magia para haber conjurado este hechizo y dejado a Alicia inconsciente.-
Todos observaron la silla vacía al lado de Minerva.
Siguieron discutiendo, echándose la culpa unos a los otros, insistiendo en quien había sido, o en utilizar Veriseratum para demostrar quien había sido el culpable, cuando Umbridge se puso en pie.
-Es impresionante lo mucho que ha decaído la seguridad en Hogwarts. Dumbledore, te creí un hombre capaz de manejar una escuela pero ahora veo que no lo eres. Cuando estudié aquí te vi como un hombre que era responsable, que tiempos aquellos, Hogwarts era otra cuando fui estudiante.-
-Los tiempos han cambiado- siseó Snape.
-Y la grandeza de muchos decae, Dumbledore es inaceptable lo que ha sucedido y todo es culpa tuya y de Alicia, quien tenía que prevenir que estas cosas sucedieran.-
Todos estuvieron a punto de pararse a hablar, cuando se escuchó una carcajada del otro lado del salón y al voltear, ahí estaba Alicia, recostada de una pared, con el rostro masacrado por los golpes, como todo su cuerpo en realidad. Tenía un ojo con un moretón, un rasguño vertical que pasaba por su otro ojo, el labio roto, la nariz con un moratón de lado, marcas en su cuello, y todos sus brazos vendados y el torso igual, bajo la camisa.
-Qué descarada.-
Todos se quedaron sin aliento al verla despierta y ahí parada.
-A...alicia- susurraron Minerva y Snape a la vez con un hilo de voz.
Alicia con paso firme se acercó a Umbridge.
-Dolores, que casualidad que de todas las noches sea la de ayer que todo el colegio está reunido excepto tu, y nos hayan atacado Inferis, criaturas de magia negra controladas por un mago o bruja con ese poder.-
Umbrdige levantó el mentón hacia ella.
-Alicia, no pensé que despertarías.-
-¿Sinceramente? Yo tampoco. Pero aquí estamos.- Alicia seguía acercándose hacia ella sin demostrar dolor, más bien más firme que nunca. -Como decía, tu fuiste la única que no estaba aquí anoche antes, durante, y después del ataque de los Inferis.-
-Estaba enferma.- se defendió Umbridge.
Alicia rió.
-¿Qué insinúas, Alicia? ¿Que yo fui la culpable? ¿Estás diciendo que soy una mortífaga?-