capitulo 16

3 0 0
                                    


Domingo, 1 de junio - Martes, 10 de junio

Tras seis meses de infructuosas elucubraciones, una brecha se abrió en el

caso Harriet Vanger cuando Mikael, un día de la primera semana de junio,

encontró tres nuevas piezas del rompecabezas, dos de ellas gracias a su propio

esfuerzo y, la tercera, con un poco de ayuda.

En cuanto Erika se marchó, Mikael cogió el álbum y se puso a mirar las fotos,

una tras otra, durante muchas horas, intentando dar con lo que le había producido

aquella zozobra. Al final, dejó el álbum y empezó a trabajar en la crónica

familiar.

Uno de esos días de principios de junio, Mikael fue a Hedestad. Iba absorto en

pensamientos completamente distintos cuando el autobús en el que viajaba enfiló

Järnvägsgatan y, de repente, descubrió qué era lo que había estado madurando

durante tanto tiempo en su cabeza. Surgió como un relámpago en medio de un

cielo claro. Se quedó tan perplejo que continuó, sin darse cuenta, hasta la última

parada, junto a la estación de tren. Luego regresó inmediatamente a Hedeby

para confirmar que su memoria no le traicionaba.

Se trataba de la primera fotografía del álbum.

La última instantánea que existía de Harriet Vanger se había sacado aquel

fatídico día en Järnvägsgatan, precisamente en esa misma calle de Hedestad,

mientras presenciaba el desfile del Día del Niño.

Esa imagen desentonaba con el resto del álbum. Había ido a parar allí porque

pertenecía al mismo día, pero era la única de las más de ciento ochenta fotos que

no se centraba en el accidente del puente. Siempre que Mikael y, suponía, todos

los demás miraban el álbum, eran las personas y los detalles del puente lo que

captaban su atención. Una foto de la muchedumbre de Hedestad observando el

desfile del Día del Niño, varias horas antes de los decisivos acontecimientos, no

tenía nada de particular.

Sin duda, HenrikVanger habría mirado la instantánea miles de veces, dándose

cuenta con nostalgia de que nunca más volvería a ver a Harriet. Tal vez le irritara

que la foto estuviera hecha a tanta distancia que Harriet Vanger no fuera más que

una persona entre un mar de gente.

Pero no fue eso lo que hizo reaccionar a Mikael.

La foto se había sacado desde el otro lado de la calle, probablemente desde

una ventana de la segunda planta. El objetivo gran angular capturó la parte

frontal de uno de los camiones del desfile. Sobre la plataforma del vehículo unas

mujeres con brillantes trajes de baño y pantalones bombachos repartían

golosinas. Algunas parecían bailar. Por delante del camión saltaban tres payasos.

La chica del dragón tatuadoWhere stories live. Discover now