XV.

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Pietro miraba a las demás parejas detenidamente tratando de imitar la manera en que presentaban o tomaban a su acompañante. Habían comenzado a caminar adentrándose al evento, Pietro se acercó a ella poniendo su mano en su espalda baja.

—Nos estaban mirando raro.—Excusó al ver que los guardias de la entrada no dejaban de verlos. Ángela rió y se acercaron a la entrada.

—¿Stark?—Escucharon. El corazón de Ángela se aceleró mientras veía al guardia que parecía saber quien era.

—¿Lo conozco? —Preguntó mirando de reojo a Pietro.

—Sí, bueno eso creo. Trabajé para su padre hace un par de años, aún la recuerdo más chica.—Sonrió y Ángela cree haberlo recordado.—Si se acuerda de mi, dígale a su padre que le mando saludos. Me llamo John.

—Claro John, gracias.—Le dio una pequeña sonrisa. Habían tratado de entrar al casino pero ese guardia parecía estar entretenido con ella.

—Si tiene algún problema no dude en buscarme.— Dijo mirando a Pietro. —¿Su pareja? —Preguntó. Ángela suspiró estresada, sabiendo que tenían una misión y el guardia no los dejaba entrar.

—Ehh... —Ángela balbuceó sin saber que responder, mirando a Pietro.

—Да. Приятно познакомиться. (Sí, mucho gusto).— Pietro respondió queriendo que el guardia de alguna forma pudiera cortar la conversación al notar que no tenía conocimiento del idioma del país, cosa que es absurda pues el trabaja en un lugar donde parece ser indispensable el manejo del ruso.

Ya veo. Adelante, pasen.— John abrió finalmente la cuerda. Pietro seguía con su mano en la espalda de Ángela.

—¿Qué dijiste? —Ángela cuestionó observando el casino.

—Que éramos pareja, ya sabes, creí que si lo decía en mi idioma dejaría de hablar.— Caminaron hasta la barra del pequeño bar.

—Funcionó.— Se sentó en la silla cruzando sus piernas. —Tenemos que esperar una hora. Nos hemos demorado en llegar.— Se sonrojó pensando el porqué de su tardanza.

Pietro se acercó a ella riendo.—¿Ah sí, señorita Stark? ¿Me podría decir por qué nos hemos demorado?—Cuestionó mirándola mientras posaba una de sus manos en su rodilla descubierta. Ángela se rió nerviosamente a la vez que daba una pequeña mirada a su derecha.

—Un correcaminos me ha interceptado.— Dijo haciéndolo reír una vez más. Ángela rió con el.— Deberíamos tomar algo.— Dijo una vez que las risas pararon. La mayoría de los invitados o estaban jugando o estaban bebiendo.

—Bien. ¿Sabes jugar algo de aquí? — Pietro preguntó separándose de ella. Se acercó al barman con la intención de pedir algo.—¿Te parece algo ligero?

ángela stark ; pietro maximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora