Prefacio

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IMPORTANTE ANTES DE LEER:

⚠️Hay contenido que puede ser delicado para otros: adicciones, violencia, abusos, trastornos psicológicos. Recuerda lo importante que es la salud mental, busca ayuda profesional si la necesitas⚠️  

Es normal si no entiendes el prefacio, lo entenderás a lo largo de la historia.

NO necesitas leer otra historia para entender MALDICIÓN WILLBURN

Aparecen y se mencionan personajes de Gardenia y Begonia. 

"EL PRÍNCIPE QUE NO TUVO SU FINAL FELIZ" es parte del prefacio. 


* * *

Hojeé el librito de color azul, se sentía familiar, ya conocía la sensación de tenerlo entre mis manos. No era extraño que lo sintiera tan mío, raro habría sido no sentirlo como mi otra piel después del dolor con el que había plasmado cada letra. Era lo más cercano a un recuerdo, lo único tangible que tenía para recordar mis sentimientos, para no perder el suelo.

Cansado, dirigí mi mirada hacia la chica a mi lado, contemplé las suaves ondas de color fuego. Mis dedos picaron, quería tocarla, así que me aferré a las notas para no sucumbir al deseo, no estaba listo para dejarlo. Ella se dio la vuelta y murmuró algo incomprensible, las sábanas abrazaban el cuerpo desnudo en el que me había perdido la noche anterior, y casi todas las de los últimos meses. La visión me sobrecogió.

De pronto, me sentí perdido y culpable.

El problema no era la perfecta mujer de cabello rojo, estaba seguro de que en otras circunstancias me habría enamorado de ella; pero yo había entregado mi corazón hacía mucho tiempo y esa persona ya no se encontraba cerca para que me lo regresara.

Leí, esperando que se apaciguaran las llamas que empezaban a consumirme, aunque ya me sabía las oraciones de memoria:


«Tenía cáncer de piel, mi mamá me obligaba a asistir a las sesiones de quimioterapia. Yo no quería ir porque dolía y me hacía llorar. No me gustaba sentir que podía morir, ella lloraba todo el tiempo cuando creía que estaba dormido. Siempre me sentaba en la misma silla y miraba el techo decorado con peces colgantes. La medicina me arrebataba todo, era como si un fuego me consumiera y el humo opacara lo que alguna vez tuve en mi vida. Todo era un paisaje difuso hasta que te vi.

Entraste a la sala con una bata azul, igual a la mía, un gorrito ocultaba ese cabello que desconocía. Eras bonita, demasiado, no voy a negarlo; eso fue lo primero que pensé. Tus ojos eran grises, tanto que casi no podía distinguirlos. Pero eso no era lo que más me incomodaba, lo que me pareció desconcertante fue lo mucho que me gustó tu sonrisa.

Te observé de cerca, no podía despegar mis ojos de ti. Era como si un imán me estuviera obligando a mirarte. Quería hacer otra cosa, pero era eso o ver las pupilas tristes de mamá, así que te elegí. Te sentaste con una muchacha que te tomaba de la mano, ella no lloraba, tú tampoco. La enfermera Mildred colocó tu medicina, pensé que harías un escándalo como muchos otros, como yo hacía en ocasiones; pero tú no lo hiciste, te mantuviste quieta y con los ojos cerrados. Te dolía, lo sabía, seguramente mucho. Solo apretaste la mano de la chica castaña y enfrentaste tu primera quimioterapia. Supe que eras genial.

Al día siguiente volviste y pasó exactamente lo mismo, el único gesto de dolor era una mano que se volvía blanca mientras apretaba otra. Me pregunté si algún día te romperías, parecías una heroína de las historietas con ese semblante duro e inquebrantable. Luego vi una lágrima descender de tu pómulo, te rompiste. Tu dedo índice fue directo a la gota para arrebatarla con júbilo, tus comisuras se alzaron tan despacio que aun ahora puedo recordar lo mucho que te costó hacerlo, pero sonreíste y volviste a cerrar los párpados. Cuando yo lloraba solo gritaba y me enojaba con todos, jamás sonreía. Me sentí diminuto, eras más fuerte que yo. La mujer maravilla me pareció una mujer normal, tú eras más maravillosa.

Maldición Willburn © ✔️ (M #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora