—Nuestros caminos se encontraron, pero son muy distintos. Tú eres luz blanca y yo soy la más densa tiniebla —expresó Shohyla.
Shak la rodeó con su tenue resplandor y respondió:
—Y, sin embargo, indivisibles. Te ofrezco la luz suave que necesitas y me entregas la oscuridad que me procura sosiego.
—Pero ¿hasta cuándo se nos permitirá seguir?
—Preguntaré a Zuyhmar, fuente de todo sentir.
Y la diosa del sentir, conocedora de los senderos infinitos del corazón, le dijo:
—No te limites a las sendas recorridas por muchos, existen veredas escondidas que guardan tesoros inmensos. Abraza todas las formas posibles e imposibles. No sólo a la noche debes entregar tu devoción, sino también al día.
*
Casa Plateada de Shakadel, Región de Luna
Helsikor llegó poco antes del amanecer, cuando la reina se disponía a retirarse a descansar. A Ashakiah le resultó extraño que el soldado la visitara a aquella hora entre la noche y el día, y, por eso, en cuanto le anunciaron su llegada se apresuró hacia la pequeña sala donde solía recibirlo. Por primera vez, no hizo demasiados esfuerzos por ocultar su inquietud.
—¿Qué sucede? ¿Es Olghar? —preguntó mientras extendía la mano derecha instintivamente.
Helsikor colocó su mano bajo la de la reina sin llegar a tocarla. Luego, respondió:
—El príncipe está bien, mi señora. Esta vez es él quien me envía.
—¿Le ha ocurrido algo al rey? —preguntó entonces Ashakiah con un tono algo más calmado.
—No, mi señora, no a nuestro rey, sino al rey de Sol —respondió el soldado—. Nos llegó la noticia de su muerte y del ascenso al trono de su hijo mayor.
La reina suspiró con alivio.
—¿Y eso es tan importante?
—El príncipe Olghar sabe que el nuevo rey no comparte las ideas de su padre y teme que pueda declararnos la guerra en cualquier momento. El príncipe desea que su majestad se traslade lo antes posible al Palacio de Luna para su protección.
—¿Cómo dices? ¿Al palacio?
Helsikor asintió.
—Eso no va a ocurrir. No regresaré al palacio. Ese lugar parece haberse convertido en un centro de acogida para seres descarriados, como esa extraña mestiza —objetó la reina con firmeza.
—La joven Shakbaah ya no se encuentra en el palacio. Se fue una noche y el príncipe todavía la anda buscando.
El rostro de Ashakiah se iluminó durante un momento. Después, volvió a adoptar su habitual sobriedad.
—De todas formas existen otras circunstancias que me impiden volver. Comunícale eso a mi hijo.
El soldado se limitó a hacer una rápida reverencia antes de solicitar el permiso para retirarse. Sin embargo, Ashakiah decidió interrumpir en aquella ocasión el acostumbrado ritual.
—Tal vez podrías extender un poco tu visita y tomar una copa de licor conmigo, soldado, para que me sigas contando sobre el asunto de la mestiza desaparecida.
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Shaktarha, de Luna y de Sol
FantasyShaktarha, de Luna y de Sol nos traslada a un mundo mítico de leyendas y secretos, marcado por un enigmático desequilibrio entre el día y la noche, donde una joven se convertirá en la única vía de reconciliación a través de la antigua sabiduría de l...