XII.

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—Entonces

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—Entonces... ¿saldrán?— Tony volteó a ver a Ángela con los brazos cruzados. Su hija rodó los ojos y se frotó la cien sabiendo que fue mala idea decirle a su padre.

—Pepper, dile algo.— Ángela volteó a ver a Pepper desesperada.

—Tony, cariño, Angela es mayor y sabe lo que hace. No ha salido con nadie desde hace mucho tiempo.— Pepper lo mira y ahí es cuando Tony sabe que pierde.

—Y está bien. Nadie puede salir con ella más que Happy, Rhodes y yo. —Stark muerde su pan y continúa revisando unos papeles.

—Estás loco. Como quiera iré.— Esas son las últimas palabras de la chica antes de girarse molesta.

Antes que Tony pudiera reprochar, Pepper alzo su dedo hacia el y lo mandó a callar.






—¿Lista?— Wanda entró a la recámara de Ángela a la par de Pepper. —Hey, siempre te pones esas botas.— La melliza señaló sus botas negras.

—Sí, piensa que son de la suerte. —Pepper respondió ganándose de respuesta una sonrisa de Ángela.

—Así es, lo son. Ahora, ¿me veo bien? —Se volteó a verlas; vestía un suéter grande color rosa pálido, unos jeans y sus botas. La noche estaba fría como se había diagnosticado en las noticias, cosa que a ella le encantaba.

—Te ves fantástica. Me gusta tu estilo. —Wanda sonrió con timidez y alzó sus pulgares al igual que Pepper. —Bueno yo me voy, otra persona me necesita. —Wanda salió de la recámara dejando a Ángela y a Pepper esperando a que el corredor llegara por ella.

Después de 20 minutos, Ángela estaba esperando impacientemente a Pietro. Habían quedado ir a cenar a las 8pm, nada formal. Solo querían salir y conocerse más.

—Tranquila corazón, son las 7:50. Aún faltan 10 minutos, ¿desde cuándo eres tan nerviosa?— Pepper preguntó al ver que no dejaba de mover su pie con desesperación, no era normal en ella, regularmente era segura y no tenía nervios. Sólo si era una misión, claro.

—No sé, es que... es diferente, ¿sabes? Sólo espero que los demás no noten nada, sería un poco raro.— Admitió susurrando, nadie sabía de su cita, solo su padre, Pepper y obvio la gemela. Tony guardaría muy bien ese hecho pues lo único que ocasionaría si menciona algo es estar escuchando burlas con respecto a su hija y su nueva cita. Sería lo peor que podría hacer.

Escuchó como la puerta era tocada dos veces y se levantó rápido de la cama mirando a Pepper con los ojos abiertos. —Ya llegó, ay dios.— Susurró ganándose una risa por parte de Pepper.

ángela stark ; pietro maximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora