Alicia se encontraba en una de las gradas del campo de Quidditch. Observaba a los chicos de Slytherin entrenar contra los de Gryffindor. Los chicos de Slytherin habían perdido a uno de los cazadores por una lesión y el chico dijo que no quería jugar más, por lo que estaban buscando a un nuevo cazador o cazadora. Observaba a los chicos y sonreía, dándoles consejos a los chicos de Gryffindor. Snape y Madame Hooch supervisaban a Draco haciendo las audiciones para los aspirantes al puesto, y en las gradas, Harriet lo observaba con una suave sonrisa, orgullosa de su novio como capitán del equipo de Quidditch.
Su sonrisa desapareció cuando vio a Melanie entrar en el campo con una Saeta de Fuego en la mano.
-¿Qué hace ella aquí?- inquirió en voz alta.
Draco se encogió de hombros.
-De verdad no lo se.-
Melanie se sentó en la escoba y subió hacia donde estaban Draco y los demás.
-Escuché que están haciendo audiciones para Cazadores. Yo jugaba en el equipo de Beauxbatons.-
Draco frunció el ceño.
-No sabia que Beauxbatons tenía equipo de Quidditch-
Melanie asintio.
-Si tenemos, quizás no tan bueno como los de ustedes pero si jugamos.-
Draco le hizo un gesto a los otros dos cazadores.
-Veamos que tal juega.-
Ambos chicos asintieron, cogieron la Quaffle y comenzaron a volar.
-¡Intenta quitarselas! - gritó Draco volando hasta el lado de Harriet y sentándose a su lado.
-¿Vas a meterla?- inquirió.
Draco se encogió de hombros.
-La verdad es que prefiero a tres hombres de cazadores, dos de los cazadores de gryffindor son mujeres. No quiero copiarles la estrategia.-
Harriet asintió y ambos observaron a Melanie hacer todas las pruebas que le pidieron. Cuando hubo terminado, Melanie se fue y Draco con una risa vio a Harriet.
-¿Y tú no quieres unirte?-
Harriet rió y negó.
-No, por favor.-
Draco pasó un brazo por sus hombros.
-¿Y un paseo aéreo? ¿Te animas?-
Harriet se puso en pie de un salto. -me encantaria.-
Draco cogió su escoba sentándose en ella, y le hizo un gesto a Harriet para que se sentara detrás de él. Ella asintió, se sentó y abrazó su torso.
-¿Lista?
Harriet beso su mejilla.
-Lista.
Y con un salto de Draco despegaron, dando una vuelta sobre el campo de Quidditch y comenzando a volar por los alrededores del castillo.
Alicia sonrió al verlos despegar, pero su sonrisa fue interrumpida por una abrupta sensación.
"No, no no no..."
Soltó un quejido de dolor, sintiendo como su brazo izquierdo comenzaba a quemar. Algo serpenteaba bajo su piel y el dolor iba en aumento.
"Es... hora..." escuchó en su cabeza.
De pronto, Snape estaba a su lado, tomándola del otro brazo para levantarla y comenzando a caminar lejos de ahí, casi que arrastrandola.
-Tenemos que irnos, ahora- le susurró y Alicia ahogando un quejido de dolor, asintió.
-Cambiate.- gruñó Snape.
Alicia entró a su habitación, cambiándose a una ropa enteramente negra, dando tumbos por la habitación por la velocidad a la que intentaba desvestirse y volver a ponerse las prendas, sin importarle que Severus estuviese ahí. La marca tenebrosa ya se veía en su brazo y comenzaba a quemar aún más.
-Apúrate- siseó él.
Ella le lanzó una mirada asesina.
-¿Quieres callarte la boca, Severus?-
Snape alzó una ceja en silencio.
Ninguno podía evitarlo, estaban tremendamente nerviosos. ¿Una reunión tan repentina y sin previo aviso? No era una buena señal.
Cuando Alicia se vio al espejo, suspiro. Llevaba un holgado pantalón con cadenas colgadas de los bolsillos. Unas botas hasta sus rodillas con broches que subían por sus pantorrillas luciendo como hebillas, de un aspecto muy punk. Un corsé de cuero con un atrevido escote y una capa negra de terciopelo. Vio a Snape en el reflejo del espejo y cerró los ojos.
Segundos eternos pasaron, y cuando Alicia abrió los ojos, todo estaba en su lugar, Snape seguía observandolo fijamente, pero ella ya no estaba frente al espejo, en su lugar estaba otra mujer. Era por lo menos cinco años mayor que Alicia. Pálida y fría como un cadáver, con la piel tersa y sin un solo tatuaje. Alta y realmente delgada, sus extremidadess casi esquéleticas. Los lisos cabellos de la mujer, los cuales poseían un volumen que enmarcaba su fino rostro, eran de un color rojo sangre, brillando bajo la luz de las velas y la que se filtraba por las ventanas, y sobre su rostro pálido caía un mechón negro azabache. Su rostro era fino, de pómulos muy pronunciados. Labios finos pero oscuros como si la mujer sufriera de hipotermia, ojos de aspecto felino, maquillados con sombras negras, haciendo resaltar el inusual color de su iris. Eran de un rojo sangre, igual que sus cabellos, de miradas penetrantes, intimidantes, frías y asesinas.
Alicia soltó un fuerte resoplido al terminar de convertirse en su otra identidad, con la mirada clavada en su marca tenebrosa, la cual no dejaba de serpentear. Snape tenía un pequeño jarrón en sus manos y lo extendió hacia ella.
-Polvos flu-
La chica asintió, tomó un puñado de la arena pálida y entró en la chimenea.
-Nos vemos allá-
Snape asintio. Ella suspiró profundamente y exclamó:
-Wiltshire!-
Y entre una explosión de llamas verdes, Alicia convertida en otra mujer, desapareció de Hogwarts.
