Amor de Aeropuerto - MeanPlan/2wish

Capítulo 25: Cita

—... Paseo? – Y aquí estoy nuevamente, perdido entre los músculos de su espalda flexionándose mientras lava los platos. –

         Y otra vez estoy en medio de una encrucijada, no sé qué me preguntó. Maldita sea, ya había pasado un tiempo que no me sucedía. Había logrado conectar mis oídos con P'Cerebro.

—¿Le gustaría? – Vuelve a preguntar. –

—Ah, sí, claro. – Respondo. Cualquier cosa que haga me gustará, guapo. –

—Entonces es una cita. – Ríe. –

        ¿Cita? ¿What?

—Creo que le gustará el mirador.

        Si es con usted, obviamente.

—Seguro. – Sonrío. —¿Cuándo?

—Mañana mismo. – Se voltea hacia mí y me vuelvo a perder entre sus abdominales. –

—Mi rostro está aquí arriba. – Dice gracioso. Naturalmente, me sonrojo. –

—Lo sé. Pero su abdomen es más llamativo. – Mal... dita sea. Mal... dita boca. –

—¿A sí?

          Se acerca a mí, tomando mis manos, tirándome hacia arriba.

—Sacie su deseo. – Las lleva a su abdomen. –

         Nos miramos fijamente, y obvio empiezo un beso, posándome sobre las puntas de mis pies y afianzándome en su fuerte abdomen. Conste que él lo dijo. Él toma mi rostro entre sus manos, acariciando mis mejillas. Lo empujo fuera de la cocina, con dirección a los muebles de la pequeña sala. Nos empiezo a acostar, sentándome en su cadera.

         Sus manos abandonan mi cara y bajan contorneando mi figura hasta llegar a mis nalgas. Las cuales aprieta con mucha fuerza.

—Aaah Mean. – Gimo alto. –

—Usted puede saciarse de mi abdomen, yo puedo hacerlo con sus nalgas. – Comenta gracioso. –

—Por ahora no. – Saco sus manos rústicamente llevándolas tras su cabeza y me acuesto en su pecho. —Hoy no hay Plan para usted.

        Suelto sus manos y miro su rostro que es de sorpresa. Empiezo a besar su cuello, lo chupo, dejo marcas, me satisfago de su lunar. Muerdo esa zona. Listop, ya sabrán que tiene dueño. Y soy yo. SÍ SAINT SUPPAPONG, ES CONTIGO. Y con todos.

        Bajo a sus pectorales bien formados delineando cada marca de ejercicio que hace este hombre, para finalmente meter su pezón a mi boca. Mientras, con mi mano, acaricio el otro.

—Ohh P-Plan... Debería pa-parar. – Sugiere con voz ronca. –

—Mmm nop. - Respondo con gracia. —Hoy no quiero parar. – Continúo mi trabajo en el otro pezón. –

—No se vaya a arrepentir, mmmh... - Suspira. –

         Nada que haga con usted me arrepentiré. Paso la punta de la lengua por cada línea de su abdomen, saciándome de él, como dijo. Pero nunca será suficiente, nuevamente.

         Y sí. Sabe mejor que el chocolate. Mucho mejor. Termino de delinear todas las pequeñas ranuras de su cuerpo y bajo hasta el borde de su bóxer. Miro su rosto, ojos cerrados, suspirando de vez en vez, apretando sus manos tras su cabeza, marcando los músculos de sus brazos. Beso su miembro sobre el bóxer y él abre los ojos.