10.2: You.

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---Tú...

---Cate...

---¿Qué haces aquí Edith? -Cuestionó rápidamente la menor-- Que yo recuerde nunca te envíe una invitación.

---Alguien mas lo hizo.

¡Maldita Leonore!

---No te enojes ¿quieres? Vengo en paz. -Trato de bromear la ojiazul, sin embargo, Cate no cedió-- Cate escúchame.

La joven madre alzó la mirada conectándose rápidamente con la mujer frente a ella, sus piernas flaquearon y sus manos comenzaron a sudar.

---Lamento todo lo que ha pasado a lo largo de estos cinco años Cate, lamento todo lo que hice a lo largo de estos siete años -Edith comenzó a hablar--, se lo mal que lo pasaste, con la bebé, tú sola, las empresas, nuestras madres. Lamento haberte dejado sola, pero estaba asustada.

She is the One estaba en sus últimos acordes.

---¿Qué podría ofrecerte? No tenía nada para darte, para darles a ambas. Lamento no haber mostrado mis condolencias cuando Nathaniel falleció y también haberte cabreado el día en que Giselle nació -ambas habían dejado de bailar--, pero te necesitaba, necesitaba saber que estabas bien, necesitaba estar contigo, necesito estar contigo.

Los hermosos ojos azules se empañaron debido a las palabras de la mayor.

---Desde el primer día que te conocí lo supe, Cate...

Forever Young de Alphaville logró que la menor perdiera todos los sentidos, su corazón comenzó a palpitar rápidamente y una presión en el pecho comenzó a dificultarle la respiración, las imágenes de hace cinco años llegaron a su mente como un flash logrando que la añoranza le jugara una mala pasa nuevamente.

---Dejame estar junto a ti nuevamente.

Pero Cate no respondió, solo podía pensar en una sola cosa, y era en el padre de su hija.
Dio media vuelta y se alejó corriendo, dejando a la joven de rizos rubios en medio de la pista, sola y confundida.

Al llegar a el balcón mas alejado que encontro soltó un largo suspiro tratando de regular su respiración, una copa con champagne se encontraba en su mano derecha, la cuál bebia pausadamente tratando de calmarse pero aún escuchaba aquella canción estando lejos de todo el bullicio.
Las lágrimas amenazaron con salir, pero ella las detuvo tomando otro poco del líquido en su copa.

---Tu madre no tomaba una sola gota de alcohol a tú edad -la joven de ojos azules se tenso al reconocer esa voz a sus espaldas-- salvo que estuviera demasiado tensa.

---Yo no soy mi madre. -Respondió la menor sin apartar la vista del frente.

---No, no lo eres. -afirmó-- Pero te conozco lo suficiente como para saber que en ese aspecto eres igual a ella.

Si la mente de Cate para ese momento era un desastre, al escuchar a su madre se volvió un caos aún peor.

Creía que se desmayaria ahí, en ese mismo instante.

---¿Ese es mi vestido?

---Hola Mamá. -Cate enfrentó a la mujer de ojos tan azules como los de ella.

---Hola elefantito -Cate respondió rapidamente-- he observado todo allá afuera, le dije que era una mala idea.

---Ella nunca escucha, es testaruda. -Respondió su hija.

---Élise escucha...

---¿Qué haces aquí? ¿En donde esta ella? -La menor fue seca y cortante.

---Nos hemos casado -La mujer rubia expreso feliz, pero su hija se mostro seria--, queremos solucionar las cosas.

---Es tarde, tres años tarde mamá.

---Cate...

---Es suficiente -respondió la menor mas para si misma que para la mayor--, necesito salir de aquí.

Dejo la copa en la superficie de color gris y se fue dándole la espalda a su madre. Caminó directamente a la sala de niños, pasaban de las once de la noche así que no se sorprendió al ver a su hija dormida sobre las piernas de Olympia la cuál también se encontraba rendida.

---Vamos cielo, es hora de irnos. -Cate susurró tiernamente para que Leonore se despertara-- Necesitan descansar.

Tomo a la pequeña Manon en sus brazos y a Pia de la mano, ambas se encontraban cansadas y necesitaban dormir, su excusa perfecta. Lo mas importante en la velada ya había pasado, el discurso, las subastas y donaciones así que ya podía retirarse, de verdad necesitaba salir de ahí.

---Vamos Pia, sube a la camioneta. -Cate la ánimo a que subiera primero-- Acomodate bien.

La adolescente de ojos avellana se fue hasta el último asiento en donde se dejo caer por completo haciendo reír a su hermana mayor, Cate por su parte acomodó a Manon de tal manera en que no cayera o se lastimara. Atlana ya se encontraba en el asiento del copiloto así que sin pensarlo, cerró las puertas traseras y tomo su lugar correspondiente.

---¿Tu organizaste todo? -Preguntó la pelirroja entre bostezos.

---Sí, algo así.

---Todo fue espectacular Caty, maravilloso.

La mayor se dedicó a darle una simple sonrisa, quería hablar sobre todo lo que paso adentró pero Lana no se encontraba en sus cinco sentidos y ella estaba demasiado cabreada para pensar en eso nuevamente.

---¿Cath?

---¿Si cariño?

---Eres la mejor madre del mundo, las tres somos afortunadas de tenerte. -Cate se sintió conmovida ante las palabras de su hermana-- Soy afortunada de tenerte.

Cate sonrió al mismo tiempo que reía, su hermana había bebido demasiado a su parecer y no fue para ella sorpresa que cuando llegaron a la casa y cada una se fue a su habitación la primera en caer rendida fuera la joven de ojos avellana.

La mayor de todas ahí termino de ponerse la pijama, se miró una última vez en el espejo de su armario y salió de ahí apagando la luz, para su sorpresa alguien ya había tomado posesión de su cama antes que ella.

---¿Hoy dormirás conmigo? -Preguntó Cate.

Manon asintió quejándose.

---¿Qué es lo que pasa realmente? -Su madre preguntó cuando ella se acomodo en su pecho.

Conocía lo suficiente como para saber que algo la atormentaba.

---Nonna Miranda me visitó hoy -Confesó la pequeña--, me abrazó muy fuerte y me dijo que me quería y que la perdonará ¿qué tengo que perdonarle?

---Todo el tiempo que no estuvo contigo supongo.

---Y también... -Manon dudo un poco antes de hablar nuevamente-- nonna Cate fue a verme, iba con una mujer de cabellos rojos como los de Lana, dijo que era nonna Elle ¿ella es mi otra abuela?

---Lo es. -Afirmó su madre tratando de procesar todo lo que su hija había dicho-- ¿Te agradó?

---¡Tiene los ojos como los míos! -Exclamó ella emocionada-- ¡Verdes! Me dijo que era muy linda, que me parecía mucho a papá ¿la volveremos a ver? No quiero alejarme de abuela Cate nuevamente.

---Estoy segura de que la veremos más seguido.

Manon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora