13: To The Moon And Back.

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2 meses después.

Los sollozos de Manon destrozaban el alma de Cate quien la acunaba en sus brazos.

—¿Qué ha pasado? -Cuestionó Atlana llegando a su lado.

—Los niños en la escuela la han vuelto a molestar. -Susurró la joven madre– Por lo de Nathan.

Cate pudo ver la furia apoderarse de su hermana, pero solo pudo negar con la cabeza en señal de que no era el momento.

—Vamos mariposa. Todo está bien ¿si? -su tía le murmuró acariciando sus cabellos– ellos no saben nada G, tú papá no te abandono por que él quizo.

Pero la pequeña sólo alejó su mano moviendo bruscamente la cabeza.

—Tengo que ir a el hospital mamá, tengo guardia nocturna el día de hoy. -Murmuró Lana.

—Vete, Leo hoy tiene clases extra. -Le respondió Cate– Yo cuido de ella, no te preocupes.

La pelirroja asintió no muy convencida y salio de ahí dejándolas solas. Los llantos de la pequeña no cesaron, y Cate podía sentir su blusa empapada por sus lágrimas.

Como me apena el verte llorar
Toma mi mano sientela
Yo te protejo de cualquier cosa
No llores más aquí estoy.

La mujer de ojos azules comenzó a cantarle a la pequeña que yacía en sus brazos.

Frágil te ves dulce en verdad
Quiero abrazarte te protegeré
Esta fusión es irrompible
No llores más aquí estoy.

Los latidos del corazón de su madre y escucharla cantar comenzaron a relajar a la más pequeña.

En mi corazón, tu vivirás
Desde hoy será y para siempre amor
En mi corazón no importa que dirán
Dentro de mi estarás siempre.

Las lágrimas de la más pequeña disminuyeron así como los sollozos y las sacudidas a causa de el llanto.

—¿Porqué lo hacen? ¿Porqué son así? -Cuestionó la pequeña aún con la cabeza hundida en el pecho de su madre.

—Ellos no lo entienden cariño, papá no te dejo por que fuera su decisión, él te amaba aún sin conocerte y daría todo porque él estuviera aquí contigo, ahora.

—Él me amaba ¿cierto mami?

—Mas que cualquier otra cosa en este mundo. -respondió su madre sintiendo como su corazón se rompía levemente– Y estaría muy orgulloso de ti, no le gustaría verte llorar.

—Él quería que fueras feliz mami y yo te veo feliz con Edith.

Explicarle quien y que era Edith para ella había sido toda una aventura, de hecho lo había dudado en su momento y por ello había esperado que las cosas entre ambas fueran más formales, habían hecho un video entre las tres y buscado varias imágenes de sus madres, Atlana y Leonore le habían ayudado con la explicación que al final Manon comprendió con la simple razón de que su madre la amaba.

—Lo soy. -Afirmó su madre– Vamos, recuestate.

La pequeña se hundió entre sus cojines navideños y se aferro a el santa de peluche mientras veía a su madre. Eran los inicios de diciembre y apesar de que en Australia se encontraba el verano en su apogeo sus hijas habían insistido en decorar la casa, esas fechas no eran gratas para la joven madre así que evitaba festejar a toda costa.

Habían pasado tanto en esos casi tres meses; Atlana y Leonore habían cumplido un año más de vida y por ello las cuatro habían viajado a Roma, la pequeña de cabello azabache había retomado el contacto con sus madres y a pesar de que había tratado de ayudar para que sus dos hermanas lo hicieran ambas se negaban a ello, ni Atlana ni Cate estaban listas.

Cate pudo ver como la pequeña de ojos verdes comenzaba a quedarse dormida así que siguió cantando mientras la cubría con una manta verde. Cuando su respiración fue lenta y pesada ella se levantó de la cama y salió de su habitación cerrando la puerta con cuidado.

Suspiro frustrada antes de limpiar sus mejillas, acomodar su pantalón y bajar las escaleras e ir en busca de su libro para poder leer cómodamente en el sillón de su salón, sin embargo alguien ya la esperaba ahí.

—Pensé en entrar pero me fue imposible dejar de escucharte así que preferí no interrumpir.

—¿Así que estuviste espiando eh? -Cate preguntó levantando una ceja– Muy mal Vivian.

—Lo sé. -Afirmó ella cuando Cate se acercó para besarla tiernamente– Felices dos meses.

¡¿Dos meses?!
¿Ella de verdad le estaba dando un regalo por dos meses de relación? Ella ya no estaba en la primaria para hacer eso.

—No importa si lo olvidaste -comentó rápidamente la mayor–, ordene una reservacion para cenar.

—Oh no, hoy no es un buen día cielo. -respondió ella– No puedo dejar sola a Manon.

—¿los niños en la escuela nuevamente? -Cuestionó Edith.

—Yo no se que hacer, me parece más adecuado cambiarla de colegio. -Murmuró Cate sentándose en su regazo– Lamento no tener ningún regalo para ti.

—Mi regalo eres tú.

—Pero que cursi eres. -Cate comentó riendo.

—Pero me amas así.

—Oh, claro que lo hago. -Murmuró la menor besándola fugazmente– Hasta la luna y de regreso.

Edith soltó una risa antes de Besarla.

—Mañana tengo que viajar a New York y no tengo la más mínima idea de con quien dejar a Manon y a Leo. -Musito frustrada la menor– Lana tiene guardias nocturnas esta semana así que no puedo dejarlas con ella y bueno, ni Marina, ni las chicas o las nanas podrían con ellas dos...

—Mamá estaría encantada en cuidarlas. -Edith respondió rápidamente– La harías muy feliz.

—No se si sea una buena idea corazón.

—Vamos Cate, ¿qué podría pasar?

La menor dudo un momento.
¿Qué podría pasar?

—Nada malo puede pasar. -Respondió dudativa– Está bien, la dejaré mañana por mañana.

—¡Maravilloso! -Edith exclamó besándola rápidamente– Todo va a estar bien.

Al menos eso esperaba.

—Oh Manon... Que conocieras a Catherine ha sido de las mejores decisiones que pude haber tomado en ese momento.

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