CAPÍTULO XX.-RECUPERACIÓN

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JAKE

Llegué al hospital junto a mi compañero Nathan, pues ambos nos encargábamos del caso de Yelina y uno de los más conocidos empresarios de España el señor Luka.

La señorita de la recepción al mirarnos se dirigió rápidamente para darnos los datos de las personas que habían respondido a las llamadas y sobre todo quienes habían asistido a ver ya a los pacientes.

—Doctor Jake, doctor Nathan la madre de la señorita viene en camino desde la capital Madrid y la madre del joven viene en camino de Francia.

Por el momento una amiga de la señorita se encuentra en el hospital junto a su doctor de auxiliar, que se hizo cargo de darle información sobre los pacientes.

—Me enseñaba los informes subrayándolos con un marcador, mientras avanzamos a nuestro consultorio para dejar nuestras cosas y comenzarnos a preparar para revisar a nuestros pacientes.

—Muy bien, gracias Gris por tu trabajo. —poniéndome la bata blanca —deja los papeles sobre el escritorio. —colocándome el estetoscopio en el cuello.

—Si doctor. —deja los papeles en el escritorio, dándome una dulce sonrisa para luego retirarse del lugar.

—Jake, ¿crees que se recuperen ambos de este terrible accidente? —preguntó frente de mi Nathan, con sus brazos cruzados esperando una respuesta que brindará esperanzas.

—Sería un milagro. —respondí con voz desanimada y mirada cabizbaja —somos doctores, pero no podemos lograr cosas tan magníficas —dije haciendo un movimiento con mis manos, saliendo del consultorio.

—Claro. —casi en un susurro saliendo a mis espaldas —solo espero que ambos se recuperen. —caminábamos ambos hacía donde se encontraban nuestros pacientes, llegando al lugar donde se encontraba el médico auxiliar.

—Doctor Jake, doctor Nathan. —se dirigía a paso apresurado hacia nosotros.

—¿Qué sucede? —contestamos ambos.

—La señorita Annya los espera, ella quiere saber más sobre la recuperación de sus amigos. —decía formalmente frente a nosotros — ahhh, y los pacientes tienen...—nos brindó información sobre su pulso, que medicamentos les aplicaron y como habían reaccionado mientras caminábamos al lado de él, escuchando toda la información que nos otorgaba.

—¿Entonces aún no ha despertado la señorita? —le pregunté acerca de mi paciente.

—No doctor, todavía sigue sin reacción alguna.

—Y el pulso del señor Luka, ¿ha seguido bajando? —preguntó Nathan preocupado de la situación.

—Si en varias ocasiones ha pasado lo mismo, pero, gracias a las enfermeras hemos podido regresarle. —movía sus manos mientras que, nos explicaba la situación.

—Ya veo. —frotó su frente mi compañero Nathan.

Entré a la habitación de mi paciente encontrando a una chica joven de piel blanca y cabellos negros, dormida al lado tuyo, recargada en la camilla y unas de las enfermeras aplicando medicamento en el suero —¿cómo sigue la chica? —mientras me acercaba a ti.

—Igual doctor, no se ha tenido reacción alguna. —hizo una pequeña reverencia con su cabeza y se retiró de la habitación.

—Doctor. —una voz adormilada se escuchó en el silencioso lugar —¿ha mejorado mi amiga? —mostró su preocupación ante mí.

—Al parecer todo sigue igual. —coloqué la campana del estetoscopio en tu pecho, para escuchar el ritmo de tu corazón.

—Y Luka, ¿ha mejorado? —preguntó con ambas manos en su pecho parada frente mío.

VIAJANDO A TU LADO 🚀 © COMPLETA [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora