Manon

19: Our Family Birthday

—Y todo fue bien hasta Mayo...

Los meses siguientes a la inesperada cena fueron una gran sorpresa para las tres jóvenes, especialmente por que, para sorpresa de las tres su familia se había unido, incluyendo a Ellea y a Cate.

Sin embargo, y apesar de los dos agradables meses que tuvieron en un principio, el caos fue desatado cuando finalmente sus madres aceptaron su relación ante el público.

—¡¿De verdad?! -reclamo la menor dejando una serie de revistas en su escritorio– ¡Días antes de mi cumpleaños! ¡¿No lo pensaron acaso?!

—¿En donde está Edith?

—Ni lo menciones...

El viaje de trabajo que casualmente había surgido una semana antes para Edith había comenzado su furia, principalmente por el gran distanciamiento que ambas habían tenido y la paranoia que la mayor de las Luthor tenía en torno a la relación.

—... Se fue...

—No creo que ella te esté engañando, Éli. -Atlana mencionó.

Paranoia.

—Ese no es el problema ahora. -Cate murmuró masajeando sus sienes– ¿Cómo se supone que cancelé las invitaciones a un día de la fiesta? ¡Fiesta que principalmente yo no quería!

Atlana suspiró: —Bien, toda tuya Karen. Iré con las chicas. -la pelirroja palmeo la espalda de la asistente de su hermana saliendo rápidamente del despacho.

—¿Alguna idea Karen?

—El que Manon este enferma podría ser una buena excusa. -la joven murmuró tímidamente.

—No, no... Mi madre nunca haría eso, no lo hizo cuando yo estaba en el inter... -Cate sonrió levemente– pero yo no soy mi madre.

Cate giro sobre sus talones fijando la mirada en el gran ventanal con vista su jardín, suspiró al ver todo lo que la organizadora había colocado todo y el dolor de cabeza nuevamente regresó.

—Cancela solo los que no sean nuestra familia cercana... Y por favor dile a la organizadora que regrese todo lo que no sea necesario para 100 personas, que no se preocupe por la tarifa.

Su asistente asintió tomando notas en la tableta que siempre cargaba con ella.

—Y Karen... Puedes tomarte tres semanas de vacaciones en cuanto nuestras galas terminen.

Cate sonrió al verla asentir y seguidamente retirarse. Regresó a su gran silla de piel y reviso vagamente el teléfono.
Ninguna llamada.
Las ganas de aventar el teléfono contra la pared la inundaron y justo cuando se disponía a hacerlo, la puerta de madera de abrió dejando a la vista los rizos de cabello cobrizo.

—¿Mami?

Cate bajó la mano con el teléfono en ella y suspiro sonriendo levemente.

—Ven corazón...

Su madre la alentó para que entrara y se sentará en sus piernas.

—Estas muy roja... ¿Tienes fiebre también?

Cate abrió ampliamente los ojos colocando la palma de su mano en la frente de su primogénita, comprobando que, en efecto, la pequeña tenía temperatura. La tomó entre sus brazos y salió de su despacho en dirección a su habitación

—¿Mami?

—Necesitas descansar cariño. -murmuró Cate besando su frente y recostandola en su cama.

—¿Podré usar el vestido rojo que Catherine me regalo? -Manon cuestionó sonriendo tímidamente.

—Espero que si mi pequeña -Cate respondió colocando toallas frías en su frente–, vamos, duerme un poco... Estaré aquí cuidando de ti.