Miércoles, 19 de febrero
Si Lisbeth Salander hubiera sido una ciudadana normal, sin duda habría
llamado a la policía para denunciar la violación en el mismo momento en que
abandonó el despacho del abogado Bjurman. Los moratones en el cuello y la
nuca, al igual que la firma de ADN que acababa de dejar con las manchas de
esperma sobre su cuerpo y su ropa, habrían constituido una prueba de mucho
peso. Incluso si Bjurman hubiera intentado escurrir el bulto diciendo cosas como
« ella estuvo de acuerdo» , « ella me sedujo» o « fue ella la que quiso
chupármela» y otras declaraciones por el estilo que los violadores suelen alegar
sistemáticamente, el abogado habría sido culpable de tantas infracciones a la ley
de tutela de menores que, inmediatamente, le habrían quitado la custodia
administrativa que tenía sobre ella. Bastaría una simple denuncia para que a
Lisbeth Salander se le asignara un abogado de verdad, con buenos conocimientos
sobre las agresiones contra las mujeres; esto, a su vez, llevaría tal vez a una
discusión sobre la verdadera naturaleza del problema, es decir, la declaración de
incapacidad de Lisbeth Salander.
Desde 1989 y a no existe el concepto de « incapacidad legal» para las
personas adultas.
Hay dos maneras de ejercer el tutelaje: con un tutor y con un administrador.
Un tutor actúa de forma voluntaria prestando ayuda a personas que, por
diferentes motivos, tienen problemas para apañárselas en su vida diaria, pagar las
facturas o cuidar de su higiene personal. Por lo general, se designa como tutor a
un familiar o un conocido. Si tal persona no existiera, son las autoridades sociales
las encargadas de designarlo. El tutor ejerce una forma leve de tutelaje en la
cual el principal afectado —la persona declarada incapacitada— sigue
controlando sus bienes, y en la que las decisiones se toman de mutuo acuerdo.
El administrador ejerce una forma de control bastante más estricta, donde el
sujeto en cuestión es privado de su derecho a disponer de su dinero y a tomar
decisiones en diferentes asuntos. La formulación exacta significa que el
administrador asume todas las competencias jurídicas del interesado. En Suecia,
hay más de cuatro mil personas con administradores. Las razones más
frecuentes suelen ser una enfermedad psíquica manifiesta o una enfermedad
psíquica combinada con graves abusos de alcohol o narcóticos. Una pequeña
parte está configurada por individuos que padecen demencia senil. Un número
sorprendentemente alto de los que se encuentran bajo la custodia de
administradores está constituida por personas relativamente jóvenes: treinta y
cinco años o incluso menos. Una de ellas era Lisbeth Salander.
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