Después del gran encuentro con Amenadiel, decidimos partir al castillo con Kalila y Connot, quienes, ya se encontraban esperándonos. Casualmente, hoy me sentía con más fuerzas que la última vez que me encontraba ahí, caminamos por unos minutos y ya nos encontrábamos nuevamente en la gran puerta de cristal.
—Connot. —gritó Amenadiel alegre desde mi lado con su mano derecha alzada y una sonrisa en el rostro.
Las grandes puertas de cristal se abrían y dos siluetas salían del lugar —han regresado. —se acercó una silueta femenina con felicidad en su rostro.
—Kalila. —susurre avanzando a nuestro encuentro.
—Yelina has vuelto. —me abrazo y yo a ella, alce mi mirada y enfrente de mí ya estaba Connot.
—Pasaron siglos para que volvieran. —se echó a reír.
Yelina y yo nos separamos del amoroso abrazo —Pensé que todo había sido un sueño. —susurre confundida mientras tomaba con una mano mi cabeza.
—Lo sé, eso te hicimos creer. —explico Amenadiel con voz suave tomándome del hombro.
—Los tres días han pasado y nos encontramos aquí nuevamente, Yelina, realmente nos has dejado sorprendidos. —menciono juguetón.
—Connot, ya te había dicho ciertas cosas sobre la situación. —Kalila le susurro molesta al oído.
Los miré desconcertada —¿sobre qué? ¿qué ha pasado? —pregunte curiosa, quedando al frente de Connot.
—Sobre el terri...to —miraba a Kalila un tanto confuso o asustado.
Kalila lo interrumpe — Será mejor que entremos, aquí, no es seguro para hablar del tema. —miró alrededor y luego se giró con Connot, a quien le dirigió una mirada furiosa, pero, prudente.
—Muy bien. —alargo confuso, mientras rascaba su cabeza nervioso.
Entramos y Kalila iba al frente caminando deprisa, por su expresión, se podía notar que iba molesta. Mientras que Connot le seguía pensativo.
Yo caminaba junto a Amenadiel, admirando nuevamente las bellezas de aquel territorio, me sentía tranquila, feliz y muy animada.
—Te cuidé en todo momento, lo sabes ¿no? —escuché a Amenadiel hablar a mi lado, con voz suave y un poco desanimado.
—¿Q-qué dices? entonces estuviste en...no, n-no puede ser. —me sorprendí al escuchar aquellas palabras y apenada le di la espalda.
¿Qué pasa conmigo? me siento tan confundida, no recuerdo los últimos momentos, ni mucho menos la razón por la cual regrese. Solo recuerdo que, venía de regreso de la montaña con Luka, pero... Que dolor de cabeza, no me deja concentrarme en mis últimos momentos con Luka.
—Yelina, Yelina. —repetía insistente Amenadiel, tomándome de los brazos.
—P-perdón, solo me duele un poco la cabeza. —expliqué nerviosa, agitando mis manos frente su rostro, para que ignorara mi fuga.
—Ven aquí pequeña. — se acercó a mí y tomo mi cabeza de ambos lados, cerro sus ojos, para lograr mayor concentración, inhaló y exhaló despacio —¿mucho mejor? —me miró preocupado a los ojos, mientras que yo, solo los quería evitar.
—Mucho mejor. —le sonrío forzada.
—Yelina, te quiero pedir una disculpa, todo aquello ocurrido...fue un error mío. Mi deber era dejarte descansar, no era, estar tras de ti como un fantasma revelándote mi presencia, debí confundirte demasiado, de verdad lo siento. —al decir aquellas palabras, miraba al horizonte sin expresión alguna, pero, esas palabras transmitían su tristeza y venían desde el fondo de su corazón, anhelando mi perdón.
ESTÁS LEYENDO
VIAJANDO A TU LADO 🚀 © COMPLETA [EDITANDO]
FantasyEstás en esa etapa abrumadora que contra penas puedes respirar y avanzar lentamente en tu rutina diaria; ya sea por trabajo, escuela, casa, familia, amigos, total toda una sociedad completa que cargar, que solo trae con ella inseguridades. ¿Un futur...