10 "Editado"

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Emma

Entro en el baño abriendo la puerta de par en par dándome igual si hay alguien dentro que pueda ver que me ocurre algo, pero teniendo un poco de suerte, no hay nadie que pueda pensar que estoy loca por la manera que he entrado tan repentina.

Apoyo mis dos manos en la bancada de los lavabos y respiro hondo un par de veces en busca de oxígeno para tranquilizar esa ansiedad que ha crecido en mi cuerpo cuando los he visto besarse. Dios... estaba besando a otra, está enamorado de otra, quiere a otra. Me siento mala persona por sentir este dolor desgarrador por mi ex cuando yo también estoy con otro hombre, cuando yo también beso a mi novio, cuando también me acuesto con él. Tendría que darme igual, después de tanto tiempo tendría que haberlo superado, pero aquí estoy yo, escondida en el baño de mujeres por el miedo a que me miren la cara y sepan que me ha afectado ver a Alberto bailar con su nueva novia. 

Me echo agua en la nuca y en las muñecas queriendo serenarme, y en cuanto entra alguien me recompongo y le saludo con un movimiento de cabeza y una sonrisa educada para que esa muchacha no se percate de mi estado de animo. Salgo por la puerta con la certeza de que tengo que ser mejor novia. Alberto no puede arruinarme la vida, él está feliz y yo debería estarlo, aunque me joda que su relación con Veronica vaya viento en popa mientras que la nuestra se rompió sin llegar a pelear por ella en solo unos meses.

Me quedo parada a mitad del pasillo que lleva a la sala principal mientras veo a través de las puertas abiertas como Bruno y Nora hablan sin tener a David o Cristina al rededor. La cara de Bruno es entre enfado y preocupación, y Nora parece como si le estuviera dando consejos. Ella le coloca una mano en el brazo como si le diera fuerzas y después se ríe consiguiendo que Bruno también suelte una carcajada. Desde mi posición no puedo oírles porque la música está un poco alta y está mezclada con todas las conversaciones de todos los demás asistentes. Si se giran podrían verme, pero es un pasillo con unas luces tenues y bajas a diferencia de toda la luz que desprende el salón en el que están ellos. 

Estudio sus movimientos, sus miradas, como si fueran amigos de toda la vida. Intento imaginarme de lo que hablarán y me quedo embobada no dándome cuenta de la persona que tengo al lado. 

—¿Ahora te ha dado por ser una mirona? —me dice Alberto consiguiendo que de un respingo en mi sitio por el susto. Pero vamos a ver, ¿me lo tengo que encontrar en todos los lados?. Me giro hacia él y veo que está mirando hacia el mismo lugar que estaba observando yo.

—¿Y a ti te ha dado por hacer actuaciones privadas? —le digo volviendo a girar mi rostro hacia mi novio. No quiero mirar a Alberto a la cara. Estoy enfadada con él, enfadada conmigo misma porque no puedo dejar de sentir todo esto como si de un pinchazo constante en mi estomago se tratara cada vez que tengo a Alberto cerca, pero sobre todo cabreada con él ya que las imágenes de ese beso no desaparecen de mi cabeza.

—¿No te ha gustado? —me pregunta, y aunque no lo mire sé que tiene una sonrisa socarrona en sus labios.

—No ha estado mal. —le digo encogiéndome de hombros y con mi cara de indiferencia.

—¿Incluso el final?. —y que me lo pregunte tan tranquilo me repatea, pero aún así me giro de nuevo hacia él, le sonrío como una falsa y asiento con mi cabeza de manera lenta y tragándome todas las palabras que me gustaría decirle.

—Sí, pero no te tenía como un hombre que le gustara demostrar afecto en publico.

—Y no me gusta, pero habrá sido la emoción del momento. —y le daría un guantazo ahora mismo para borrarle esa sonrisa, pero vuelvo a sonreír y a guardar la compostura.

—Me alegro. —y comienzo a andar para dar por finalizada la conversación ya que si estoy más tiempo no podré aguantar más mordiscos a mi lengua para no decir todas las palabrotas que pasan por mi cabeza. Alberto me coge de un brazo cuando he dado dos pasos consiguiendo que me quede quieta ya que la corriente eléctrica que recibe mi piel es como una sensación cálida y de nostalgia que se propaga desde ahí por todo mi cuerpo.

Ven Conmigo (2º Trilogía Conmigo) COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora