—Estoy contenta con el progreso que hemos hecho, ¿tú qué piensas? —pregunta Vivian.
—La verdad es que nunca me había sentido tan bien. Es como si ya no tuviera cargas en la espalda, estoy más tranquila, es la primera vez que en tantos meses no tengo pesadillas y puedo dormir. El otro día pude bañarme con agua tibia, fueron pocos minutos, pero estoy contenta.
—Los pequeños pasos son los que nos llevan a éxito, así que aplaude cada uno de ellos. Estoy muy orgullosa de tu esfuerzo y la fuerza que has demostrado, que te hayas comprometido y decidido creer en la terapia, Giselle. —Hace una pausa corta—. Seguiremos trabajando una vez que salgas, nos veremos cada dos semanas, pero te daré mi número para que me llames por si tienes alguna emergencia antes de la cita.
Hay una ceremonia cada vez que dan de alta a alguien, hoy no es la excepción, parten un pastel y me dan una medalla. Algunas personas aprovechan para comer, se acercan y me felicitan, aunque no tienen idea de quién soy, es muy gracioso, la verdad.
Me topo con una cara conocida cuando me doy la vuelta, no lo espero, por un momento la sorpresa es tal que me quedo quieta con la boca abierta. Entonces el pánico sube por mi garganta.
—¿Le pasó algo a Will? —le pregunto porque no se me ocurre otra razón por la cual pueda estar aquí.
—No, no —se apresura a responder. Angel agacha la cabeza y suspira, se tarda un momento en volver a enfrentarme, cuando lo hace veo una sombra de vergüenza en sus ojos—. Lamento venir así sin avisar, si estás ocupada puedo verte luego.
De reojo mira a la gente que nos rodea y espera paciente por su rebanada de pastel. Yo niego, ahora curiosa por su presencia. Nunca fui cercana a él, siempre sentí lejanía entre nosotros.
—Está bien, puedo hablar ahora. —Se queda callado un minuto, viéndose incómodo—. Podemos ir a un lugar menos concurrido.
Esa idea parece agradarle, pues asiente con la cabeza, la tensión de sus hombros se va. Lo llevo hasta una salita, hay algunos internos, pero están en sus mundos, no se inmutan cuando escogemos nuestros asientos.
Angel está frente a mí, cabizbajo, cierto aire melancólico lo rodea.
—¿Pasa algo? —pregunto
Él vuelve a asentir, levanta la cabeza y me mira.
—Sé que hice mal juzgándote, no suelo comportarme así.
—Sé por qué lo hacías, me contaron la historia del chico...
Me interrumpe.
—No fue por eso. —Respira profundo y continúa—. Vi algo en ti, ahora lo sé, me di cuenta y... No quería que estuvieras cerca porque me hacías recordar lo que me duele.
—Lo lamento, yo...
No termino de hablar porque no sé qué decir.
—Pude verlo en tus ojos, el dolor, el mismo que yo siento y tú... Parecía que lo manejabas bien, eras todo lo que yo no, pero explotaste. —Su voz tiembla. Extiende su mano y toma la mía, le da un rápido apretón antes de soltarme—. Lamento tanto haber sido tan egoísta, quería que lo supieras, que puedo entenderte más que lo que crees.
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Maldición Willburn © ✔️ (M #1)
RomanceEn las calles se cuenta una leyenda: Rowdy Willburn no sabe querer porque ya no tiene corazón, es una maldición. * * * Giselle está rota, tiene cicatrices, pesadillas y un pasado que no puede recordar. Sus padres adoptivos le dieron un hogar, pero...