16: Suprise, Suprise.

770 59 9
                                    

-Oh vaya... Definitivamente arruinaste su cumpleaños. -Lana trató de aligerar el ambiente- Bueno, relativamente lo hiciste. Ella fue feliz a pesar de todo.

Cate asintió riendo.

-Vaya... El cumpleaños número 5.

-Esplendido -Cate respondió-, en mi casa a las 3:00 pm. Nos vemos. Adiós.

Cate siguió tachando nombres de la lista, los cinco años de su hija serían celebrados en una fiesta con temática de Disney y absolutamente todas las personas que asistieran tendrían que llevar un disfraz.

La fabulosa fiesta que Cate junto a sus hermanas y la organizadora habían planeado era mucho mas de lo que la jovenes pudieron esperar, había inflabes, dulces, burbujas flotando por todo el jardín, globos con cada personaje de Disney, una alfombra de flores que era por donde los invitados entrarían, presentes y mucha comida.

-Quiero una fiesta de seis años. -Se quejo Lana al ver el resultado final- De verdad lo quiero.

-Te ofrecí una de 21 y te negaste, no fue mi culpa.

Atlana frunció el ceño haciendo una mueca de desagrado en su cara haciendo reír a la mayor. Su hermana de verdad se había lucido aquella vez, pero era de esperarse, era su pequeña princesa y su único recuerdo de Nathaniel, tenía que darle siempre lo mejor y cuidarla como su vida entera.

-No se como agradecerle a Fred lo que va a hacer. -Murmuró Cate en cuanto entraron el despacho de la mayor dentro de la casa- ¿Alguna idea?

-Se me ocurre una... pero te la diré mañana cuando hayas liberado todo tu estrés. -Atlana respondió.

-¿Cuál estrés? -La rubia preguntó indignada.

-A mi no me engañas mom C, todos estos eventos te estresan. -Confesó la pelirroja- Se que no te gustan los eventos grandes y el bullicio pero lo haces porque es necesario para las empresas... y por que quieres vernos felices a las tres.

-Eso es cierto, odio las fiestas y el bullicio, pero eso no significa que me estresen -Corrigió la mayor con una sonrisa- mas bien... Me abruman. De cualquier forma, ustedes lo valen todo.

Atlana sonrió acariciando su mano de la forma mas fraternal que pudo, ¿en que momento Cate había dejado de pensar y cuidarlas como una hermana mayor para cuidar y ver por ellas como una madre?.
La furia se apoderó de ella recordando la razón por la cuál estaban así.

-Lana... Lana tranquila. -Cate rodeo su escritorio para abrazarla- Oye, todo esta bien, no pasa nada, yo no que tú no me estresaria por ser un hada gorda. -Bromeo tratando de aligerar el ambiente para su hermana.

-Me vere tan bien vestida de Flora, no sabes lo que dices, C.

-Yo quería ser Maléfica. -Se quejó la ojiazul- Estupido Nathan ¿Porqué tenías que dejarme sola? -Cate miró fijamente la foto de él sobre su escritorio.

Ambas jovenes rieron tristemente, fue en ese momento que Atlana fijo su mirada en la mano derecha de su hermana la cuál se encontraba sobre su mano, encontrándose así con un anillo nuevo.

-Es el mismo. -Cate la había visto- Solo que era un poco ostentoso, mande a que lo cambiaran, es lindo ¿no?.

-Es idéntico, solo que mas pequeño, ¿Es el mismo zafiro?

-Sí, lo cortaron, de hecho lo demás es parte del regalo de Manon. Nunca podré olvidarlo Lana, siempre sera una parte de mi.

Lo sabía. Claro que lo sabía. No solo le pasaba a ella, a la familia entera le costaba aún la muerte de uno de sus seres mas queridos, pero ella, ella había perdido a su mejor amigo, a su compañero de vida, a su primer amor, a su esposo, a el padre de su hija, a su persona. Amaba a Edith, ella lo sabía, pero la huella de Nathan seguía ahí, fresca y latente a cada minuto.

Manon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora