Antes de leer este capítulo asegúrate de haber leído el anterior, pues hoy actualicé dos veces.
Llegar a su casa, la de las flores amarillas, me trae recuerdos agradables. Esta vez, al descender de la camioneta, un perro gigante se acerca a toda velocidad. Row lo espera y se carcajea cuando Groot se lanza hacia él, se para en dos patas y apoya las delanteras en su amo.
Le acaricia sus orejas. El perro ladra y lloriquea de la emoción, su lengua cuelga y mueve la cola. Es hermoso, me hace recordar a Beethoven, el perro San Bernardo de la película.
Doy un paso, el ruido hace que se alarme. Sus ojitos me encuentran y casi puedo jurar que se ve confundido, mira a Row y luego a mí. ¿Le está pidiendo una explicación? Eso parece. Me provoca una risita.
—Es mi amor, amigo, sé bueno con ella —dice.
Su elección de palabras hace que mi corazón se acelere. Row rodea la camioneta para venir conmigo, por lo tanto, Groot también viene y se sienta frente a mí, me analiza, un segundo después está olfateándome. Su cola lentamente se mueve, sobre todo cuando llega a mis tobillos y zapatos, creo que se pone feliz porque puede oler a Rocket, quien se restregó varias veces.
Se ve contento cuando vuelve a mirarme, veo la intención antes de que pase, va a saltar y creo que no estoy preparada para recibir a tremendo dinosaurio, pero Row está detrás de mí estabilizándome, impidiendo que caiga. Groot se para apoyando sus patas en mí y ladra. Acaricio sus orejas como Row hizo antes, cosa que parece gustarle.
Intentamos varias veces caminar a la entrada, pero él salta a mi alrededor. Es muy grande y me da un poco de miedo que vaya a tumbarme. Me inclino para acariciarlo, esta vez en su cabeza. Él vuelve a ladrar y lame mi mano. Se queja tan pronto me alejo. Me carcajeo, Groot parece encantado y dispuesto a no dejarme avanzar, lo que hace que Row resople.
—Suficiente de acaparar a mi novia, amigo, búscate la tuya.
Como si entendiera, él lo mira y le gira la cabeza, indignado se hace a un lado y nos deja pasar.
Me reiría si no estuviera más impactada por sus palabras y cómo me siento al escucharlo. Antes me habría asustado al grado de marcharme corriendo, pero en este momento no quiero escapar, al contrario, quiero acercarme y pedirle que lo repita.
—¿Tu novia? —pregunto.
—Mi novia —repite, decidido.
Espera a que le reclame, pero me quedo callada y empiezo a caminar hacia la casa. El lugar es justo como lo recuerdo, el interior es tan sencillo y frío que no parece un sitio apropiado para él.
Cruzamos la sala y vamos directo a la cocina. En el centro hay una isla en donde se encuentra la estufa, también una especie de barra, pues hay bancos altos.
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Maldición Willburn © ✔️ (M #1)
RomanceEn las calles se cuenta una leyenda: Rowdy Willburn no sabe querer porque ya no tiene corazón, es una maldición. * * * Giselle está rota, tiene cicatrices, pesadillas y un pasado que no puede recordar. Sus padres adoptivos le dieron un hogar, pero...