Emma
—Hola. —le saludo un poco avergonzada por su gesto sin entender por qué. Es como si de verdad estuviéramos empezando de cero, como si volviéramos a conocernos desde el principio y como si esto fuera nuestra primera cita oficial. Que nerviosa estoy por la expectación de lo que tendrá preparado para esta noche.
—Hola. —y vuelve a colocarse bien en el asiento del conductor para poner en marcha el coche de nuevo e introducirse en el tráfico de un sábado por la tarde.
—¿Qué tal estas? —le pregunto sin saber que otra cosa decir. ¿Desde cuando estoy tan cortada con él? Después de tanto tiempo, de todo lo que hemos vivido y es la primera vez que me da miedo soltar una barbaridad por mi boca para no hacer el ridículo.
—Mintiéndote, te diré que bien. Y si te digo la verdad te asustarías. —y me mira durante un segundo muy corto para dedicarme su sonrisa más gamberra.
—¿Te están a punto de explotar? —le pregunto inocentemente pero divertida.
—Tanto que me duele. —y su respuesta consigue que me ría con ganas y que al menos me relaje un poco.
—¿Y a donde vamos?.
—Al cine. —dice tan tranquilo.
—¿Y si nos ve alguien que nos conozca?. —digo un poco preocupada. Con el cuidado que hemos llevado durante esta semana solo nos faltaría que nos descubrieran un sábado.
—Tranquila, vamos a ir al cine más lejos de la ciudad. —y me guiña un ojo para después volver a mirar la carretera.
—¿Y después? —le pregunto queriendo esconder esa preocupación en lo más hondo de mi mente. Tengo que dejar de pensar en lo que puede venir y disfrutar del ahora porque sino no haría nada de lo que quiero.
—Iremos a cenar a un mexicano que me gusta mucho.
—¿También está lejos de la academia?
—Sí, no te preocupes.
En menos de cinco minutos llegamos al estacionamiento de un centro comercial enorme. No tardamos mucho en encontrar aparcamiento y agradezco que haya mucha gente porque así será más fácil pasar desapercibida en caso de que haya alguien que conozcamos.
Alberto se coloca a mi lado en cuanto salgo del vehículo, y echamos a andar hacia las grandes puertas automáticas que están completamente abiertas por el continúo trafico de gente que entra y sale del lugar. Permanecemos uno al lado del otro sin decir nada mientras vamos atravesando tiendas de ropa y restaurantes que hay esparcidos por todo el lugar. Los nervios no abandonan mi estomago en ningún momento y puedo sentir que Alberto también lo está porque está más callado que de costumbre y eso me parece raro en él.
—Es por aquí. —me dice cerca del oído para hacerse oír por encima de todas las conversaciones animadas que hay en el lugar por los amigos, parejas y grupos que han decidido pasar la tarde también aquí.
Sigo la dirección que me ha indicado con la mano y me meto las mías en los bolsillos de la chaqueta vaquera sin saber que hacer con ellas y con la suya que cuelga al lado de su cuerpo. Me gustaría mucho entrelazar mis dedos con los suyos y que me guíe por este enorme lugar que yo no había visitado en mi vida y que no me conozco, pero me da vergüenza tomarme esa libertad, y no sé por qué cuando él y yo hemos hecho muchas cosas peores.
Elegimos una película que vemos que nos puede gustar a los dos y nos ponemos en la cola para comprar palomitas y un refresco. Seguimos un poco distantes y me da la sensación de que no sabemos actuar porque nunca nos habíamos visto en esta situación. Durante los ocho meses que estuvimos saliendo, nunca habíamos tenido un cita en la que salimos por ahí hacer cosas como una pareja normal. Siempre estábamos en su casa o en casa de mi abuela por el miedo a que alguien conocido nos pudiera ver, pero saber que él me ha traído aquí para intentar normalizar nuestra situación me alegra. Me gusta mucho que esté intentando hacer las cosas bien desde el principio, porque es verdad lo que dijo. Nuestro primer beso fue lleno de odio y frustración, la primera vez que nos acostamos lo único que nos movió fue el deseo y el cabreo que teníamos entre nosotros; y sí, prácticamente empezamos la casa por el tejado.
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Ven Conmigo (2º Trilogía Conmigo) COMPLETA
RomancePortada realizada por eewriter. ¡Gracias! "Hazlo, y si te da miedo, hazlo con miedo."