CAPÍTULO XI.- SIN FUERZAS.

47 8 0
                                    

La mujer me miró con desprecio y frialdad.

—Amelie. —pronuncié sorprendida al reconocerla y mi cuerpo sin evitarlo cae al suelo.

—Estúpida. —recalcó mientras se acercaba a mí —¿qué te crees que eres? ¿Crees que puedes llegar a quitarme todo lo que he ganado con esfuerzo?

—¿Qué yo qué? ¿Estas locas? Yo no he venido porque quiero, he venido porque Amenadiel me trajo aquí. —me levanté para enfrentarla.

—Con que eres rebelde y caprichosa, eso te lo quitaré yo. —sonrió sarcásticamente, mientras se acercó a mi lado Grandier. Me tomó del cuello e inhaló unas luces blancas que brotaban de mí, tragándoselas.

—Déjala, la necesitamos con un poco de fuerzas, pero... Cuidadito con que digas algo o tu amado Amenadiel está perdido, en un tronar de dedos se puede ir para siempre de tu vida. —dio la vuelta y se dirigió a la ventana.

Grandier me suelta cayendo yo en el suelo, como puede trate de recuperar el aire perdido —¡No te tengo miedo! no soy débil como lo piensan. —pero ¿qué estoy diciendo? soy tan débil que contra penas puedo sostener estas palabras —ya dime ¿qué planes tienes?

—Ninguno, todavía. —soltó con voz burlona —Grandier, llévatela y está al pendiente de ella, que no vaya a estar de habladora con las pocas fuerzas que le has dejado.

—Claro. —me tomó del brazo bruscamente para sacarme del lugar.

AMELIE

Traté de tener a Amenadiel loco por mí entregándole mi cuerpo, pero, el muy idiota me rechazó aquella noche, ¡es difícil obtenerlo! es duro, y al parecer su corazón le pertenece a esa humana tonta.

La rabia me consumía, como es posible que se encuentren aquí, interrumpiendo mis planes. Mi querido hermano Hashton le costó demasiado infiltrarme desde pequeña a este territorio del amor —¡por Dios! ¡qué ridículos! el amor es sumamente estúpido solo te lástima, te hace entregarte a las personas dando todo por ellas y terminan apuñalándote, acaso ¿eso es el amor?

—No, ¡tonterías! ese es el egoísmo propio de todos los seres humanos, obtienen su benéfico y se marchan dejando a las personas heridas.

Sí, yo nací de ese dolor que le ocasionaron a Yelina, de aquel chico del cual yo fui la responsable de crear hermosos sentimientos en este lugar hacía él, cuidaba y protegía a mis cosechas de amor hacía él, pero lo bueno no dura mucho. Y así, mis frutos fueran apuñalados por la desilusión y mis raíces envenenadas por el dolor, siendo arrancada por Connot de la tierra para luego ser entregada a Kalila, para que ella me entregará al terreno del odio, ya que todo ese sentimiento hacía el ser que ame, se convirtió en odio y venganza.

Hashton me tomó y me plantó en las tierras, haciendo crecer estos sentimientos con fortaleza. Después de que Connot me regara con agua curativa para ese dolor y llegará a perdonar aquel hombre, me empeñe de mi capricho de hacerlo sufrir, que acabe en aquel lugar siendo regada por Hashton de la conmiseración y alimentándome con fertilizantes de venganza, haciéndome fuerte para protegerme y no volver a ser lastimada.

Así crecí convirtiéndome en una más de sus hermanos, en sentimientos negativos, siendo yo la fría, logrando con este proteger al corazón del romance o amor, ya que mi hermano Hashton era el rey del odio, Arnold de la venganza y mi hermano Grandier de la conmiseración. Este se une al reino del odio y del dolor y que también vino conmigo a este lugar, haciéndose pasar por el gemelo de Neil, todo este plan nos ha costado demasiado tenerlo en pie día tras día, esperando el momento perfecto para apoderarnos de este terreno junto al de los anhelos.

VIAJANDO A TU LADO 🚀 © COMPLETA [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora