Capitulo 7: Te extrañé

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Nos levantamos para desayunar, y comimos cereales, Carl estaba sentado, y mirándome constantemente, y yo sabía que era lo que estaba esperando.

— ¿Quiere hablar sobre eso?— pregunto dejando su cuchara en la mesa.

— Tal vez luego— continúe comiendo.

Tomo su cuchara y comenzó a comer nuevamente, causando un silencio incómodo, pero que sin embargo no quería romper.

— Creo que deberíamos seguir— se levantó.

Asentí y me levanté, dirigiéndome a tomar mi mochila y cargarla al hombro, salimos de esa casa, y comenzamos a caminar.

Estaba acalorada, así que me quite la campera que llevaba puesta, y la sujete a mi cintura con las mangas.

Carl parecía curioso observando mi brazo alguna que otra vez, y era razonable ya que él nunca había visto la herida de mi brazo.

Me dolía recordarla, y más verla, me hacía recordar al día que perdí a mi padre, el día que fui una cobarde y permití que me abandonara.

— ¿Que te sucedió ahí?— se decidió a preguntar y señaló mi brazo.

— Solo un accidente en auto— no quise dar detalles.

— Cuéntame, no tengo nada más divertido que hacer— colocó ambas manos en los tiradores de su mochila.

— Fue la última vez que vi a mi padre, cuando todo esto comenzó— mi voz se quebró apenas.

— ¿Eso era lo que soñaste verdad?— se sinceró.

Asentí.

No quise agregar nada más, y rogaba que el no quisiera saber, no quería recordar.

Hizo ademán de que iba a hablar, pero una rotura de ramas lo interrumpió, causando que nos detuvieramos, yo saqué mi pistola de su estuche.

Otra rotura se hizo presente, no eran caminantes, estaba más que claro, era un sonido de pisadas uniforme, sin arrastrar los pies.

El sonido de una pistola, mejor dicho alguien sacándole el seguro a su pistola, causó que nos voltearamos rápidamente, permitiéndonos ver a tres hombres de gran porte, apuntandonos.

— Bajen las armas, y no les haremos daño— hablo uno de ellos.

— Ustedes primero— retrucó Carl.

— Niño, me parece que están en desventaja, yo creo que no deberían exigir— habló otro.

Carl no parecía convencido, pero lentamente comenzó a bajar, nos detuvimos al escuchar hablar a uno.

— La chica es mia— le susurró a los otros.

— Si le tocan un pelo...— pronunció Carl.

— ¿Que?¿Que harás?— rieron.

Ante ese comentario Carl tenso la mandíbula, y luego todo ocurrió lentamente, vi como Carl levantaba su arma y efectuaba un disparo.

— ¡Abajo!— me gritó, al ver que impactó en la cabeza directamente.

Los otros miraron el cuerpo y se volvieron, apuntandonos, Carl me arrastró tras un árbol, mientras los disparos impactaban en el tronco.

Tres, dos, uno, salí y disparé, fallando por pocos centímetros, mire apenas para ver dónde estaban, y no los vi, detrás de los árboles seguramente.

Pase de un árbol a otro para un mejor ángulo, y disparé, causando que caiga rendido, quedaba el último, pero, ¿Donde estaba?, no me atreví a salir.

Carl fue quien lo vio, al menos su brazo, y salió de detrás del árbol disparando repetidas veces, matándolo al instante.

Salí del escondite, aliviada, estuvimos a escasos centímetros de morir, por unos idiotas.

— Bien hecho Carl— le grité.

— Blake, abajo— me dijo, pero fue tarde, inmediatamente sentí un disparo, seguido de un ardor en mi abdomen, y caí rendida, escuchando dos disparos más.

Carl se acercó rápidamente y tomo mis manos, la puso en mi abdomen.

— Haz presión— oí apenas y con un poco de eco, su voz se desvaneció, tomo su radio y habló— papá, papá, me escuchas, necesito ayuda, Blake está herida.

¿Donde están?— provino de la radio.

— A un kilómetro, al borde de Kindall Street.

Me cargo en sus brazos y comenzó a correr por la carretera, su rostro lucia nervioso, triste, culpable, podría decir que estaba a punto de llorar, o simplemente derrama angustia.

Lo último que vi fue una camioneta, la camioneta de la prisión, seguramente.

En un abrir y cerrar de ojos me encontraba en la camioneta, pudiendo ver a Rick hablando con Maggie, ella me estaba mirando, y Carl, el estaba junto a mi.

Luego de eso, no sentí más, como si mi alma hubiese abandonado mi cuerpo, como si tal vez el día de mi liberación había llegado, el día en que volvería a ver a mi padre, el día que podría abrazarlo nuevamente.

Blake— susurro una voz conocida— Blake— repitió.

Voltee a ver, mi padre se encontraba ahí, vestido como la última vez que lo vi, no reconocía este lugar, o no quería acordarme de el.

Mi padre notó que lo veía, así que en pasos lentos, indecisos, se acercó, yo lo hice también, a lo cual el sonrió, y nos hundimos en un abrazo eterno, o al menos así lo quería yo.

Te extrañé— me separé apenas.

Y yo a ti— me volvió a abrazar.

Al fin, podremos estar juntos nuevamente— le dije.

No Blake, aún no es hora.

Pero quiero hacerlo— dije— quiero estar contigo, y que me acompañes, fuera de todo ese mundo.

No cariño, aún no debes, ahora tienes una familia, a quienes debes proteger.

Por alguna razón comprendí el significado, tenía razón, aún no era hora, no podía hacerlo, abandonarlos, debía protegerlos, y que ellos me protejan.

Es hora de que vuelvas a casa, con tu nueva familia— me sonrió dejando caer una lágrima— yo te esperaré aquí, cuando sea el momento— apretó los labios en una sonrisa— ahora debes irte.

Te amo papá— lloré.

Y yo a ti, ahora vete, y no olvides lo que te eh pedido.

Me desperté.

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Emi Díaz




Tú Me Encontraste |Carl Grimes| TWDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora