CAPITULO XXIII.-FRUSTRACIÓN.

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AMENADIEL

Adormilado con mi mano busqué tu cálido cuerpo por toda la cama — Yelina. — susurro a la nada imaginando que te estarías duchando, cerrando los ojos me concentre en el silencio del ambiente — Que raro no escucho el sonido del agua caer. — me levanté un poco con el brazo tratando de ver mejor, miré todo a mi alrededor — Yelina. — hablé con voz más fuerte esperando una respuesta, pero no recibí ninguna. Me incorporé sentándome en el mismo lugar esperando a que salieras de una habitación, me estiré un poco y me levanté — ¿por qué no me habrá esperado? Lo más seguro es de haya bajado a desayunar. — me levanté desnudo del lugar para introducirme en la ducha del agua fría que salía de la regadera, dejando que mi cuerpo se relajara llevando a mi mente los recuerdos de esta madrugada, te habías entregado a mi completamente, me sentía dichoso de que mi amor fuese correspondido y más por la persona que había arriesgado mi alma a toda una condena infernal — a veces sólo vale la pena arriesgarse por la persona que amas, aunque eso implique...un castigo interminable. — Decía en un susurro mientras la frialdad del agua inundaba mi ser. Al terminar cerré la perilla del baño y sequé mi cuerpo enrollándome una toalla en mi cintura dirigiéndome al armario donde había dejado la ropa la noche anterior, me vestí portando un pantalón came, una camiseta azul marina y calzaba unos zapatos del mismo color que la camiseta, al finalizar de arreglarme el cabello salí de la habitación en busca de ti.

HASHTON

Bajé las escaleras encontrando a dos damiselas en un completo sueño profundo —el sueño ha terminado. — grité arrojándoles un balde de agua fría — es hora despierten. — Gritaba más fuerte mientras golpeaba el bote de fierro con mis manos —arriba arriba, el show está a punto de comenzar. — Las dos jóvenes se despertaban con una expresión de molestia en sus rostros, mientras sus ojos parpadeaban al ritmo de los golpes que aplicaba en el bote, al dejarlo de golpear una de ellas me miraba desconcertada y temerosa de mis movimientos, mientras Kalila me miraba con fastidio.

—¿A qué vas con esto Hashton? — Preguntó Kalila desafiante reincorporándose en su lugar.

— Ohh pequeña como siempre tan curiosa de saberlo todo, nunca cambiarás. — Sonreí maliciosamente —me encanta sembrar la duda en ti.

—imbécil. — Soltó molesta.

— querida deberías ser más cordial con tu cuñado. — susurro Arnold con una sonrisa en sus labios saliendo de entre la obscuridad del lugar.

— Arnold. — dijo la peli plateada asombrada al ver a mi hermano —¿tú también participarás en esta patraña?

— querida querida, ¿desde cuándo te importa lo que yo haga o no haga? Yo pensaba que no te interesaba en lo más mínimo. — Prendió un cigarrillo caminado alrededor de la joven para luego colocarlo en su boca y darle una fumada.

— ¿por qué lo hacen? — Preguntó la pelirrubia que no conocía en lo más mínimo, con un tono nervioso.

— niña en unos poco minutos lo descubrirás. — le guiño el ojo con una sonrisa maliciosa, a unos cuantos centímetros de la boca de la rubia para luego soltar el humo en el rostro de la chica provocando que esta tosiera al atragantarse con el humo.

—basta de tanta plática y que comience la acción. — Dirigiéndome a las jóvenes para trabajar con los sentimientos de la pelirrubia demostrando malicia en mis ojos.

AMENADIEL

Bajé al comedor buscándote, pero me encontré con todos los hermanos de Connot en plena discusión, unos lloraban y otros se lamentaban lo sucedido — todo esto es culpa tuya, tu eres el responsable si tu no hubieses aceptado a esas gentes Amelie seguiría con nosotras. — le reprochaba Gianna.

