Se había dado la reunión entre Lucius y Albus y se había acordado que aquel día llegarían los Dementores a Hogwarts. El anuncio se hizo en el desayuno, y todos los chicos se vieron nerviosos, sobre todo los que no sabían conjurar su Patronus aún. Alicia había hablado con Dumbledore y volvería a hacer una clase colectiva para que todos aprendieran a conjurar un Patronus mientras los Dementores estuviesen en Hogwarts.
-¡Muy bien, chicos!- exclamó, viendo a todos los chicos ahí parados, más los profesores que habían querido participar. Observó que entre estos no se encontraba Snape.
“Debe tener otros asuntos que atender” pensó.
-Como ya saben, tendremos la compañía de los Dementores para mejorar la seguridad del colegio por orden del Ministerio. Estas criaturas no tendrían por qué molestarlos, pero, no son confiables, no podemos asegurarlo, por lo que daremos esta clase hoy, para enseñarles cómo defenderse contra ellos. Los Dementores son unas de las criaturas más despiadadas del mundo mágico. Parecen fantasmas y se alimentan de la felicidad de los magos y brujas. En Azkaban, una de las peores condenas que existen es el llamado “Beso de Dementor” el cual absorben el alma del mago o bruja por completo y el cuerpo queda como un recipiente vacío. Las señales que indican que podrían estar cerca es ver todo oscureciéndose y todo congelándose. -
Entre todos los chicos corrió un murmullo nervioso y lleno de temor.
-Pero, hay un hechizo que funciona para protegernos de tales criaturas. Su nombre es el Encantamiento Patronus. Es una magia muy poderosa y muy ligada a lo personal, a nuestras almas. Tanto así, que los mortífagos, por sus corruptas almas, no pueden conjurar un Patronus. Por esta razón estas criaturas custodian Azkaban, y por esta razón, custodiarán ahora Hogwarts.- hizo una pausa. - Los patronus al comienzo son incorpóreos, parecerían una especie de nube blanca que sale de la varita. A medida que comenzamos a tener más edad o más experiencia, comienzan a volverse de una forma específica, de un animal o criatura que tenga que ver con nuestra forma de ser. -carraspeó.- Se conoce de magos que tenían un patronus y al conocer a alguien que aman, su patronus se transforma para parecerse al de su pareja. -
Maldijo en su cabeza por recordar aquello, pues el Patronus de Snape seguía siendo una cierva por Lily Evans de Potter, la mujer que siempre amó, inclusive después de la muerte, hasta que se conocieron.
-Ahora bien, hoy espero solo de los de quinto, sexto, y séptimo año un encantamiento Patronus corpóreo, pues tienen experiencia para ello. De cuarto año hasta primero, bastará con un Patronus incorpóreo. No hay un movimiento de varita específico para este encantamiento, tan solo pronunciar la frase “Expecto Patronum” con firmeza y… aquí viene lo más difícil. El encantamiento solamente será efectivo si pensamos en cosas buenas. Recuerden que los dementores son la tristeza en persona, por lo que debemos vencerlos con felicidad. Entre más fuerte sea el recuerdo, más efectivo el Patronus. Piensen en su familia, en sus parejas los que las tengan, en la primera vez que hicieron algo que les encanta, en un momento especial para ustedes. ¿De acuerdo?-
Todos los estudiantes asintieron.
-Pues, muy bien.-
Alicia alzó su varita. En su memoria apareció la memoria de un paseo por un bosque cuando ella tenía dieciséis, pasando su brazo por el hombro de Minerva. Luego apareció riendo con su hermana mayor en su casa durante unas Navidades. Y por último, vio la mirada orgullosa que le dedicó Minerva el día que la nombró Prefecta de Gryffindor.
-¡EXPECTO PATRONUM!-
De la varita de Alicia salió un potente rayo azul, y se materializó una leona que rugió y corrió por todo el Gran Comedor, sobre las cabezas de todos los presentes. Los alumnos soltaban gritos de exclamación.
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