Amor de Aeropuerto - MeanPlan/2wish

Capítulo 19: Celos I

      Me acomodo en las sillas de espera. He llegado temprano, estoy algo nervioso, no sé muy bien porque, pero lo estoy. Me levanto. Creo que es peor esperar sentado, sé que me pondré a caminar como perdido, pero es lo que hay. Me dirijo al stand donde debería encontrarse Perth, él, en teoría, debería haber venido hoy, no sé qué haré si no lo encuentro, no he podido parar de pensar que el joven Attachitsataporn pueda estar celoso y que su objetivo sea yo.
  
       Miro en el pequeño espacio donde habría de estar y nada, hoy Perth no vino y yo no tengo a quien más molestar, no es como que pueda ir a emigración a fastidiar a Peak, siempre está muy ocupado.

       Joder, Mean, llegue ya. Quiero saber si siempre sí.

      ¿Ahora qué hago? ¿Cómo calmo mis nervios de ver a ese hombre esculpido por los mismísimos dioses? ¿Cómo hago para que no me tiemblen las tres piernas cuando lo vea? Él puede estar, muy posiblemente celoso, no me lo saco de la cabeza. Ese posible ceño fruncido, las manos hechas puños, las venas de los brazos y cuello marcándosele divinamente. Ahh basta Rathavit. Ya hablamos lo de las erecciones en pleno aeropuerto. Pero es que... tiene toda la pinta de estar celoso, joder.

        Primero, su like en la publicación de P'Chao, segundo sus mensajes, su forma de escribir tan... ¿Cortante? Y por último, pero no menos importante... EL JOVEN MEAN VIENE EN CAMINO DE OTRO PAÍS SOLO PARA ESTO. Malditos ricos.

      Y aquí estoy, otra vez enumerando las cosas. ¿Por qué soy así? ¿Por qué lo hago? Nunca lo sabremos...

       La respuesta a mis nervios, llega en forma de máquina expendedora. Esto es lo que necesito. ¿Un café? ¿Un chocolate caliente? ¿Un chocolate en barra? ¿Chocolate blanco? ¿Todas las anteriores? Joder, decisiones.

       Finalmente, el chocolate en barra gana en mi mente revuelta, y solo porque los cuadritos me recuerdan a lo bueno que está el sujeto que veré próximamente. Y la razón principal de haber comprado esta golosina.

      El chocolate mantendrá mi boca ocupada, mientras que el dueño de mis pensamientos más lujuriosos y de odio y obviamente de mis masturbaciones, llegue aquí y se encargue de ocupar mi boca en otras cosas.

       Una vez me hice con el chocolate tamaño XL, lo destapo, síp, tal como los suyos. Aunque estoy seguro que esos saben mucho mejor. Mean Phiravich, le exijo cordialmente que salga de mi mente un mísero segundo y entre otra parte de mi cuerpo, gracias, la gerencia. Niego con la cabeza, cada vez estoy menos cuerdo.

      Parto un cuadrito saboreándolo con gusto. Realmente, los suyos deberían saber mejor. Como me arrepiento de no haberles pasado la lengua cuando tuve oportunidad. Que desperdicio.