VIAJANDO A TU LADO 🚀 © COMPLETA [EDITANDO]

CAPÍTULO IV.- EL AMOR ABUNDA.

Este lugar es maravilloso, desde que atravesamos las puertas de cristal, el sol brilla con una inmensidad enorme, los caminos que pasamos están conformados por una infinidad de rosas de gran variedad de colores. A lo lejos, en la cima de la montaña norte, se aprecia un castillo que lo decoran algunos cristales rojos en forma de corazón. El terreno cuenta con paisajes preciosos, el cielo azul, resalta en la cima de los árboles, pues cuentan con muchos de ellos; algunos llevan una gran cantidad de frutos y otros de florecillas.

Avanzábamos y no podía evitar parar de mirarte, tu sensual figura me tiene hipnotizado y a pesar de ser un ángel, no puedo dejar de sentir deseos hacía ti. Al calmar mis demonios, pude sentir como el lugar te recibía, el viento soplaba suavemente haciendo mover los grandes árboles y también hacia bailar tu cabello rubio con él; tu rostro se iluminaba con tu sonrisa.

Mientras Kalila y Connot caminaban charlando sobre la situación yo me perdía en mis pensamientos anhelándote una vez más.

YELINA

—Connot es un hombre tan lindo. —pensaba mientras avanzaba detrás de la pareja. Es un hombre más alto y fuerte al lado de Kalila; su piel no era tan blanca como la de ella y su cabello quebradizo, castaño claro llegaba a la altura de su pecho, un listón rojo lo sostenía, sus ojos cafés oscuros brillaban reflejando el rostro de Kalila en ellos, sus brazos fuertes la tomaban con cariño, mientras le ofrecía el corazón en una sonrisa.

Connot vestía una camiseta blanca de botones y un pantalón rojo, ambas prendas flojas y también andaba descalzo.

Entre mis pensamientos me preguntaba si alguna vez yo conocería el amor y si con éste, yo sería correspondida, mientras miraba a la dulce pareja —pero, ¿por qué me siento triste? —Tomaba mi cabello peinándolo mientras mi mirada se perdía en él, podía sentir una punzada en el pecho.

—¿Qué te sucede? —sobresalte y cuando menos lo imaginé, ya tenía a Kalila enfrente.

—N-nada. — solté nerviosa y un tanto sonrojada.

—¿Segura Yelina? Recuerda que yo siento lo que tú sientes. —tocó mi pecho —y si es por eso, no te preocupes, pronto llegará, ya lo verás. —me guiñó un ojo avanzando al lado de Connot, que la esperaba ofreciéndole su brazo.

—¡Es el colmo! ya no tendré privacidad en mis sentimientos. —río, mientras llevo mi mano a la cabeza y mis mejillas se coloraban aún más.

Kalila al escucharme ríe.

—Yelina. —llegó Amenadiel al lado mío.

—Dime Amenadiel. —sonrío.

—¿Qué sentimiento acabas de sentir? —curioso.

—Creo que es muy personal ¿no crees? Yo no te ando preguntando los tuyos ¿o sí? —Lo miró fastidiada.

—Discúlpame. —mira hacía un punto fijo sin mirarme.

—Pero que odioso ¡que se creé! —suelto en mi interior y ruedo los ojos.

— Chicos hemos llegado a nuestro dulce hogar. —sonreía.

—¿Dulce hogar? ¡Dulcísimo! —dije en mi mente, admirando al majestuoso castillo, algunas de las personas que lo habitaban salían a recibirnos cordialmente

— Buenas tardes. —dijo Connot.

—Buenas tardes. —respondían todos.

—Muchachos ella es la señora Yomi, y es la encargada de hacer unos deliciosos platillos. —saboreó por lo bajo Connot.

— Así es muchachos, mucho gusto en conocerlos. — Sonriendo. —Señor Connot, entraré a preparar algunas de las deliciosas comidas que le fascinan, vengan ayúdenme. —llevándose tras suyo a las muchachas que habían salido a recibirnos.

—Bien chicos, entremos a descansar. Discúlpenme por no haberme presentado antes, mi nombre es Connot que significa "amor y amistad", soy el encargado de este terreno, yo soy el que cuida y riega cada semilla que Kalila me entrega, pero, sobre todo, hago funcionar este lugar dando y recibiendo amor, todos los frutos los entrego a Kalila, para que ella se encargué de dar fortaleza y resultados a cada terreno del corazón. —mencionaba alegre, llevándonos a un salón majestuoso.

—Que maravilloso castillo. —afirme dando una vuelta en él.

—así es Yelina, es todo tuyo, ya que tú eres la dueña de todo esto y más. —señaló todo lo que estaba a su alrededor con ambas manos.

—Amenadiel, ¿así eres de callado siempre? —le preguntó sonriente.

Amenadiel voltea desconcertado, como si volviera de uno de sus pensamientos —No, estoy analizando. —volviendo al silencio.

—Ven Yelina rápido. — Kalila me toma de la mano para llevarme rápidamente al balcón más cercano del salón —mira, esa es la laguna del amor, ve, que hermoso atardecer. — suspira mientras se recarga en la barandilla.

Callada miraba aquel atardecer al lado de Kalila, el sol brillaba en aquella laguna haciéndola cobrar una variedad de colores y esplendores en ella, al lado a gran distancia, se encontraba la cascada que la enriquecía y grandes aves adornaban al cielo con su vuelo.

Admirando aquel paisaje, me preguntaba, si me encontraba en un sueño y si todo esto era real, al lado pude sentir como Kalila regresaba adentro, dejándome en el silencioso lugar.

Busqué a Amenadiel con mi mirada y ahí estaba, detrás mío, silencioso, con sus ojos cerrados y manos cruzadas, recargado en la puerta del balcón, el viento soplaba y su pelo se movía junto con él — es tan guapo, lástima que sea mi ángel guardián. —pensé, observando como el sol iluminaba todo su ser.

—Amenadiel ven aquí. —caminé hacía él y tomé su mano para llevarlo conmigo. —solté divertida —Mira, ¿no es una maravilla? —Sonreí.

— Si Yelina, eres toda una maravilla. — dijo con voz tranquila y su mirada clavada en mí con profundidad.

—Por Dios Amenadiel. — me sentía tan pequeña a su lado que me sonrojaba fácilmente.

—Gracias. —susurre bajando mi mirada.

Ambos nos quedamos en silencio apreciando el paisaje. Podía sentir su respirar en mi piel y como con el, mi piel se erizaba con facilidad. Una de sus manos toco mi hombro y sentía como lentamente su pecho se pegaba a un lado de mi espalda. Me tenía paralizada, al tener su cuerpo tan junto al mío, ya que podía escuchar, como mi corazón latía fuertemente —cuánto daría porque este momento durará para siempre— Amenadiel y yo, ahí, permaneciendo juntos mientras el sol se ocultaba.

🚀Espero les esté gustando la historia.

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