18 "Editado"

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Emma

Salgo del despacho de Alberto sintiendo como otra vez voy ganando la batalla y lo a gusto que me he quedado al vaciarle todo el café sobre su entrepierna sabiendo que aún estaba caliente. La adrenalina me recorre las venas mientras voy bajando las escaleras que suben a los despachos desde la planta baja. He tenido que madrugar y mucho, sabiendo que Alberto suele venir mucho antes de empezar las clases, para presentarme en esa habitación y mancharle los pantalones sin que ningún otro profesor me vea rondando ese pasillo a esas horas. Y como si me fuera la vida en ello, camino deprisa deseando esconderme en mi habitación por la posibilidad de que a él se la traiga bien floja estar manchado y me siga para empezar la peor discusión de mi vida. 

En cuanto atravieso la puerta me encuentro con Nora que se está arreglando en el espejo haciéndose un moño despeinado, y me mira nada más entrar con una ceja levantada.

—¿Dónde estabas?. —me pregunta mientras se saca dos mechones a cada lado de su cara del moño recogido que se ha hecho.

—He ido a desayunar. —miento mientras voy a mi cama y me siento para cambiarme las zapatillas. Espero que no se noten los nervios que siente todo mi cuerpo en mi voz.

—¿Tan temprano?

—Sí, quiero aprovechar la hora que queda para la clase de baile contemporáneo para estudiar un poco. —y no sé de donde saco la seguridad con la que estoy hablando.

—A vale, bueno pues luego nos vemos. —y dicho esto abre la puerta y se va dejándome sola.

El peso de lo que he hecho cae sobre mí sabiendo perfectamente que si a Alberto se le cruzan los cables es capaz de dejarme de patitas en la calle y de perder estos tres años de mi vida que he invertido en mejorar para cumplir mi sueño. Que como no le haya gustado mi ultima "broma" tiene el poder de suspenderme en su asignatura y conseguir que no apruebe este año. Vale, esto se nos está yendo de las manos.

***

Estamos a lunes y vuelvo a estar con los nervios a flor de piel sabiendo que me toca a mi recibir su venganza, que ha saber a lo que le ha estado dando vueltas la cabeza de Alberto durante todo este fin de semana. El viernes, en la clase de Ballet, me decepcionó mucho que hubiera conseguido unos nuevos pantalones, pero me habría gustado observar a través de un agujero el momento en el que tuvo que pedirle a alguien otros limpios sabiendo lo pulcro y quisquilloso que es él con el orden y la limpieza. Seguro que maldijo a todos mis antepasados.

La clase de Ballet me pone aún mas nerviosa y más alerta por si vuelve a aparecer algo por la puerta que consiga hacerme morirme de vergüenza, pero no pasa nada. Es una clase normal, tranquila pero en el que no paramos de bailar mientras Alberto nos da ordenes y directrices, y aún así la siento rara. Sigue haciendo el papel de profesor a la perfección pero le noto pensativo y un poco como si realmente no estuviera en el aula. Nos dice y nos repite una coreografía que hacemos en grupo y a lo único que se dedica es a decir "Otra vez" para después guardar silencio. Ay que miedo me dan sus silencios.

Las clases terminan y yo lo agradezco. No sé si porque el día a terminado sin incidentes que me hagan ser el hazmerreir o porque es lunes ya que nunca me han gustado, pero creo que no soy la única a la que le parece que hasta que no pasa este día no coges la rutina de la semana. En cuanto salgo de la ducha decido ponerme un vestido de media manga sintiendo que si no me lo pongo ahora que aún no hace mucho frío, ya no me lo podré volver a poner, y con mis cosas salgo de allí para ir a mi habitación y hacer tiempo antes de irme a cenar. Lo que no me espero es que a estas horas reciba un mensaje por su parte.

Alberto 19:45

Ven a mi despacho.

Su mensaje y su orden consiguen ponerme nerviosa que se junta con el constante enfado que tengo con él.

Ven Conmigo (2º Trilogía Conmigo) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora