18: Please

677 57 8
                                    

Ese día lloro por la noche desconsolada en abrazada a la almohada, Edith y sus viajes lograban que estuviera sola mucho tiempo. Sin embargo, a la mañana siguiente se levantó de su cama y después de un buen baño salió de su casa hacía el trabajo como si todo fuera de maravilla en su vida.

Los días pasaron, las semanas corrieron y el cambio de mes llegó tan rápido como cuando el sol se oculta y la luna se hace presente por la noche en el cielo estrellado. Marzo había llegado.

Aquél día la empresa Luthor estaba de cabeza, el desfalco de 12 mil de dólares tenía a todas las personas ansiosas y desesperadas... Especialmente por el demandante trabajo que la líder había requerido.

—Catherine...

—Finalmente es mi problema en que gasto mi dinero. -La joven empresaria respondió indiferente.

La sala de juntas quedó en silencio.

—Es nuestro dinero también. -reclamo el accionista.

—El 10% de su dinero el cual en lo absoluto lo han perdido -corrigió tajante la joven rubia–... El dinero que se ha perdido ha sido de mis cuentas familiares y no... Un hospital el cual nos está generando miles de ingresos al mismo tiempo que ayuda a la gente no es un gasto estúpido como lo has llamado...

—Élise... -Cornelio trato de frenarla.

—Nadie de ustedes vendrá a decirme como manejar una empresa -bramo ella–, no cuando la he mantenido a flote por cinco años, cuando aumente las ganancia y la metí en la número uno del país y en el ranking mundial.

—Necesitas de nosotros. -Otro hombre trato de intervenir.

Cornelio cerró los ojos negando, no era posible que le acabarán de decir eso.

—No con lo que mis cifras muestra en este momento. -Cate le sonrió cínicamente– Quien desee vender sus acciones o quitar sus ingresos de la compañía saben donde se encuentra la oficina de mi secretaria... No tardaré en encontrar a alguien mas.

Con un leve movimiento de su mano las persianas se levantaron y la puerta de la sala se abrió dando por terminada la junta.

—¿Estas segura de lo qué acabas de hacer? -Cornelio le pregunto nervioso.

—Ellos no serán tan tontas o al menos no tantl como para irse de su mayor fuente de ingresos, ¿acaso no aprendiste nada de el abuelo?.

Ambos rieron levemente, Cate dejó un beso en su mejilla antes tomar la taza de café y llevársela a la boca para darle un sorbo.

—Cath... -Su primo interrumpió en la sala.

—¿Qué sucede Demetrius?

Murmuró tomando la taza de café entre sus manos.
Las juntas con los inversionistas y socios no habían parado para ella desde la mañana y lo último que deseaba era otro dolor de cabeza.

—Las personas no terminaran esos informes. -murmuró él.

—Está bien, yo te dejo. -Cornelio comentó levantándose y caminando hacia la salida no sin antes besar su mejilla.

—En cada área hay alrededor de sesenta personas trabajando, no estoy pidiendo un informe por persona, no me vengas a decir que no pueden hacer un informe que pedí desde las siete de la mañana. -el tono de voz empleado por su prima fue seco.

—Cath...

—Y no es el informe de un año entero, pedí de los últimos tres meses solamente. Así que Dem, no los justifiques.

La mirada que la joven empresaria le lanzó fue dura y determinante, no iba a cambiar de parecer.

—¡Mami!

Manon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora