Mi respuesta positiva parece descontrolarlo, pues vuelve a besarme, esta vez con más ímpetu, casi rayando la desesperación. Su boca me consume, me engulle y su lengua busca la mía, su desenfreno me quita cualquier duda que pudiera haber tenido. Willburn sabe delicioso, nuestro beso es más que placentero, es húmedo y dulce, es duro y me enciende.
Se convierte en una pelea por el control, por ver quién domina al otro. Cada vez que estiro su cabello suelta un gemido que suena como gruñido y me pone de los nervios, cada vez que amasa mi trasero y me pega a su erección se me escapa un suspiro. Ninguno gana, los dos estamos perdidos.
Él amasa mi culo, está totalmente concentrado en esa parte de mi cuerpo, tanto que el vestido se sube un poco y sus dedos empiezan a rozar mi ropa interior. Al parecer lo nota, pues gime y rompe el contacto durante un segundo. Se zambulle en mi cuello, ladeo la cabeza para darle espacio, su lengua en mi piel y su respiración pesada hacen que se me levanten los poros.
Sus manos se deslizan dentro de mis bragas, me estruja y yo creo que sus dedos me dejarán marcas.
Asciende lamiendo, mordiendo y besando mi cuello, estoy en blanco, solo puedo sentir cómo me toca, cómo me besa, él lo hace como si hubiera estado esperando este momento. La adrenalina me recorre, mi corazón bombea a toda velocidad, creo que saldrá volando por mi boca en cualquier momento.
—Me moría por hacer esto —susurra frente a mi oído—. Lo deseaba.
—¿En serio? —logro preguntar, no sé de dónde ha salido esa voz ronca que parece un quejido.
—Joder, sí. —Gruñe—. No sabes cuánto, me vuelve loco pensar que estaré dentro de ti.
Hay intensidad en su confesión, así que supongo que es verdad. No puedo imaginar a un tipo como él deseando algo, no cuando tiene a una fila de chicas dispuestas a cumplir sus caprichos. Pero, pensándolo bien, tal vez pueda creerle. Después de todo, ha aguantado mis burlas, me llevó a un lugar seguro cuando estaba borracha y no puede mantener sus manos quietas, siento la desesperación de ambos chisporroteando por la oficina.
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Maldición Willburn © ✔️ (M #1)
RomanceEn las calles se cuenta una leyenda: Rowdy Willburn no sabe querer porque ya no tiene corazón, es una maldición. * * * Giselle está rota, tiene cicatrices, pesadillas y un pasado que no puede recordar. Sus padres adoptivos le dieron un hogar, pero...