19 "Editado"

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Alberto

Mi cuerpo empezó a insultarme como un loco cuando cerré la puerta detrás de mí y dejé a Emma sola en el aula de baile. Quería volver, quería terminar lo que había empezado como si fuera el aire que necesito para respirar. No supe de donde había sacado todo ese autocontrol cuando me acerqué y pegué mi cuerpo al suyo, tan cálido que me hinchó el pecho. No sabía de de donde saqué las fuerzas para no empezar a acariciarla por todo el cuerpo cuando empecé a sentir como se derretía entre mis brazos, y no sabré nunca lo que habría pasado si en vez de deleitarme con su cuello, y el olor a jabón y a ella que desprendía su piel, hubiera subido y me hubiera perdido en sus labios. Abríamos acabado de una manera totalmente diferente, eso seguro, porque siempre que me inunda su sabor puedo asegurar que se me va la puta cabeza.

Me lo estoy pasando en grande. Me estoy divirtiendo como nunca y soy un cabrón porque sé que es a costa de Emma. Esta mañana, que he venido demasiado temprano hasta para mí, sintiéndome como un crío que está haciendo trastadas, he colgado la ropa interior de Emma en el tablón de anuncios para que todo el mundo que pase por ahí las pueda ver. Me he visto tentado a escribir su nombre para que sepan de quien es, pero al final, el cariño que aún le tengo después de todo, no me lo ha permitido. Cariño, suena muy cursi para mí, para no engañar me la habría follado como un loco en el mismo sitio que hace casi cuatro años, pero mi venganza tenía otros planes. Al menos unos que se caldean muy poco a poco.

Y ha sido muy difícil, ha sido muy duro no continuar tocándola cuando el calor de la piel de su muslo quemaba las yemas de mis dedos, cuando la sentía dispuesta a corresponderme si la besaba, a mandarlo todo a la mierda y dejarnos llevar por el deseo. Mi corazón bombeaba sangre con fuerza por volver a tenerla tan cerca, por volver a sentir su piel contra mis labios y, para no mentir, mi entrepierna gritaba para ser liberada. Que poeta soy, ¿eh?. 

El caso es que mi cuerpo desea más que nunca poder perderme en el suyo, sentirla tan cerca, tan accesible por un momento, me ha dado a entender que ella siente el mismo deseo por mí que yo por ella. No importa las jugarretas que nos estamos haciendo, no importa este duelo y esta guerra que hemos creado, que soy consciente de que si hubiera continuado más tiempo arrinconándola contra esa pared podría haber hecho lo que llevo deseando hacer desde que volví a besarla hace ya tres meses porque ella me habría correspondido. Que estúpido he sido y cuanto lo ha agradecido mi yo egoísta. Porque sí, soy un cabrón egoísta que quiere hacerla rabiar y hacerle putadas por si existe la posibilidad de que se olvide de mí. Pienso que, aunque sea solo para insultarme, estaré en su cabeza como ella está en la mía.

***

Entro en la clase de Ballet, y después de dejar mis cosas y coger el mando de la minicadena, espero a que todos los alumnos entren mientras busco a Emma y su mirada de odio que siempre me dedica y que me da diversión y ternura a partes iguales. Las tres barras vuelven a estar en medio de la clase preparadas para bailar con ellas, y no puedo evitar acordarme de nuestra conversación y lo mucho que me gustó que se ruborizara cuando le dije el titular que me había inventado en ese momento. Sigo sin saber como guardé la calma, como no me tiré a sus labios en el primer segundo en que me di cuenta de que ella también quería, pero supongo que ese suplicio tendrá su recompensa cuando Emma decida discutir conmigo.

Mi corazón empieza a latir con fuerza cuando la veo aparecer al lado de sus compañeros Nora y David. David, ese que me dio tantos quebraderos de cabeza cuando estábamos separados. La decepción se instala en mi cuerpo cuando no me dirige ni una simple mirada, haciendo como que yo no estoy en la sala, mientras habla animadamente con sus amigos como si no hubiera pasado nada, como si no estuvieran sus bragas colgadas en el tablón de anuncios a la vista de todos. ¿Las habrá llegado a ver ella? A lo mejor doy por echo de que sí y luego es la única que no las ha visto. Igualmente me pongo delante de toda la clase mientras carraspeo, y me preparo para actuar normal mientras pienso en otra manera de llamar su atención.

Ven Conmigo (2º Trilogía Conmigo) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora