"Oye Jimin!" |Yoonmin 2°Temporada

20. Kim TaeHyung...

La mañana se sentía tensa. Si bien la noche anterior la había pasado de maravilla con YoonGi, ahora era totalmente diferente.

JiMin quiso desayunar como de costumbre, pero los nervios se lo impedían. Cualquier cosa que se llevara a la boca era motivo para tener náuseas.

Tomó sus cosas y se encaminó a la escuela, donde se encontró a TaeHyung y JungKook, como siempre, tomados de la mano y riendo juntos.

—Hyung...—habló Kook, observando unas pequeñas ojeras bajo los ojos de Park.—¿Estás bien?

—Sino supiera que te quedaste estudiando hasta tarde diría que te quieres convertir en un panda.—dijo ahora Kim tratando de levantar el ánimo de su amigo, que se notaba, estaba por los suelos. JiMin sólo esbozó una mínima sonrisa.

—A mí también me da gusto verlos—se burló.—Los veo luego, debo ir a dar ese exámen.

Se alejó de los chicos a paso lento, como si no tuviera noción del tiempo. Como si de una tortuga se tratara el castaño porfin había llegado a su salón. Ocupó uno de los asientos y un par de minutos después el profesor hizo presencia en el lugar.

El ruido que hacía con su lápiz sólo lo ponía más nervioso. También intentó con mover su pierna para sacarse un poco el estrés pero no lo lograba. Hacia intentos por recordar todo lo que YoonGi le había enseñado, pero su ansiedad le jugaba en contra.

Una hora pasó hasta que el castaño se levantó a entregar el exámen. Sus manos temblaban, demostrando inseguridad, pero con todo el valor que tuvo lo dejó sobre el escritorio del hombre mayor.

Al salir del salón sintió un alivio enorme en su pecho, se sentía como si mil mariposas estuvieran tratando de escapar de su cuerpo. Haber rendido la evaluación le daba paz, pero no saber si lo había hecho bien se la quitaba.

Buscó en su mochila las llaves de su casa, pero no las encontraba por ningún lado. Tal vez se le habrían caído. Por instinto tocó el timbre, para luego abofetearse mentalmente al recordar que nadie se encontraba allí. Resignado, estuvo a punto de dar media vuelta e ir a casa de TaeHyung, pero sorpresivamente oyó el sonido de la puerta y a su amigo aparecer a través de ésta.

—¿Q-qué haces aquí?¿Robaste mis llaves?—preguntó Park.

—¡No las robé!—respondió ante la acusación—Las tomé de tu mochila sin pedirte permiso.

JiMin frunció el ceño, tratando de decirle telepáticamente a su amigo un “¿Enserio Taehyung?” recibiendo como disculpas la bella sonrisa cuadrada de su mejor amigo.

Al entrar a su hogar y dirigirse a la cocina, notó sobre la mesada varios platos de comida.

—Fue por una buena causa...—dijo Tae, abrazando por los hombros a JiMin, quién se giró para devolverle le gesto.

La amistad de ambos había perdurado a medida que pasaban los años, y ésta nunca logró romperse. Como todos los amigos, tuvieron peleas y disgustos, sin embargo jamás se les había cruzado por la cabeza separarse.

Mientras comían la sabrosa comida que Kim había preparado, tuvieron esas charlas que suelen tener los amigos, cuando estuvieron sin hablar por un tiempo y tienen que ponerse al día.

—Mis padres quieren que trabaje—comenzó Kim—Pero siento que aún no estoy preparado.

—Algún día tendrás que hacerlo, todos lo hacemos. Se supone que es parte de “crecer”—dijo JiMin haciendo comillas con los dedos en su última palabra.

—¡Ya sé!—gritó de repente, provocando que su amigo se ahogue con un fideo.— Tú tomarás mi puesto en ese empleo. Sí, ¡Es una fantabulosa idea!

—Que yo ¿qué? ¡Oye!—gritó cuando vio a su amigo tomar su teléfono.—¡No he dicho que sí!

—Tampoco dijiste que no—replicó con una sonrisa maliciosa.

Sólo le bastó con enviar un par de mensajes para que aceptaran a JiMin en ese trabajo.

—¡Listo!—exclamó sonriente—Ahora ya eres un nuevo empleado de Starbucks, felicidades.—Park miraba fijamente a su amigo, tratando de controlarse y no matarlo en ese instante, pero no pudo contenerse demasiado.

—¡KIM TAEHYUNG ERES HOMBRE MUERTO!

En ese mismo instante, Tae salió corriendo, pues Jimin lo perseguía por la casa.

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¿Desde qué país me leen? Tengo curiosidad 👀