— esperen esperen, tiene que haber razones para que hubiese pasado esto. — Decía Aitor tratando de tranquilizar a los jóvenes con su mano.

— Aitor según tú ¿qué razones hay para que matarán a nuestra hermana? — Decía Grandier aventándolo con sus manos contra su pecho.

— oigan cálmense no sean inmaduros. — los separó Keyla con tono de voz molesta.

— solo...déjenlo hablar. — con su mano apoyaba a Connot quien se encontraba en una situación abrumante.

— es verdad hermano. — Le decía Nil tomando a su hermano Grandier.

— Ya. — grito Keyla — No dejan que Connot nos aclare la situación. -Con mirada dominante calmaba a sus hermanos mientras cruzaba sus brazos para mirar fijamente a Connot.

— hermanos... Sé que dolerá mucho y quizás no querrán reconocerlo, pero... Amelie no era la persona que nosotros pensábamos...

— ¿Qué? — Interrumpió Gianna —no lo puedo creer lo esperaba de todos, menos de ti. — se levantó exaltada de su lugar para gritarle de frente a Connot —tu nunca sabrás como fue Amelie, nunca la trataste... Es más no nos has tratado a todos, por el simple y estúpido hecho de que te importa más el terreno que nosotros... Que somos tu familia. — resaltando la palabra tu mientras le restregaba el dedo en la cara y gritándole como una loca — y no por ese hecho todos no somos lo que creías que fuéramos, nunca nos has dedicado tiempo suficiente, lo demasiado suficiente para conocernos, nunca te importamos y nunca lo haremos. — al terminar dio una media vuelta retirándose del lugar hecha una furia.

Los demás veían sorprendidos a Gianna quién se retiró con lágrimas en los ojos -Yo... Lo siento, pero es necesario que lo sepan. — rodando una lágrima en su mejilla de Connot, tomó aire y lo soltó lento — Amelie era una infiltrada...no pertenecía a estos terrenos, todo el tiempo fue una farsa. — con voz cabizbaja.

Todos los hermanos se quedaron en show ante tales palabras, Connot se levantó de su asiento y salió de la habitación hecho una mierda.

YELINA

Estaba totalmente temerosa ante tales sujetos que me tenían a mí y a Kalila, podía sentir un mar desenfrenado con mis sentimientos como si no tuviese control en ellos, por mi cabeza se escuchaban miles de voces que gritaban a mi alrededor como si me estuviesen reprochado algo, miré a Kalila sin poder hablarle me sentía desesperada, estos sentimientos me consumen me decía a mí misma, ya que en mi cabeza solo podrá gritar —ayuda ayuda, ayuda. — pero claramente nadie me podría escuchar.

Kalila al sentir todo lo que por mi corazón pasaba... angustia, temor, odio, dolor, rabia, frustración; total todos los sentimientos revueltos en uno solo, solo... pensaba en huir de mí misma —Yelina escúchame muy bien, tus sentimientos pueden ser tus más crueles verdugos...mientras tu les otorgues el valor a cada uno.- me decía con sus ojos firmes ante los míos, transmitiendo seguridad —no les des importancia no te especifiques en ninguno, no trates de descifrarlos, solo relájate trata de relajarte.- lo decía firme en sus palabras mientras yo trataba de seguir sus palabras y relajarme.

— por Dios Yelina relájate. — Me decía una y otra y otra vez, contaba hasta el diez buscando esa paz que necesitaba.

— ni lo intentes Kalila que no funcionará. — rió Hashton — ella no está preparada, no tuvieron tiempo de hacerlo gracias a Amelie, por fin sirvió en algo.

Trataba de ignorar esas palabras, de no darles la importancia, solo quería poner mi mente en blanco y no concentrarme en ningún pensamiento, no quería ser manipulada por ese bastardo, escuchaba a lo lejos la plática de ambos mientras yo me concentraba en mi objetivo...relajarme.

VIAJANDO A TU LADO 🚀 © COMPLETA [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora