Duele.
Duele mucho.
Mi cuerpo es como una bomba que punza, no puedo soportar el dolor, siento que explotaré en cientos de fragmentos.
Ya viví algo parecido hace un año cuando todo era oscuridad en mi vida, solo que esa vez nadie estaba a mi lado, nadie murmuraba palabras de amor en mi oído para darme ánimos, nadie apretaba mi mano.
Ese acto tan simple me hace sentir amada y protegida.
—Tranquila, cariño, estás a salvo.
Su voz es un eco lejano, es dulce y calma mi desesperanza.
Él está bien.
Él está conmigo.
Intento verlo para confirmar que no estoy imaginándolo, pues una parte de mí teme que todo sea un sueño, me aterra despertar y seguir siendo la persona que fui alguna vez.
Uno de mis párpados no se mueve, no me responde, y el otro es demasiado pesado. Todo lo que logro ver es un nubarrón de luz, sombras difusas, siluetas.
Abro la boca para hablar, sin embargo, no encuentro mi voz, mi lengua pesa y mi garganta arde.
—Descansa un poco —dice su voz—. Estoy aquí. Estaré aquí siempre.
Estoy tan cansada.
Quiero dormir.
Voces en algún lugar dicen mi nombre.
No duele. Ya no.
Pero siento que floto.
Estoy tan medicada que no sé si estoy soñando o si de verdad puedo escucharlos.
—Ella está herida, Rowdy —dice papá—. No puedes tomar en serio sus comentarios porque quieren herirte, no permitas que lo consiga. Lo único que pude ver en la sala de espera fue su rabia hablando. Es doloroso para mí también porque la amo.
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Maldición Willburn © ✔️ (M #1)
RomanceEn las calles se cuenta una leyenda: Rowdy Willburn no sabe querer porque ya no tiene corazón, es una maldición. * * * Giselle está rota, tiene cicatrices, pesadillas y un pasado que no puede recordar. Sus padres adoptivos le dieron un hogar, pero...