Capítulo Siete. Flash

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Lily, ¿estás flipando con el vino o Hadid acaba de besarte?.

Fue un beso tan sutil, tanh aterciopelado y breve que no sabía si era fantasía o realidad. Aún así y por muy efímero que fuese, el sabor de los labios de Hadid, fue de lo más exquisito.

Ahora es cuando sientes cosquillas de verdad, ¿eh, Lily?.

Aún no entiendo que haces en mi mente, vocecita....

Cuando se separó de mí, hizo como si no hubiese pasado nada. Continuó leyendo el libro que eligió de su biblioteca y yo volví a recostarme sobre su pecho. NO fue una situación incómoda sino más bien como si fuese lo más normal del mundo.

Su voz, su olor, los latidos de su corazón, me inspiraron una tranquilidad que acabó aletargándome de tal forma que me dormí sobre él.

Cuando volví a despertar, estaba en una habitación desconocida para mí, pintada en tonos verdes y dorados y con un amplio balcón desde el cual entraban los rayos de sol del amanecer.

¿Sigo en casa de los Alfasi?.

-Buenos días, Lily.

-¡Dios!. ¿Tienes previsto matarme, Hadid?.

Estaba sentado en un sillón justo a mi lado mostrándome su espléndida sonrisa.

-Tenía previsto observarte mientras dormías pero parece que tú también estás acostumbrada a despertar temprano como yo.

-Los horarios de tu empresa....¿Has pasado la noche en ese sillón?.

-No, te dormirte en la biblioteca y me fue prácticamente imposible despertarte así que te traje hasta aquí. No temas, yo dormí en mi cuarto.

-Gracias por ofrecerme tu casa, Hadid.

-Para mí verte desde por la mañana es un placer y más teniendo en cuenta que hoy no trabajas.

-¿Por qué lo sabes?.

-Porque he visto tu cuadrante y si no tienes nada que hacer, me gustaría pasar el día contigo. Tal vez una excursión a la costa.

-Iré contigo a cambio de algo.

-¿A cambio de algo?.

-Los sábados por la mañana me gusta despertarme, sentir que no tengo que madrugar y aprovechar para descansar media hora más. Después me tomo un chocolate caliente y empiezo el día.

-Entonces quieres dormir media hora más y un chocolate. no eres muy exigente, Lily.

-En realidad, sí. Me gustaría acostarme junto a ti. Sé que quizás suene un pelín atrevido pero me haces sentir bien, me tranquilizas.

Me miró con un gesto indescifrable durante unos segundos. Estaba casi segura de que me diría que no o que Echaría a correr pero no, se acostó a mi lado haciendo que su pecho me sirviese de almohada.

Para ser yo Lily James, una mujer que nunca se había enamorado, que no era fan de la literatura romántica y que no había previsto empezar la búsqueda de mi futuro marido hasta los cuarenta mínimo, tenía que admitir que estaba hasta el culo por Hadid.

Lo que me hacía sentir no era digno de ser escrito pues era tan bonito que las palabras no harían más que estropearlo.

Un par de horas después, viajamos hasta Essaouira, una ciudad de costa que me recordaba a algunas que había visitado en el sur de España, plena de encanto y exotismo.

Me gustaba el mar lo mismo que me atemorizaba. Cuando estaba calmo y sereno me hacía gracia observar el horizonte y pensar qué es lo que había más allá de allí, en alta mar o imaginarme mil historias sobre mensajes en botellas que llegasen veinte años después a las manos de alguna persona y que te contestase cuando ya apenas te acordadas de haber lanzado aquella botella.

Pero, por otro lado, cuando rugía y sus aguas se tornaba azul oscuro casi negro, me moría del miedo. Pocas cosas eran capaz de acongojarme más que sus olas embravecidas, la profundidad del océano, las criaturas desconocidas que allí vivían.

Probablemente guardé relación con el hecho de no saber nadar, Lily.

¿Sabes?. Podrías ser más amable. Ser mi voz interna no te da derecho a recordarme constantemente mis fallos.

-¿Te apetece darte un baño?

¿Ves cómo me necesitas?. Estás tan enchochada con Hadid que le acabarías diciendo que sí olvidando incluso tu carencia. Salvarte de morir ahogada es un punto a mi favor....

-¿Mojarse los pies no sería mejor opción?. Lo digo por el bañador y esas cosas.

-Podríamos bañarnos desnudos.

-¿En una playa de Marruecos?. ¿Quieres acabar en la cárcel?.

-No sería un mal precio por verte desnuda.

¿What?

No solía ruborizarme, de hecho podría contar con los dedos de las manos las veces que lo había hecho en mi vida pero el comentario de Hadid acabó convirtiéndome en algo similar a un tomate y por lo visto le hizo bastante gracia porque él reía mientras yo ya no aguantaba tanto rubor.

-No se nadar, ¿sabes?.

-Ya tenemos más cosas en común porque yo tampoco sé hacerlo.

-¿No sabes nadar?.

-Tú tampoco. No se de que te sorprendes si al fin y al cabo parece no ser una cosa tan anormal.

-¿Nunca te habían dicho que enfadada estás guapísima?.

-¿Todos los hombres le decís eso a las mujeres cuándo se enfadan?.

-Así que estás enfadada....

-Hadid, no seas....

No seas nada porque ni una sóla palabra más fue capaz de salir de mis labios pues él se encargó de sellarlos con un beso mucho más profundo que el primero que me había dado.

-Llevas todo el día sorprendiéndome, Hadid.

-Y más que te sorprenderé si tu me dejas, si quieres compartir tus momentos conmigo, Lily.

-Nada me gustaría más.

Esta vez fuí yo quien lo besé. Tan tiernos, tan dulces, tan llenos de amor me resultaban sus besos. Definitivamente, estaba perdida y locamente enamorada de Hadid.

-Entonces, ya que ninguno de los dos sabe nadar, te invito a comer. Una buena comida con una cerveza o dos nos sentará de lujo.

-¿Cerveza?. Creía que no se vendía.

-Mis padres eran veganos, Lily pero les encantaba el buen vino y la buena cerveza. De ellos aprendí los restaurantes donde sirven alcohol.

-Tuviste una infancia muy feliz por lo que cuentas. 

-No la cambiaría por nada. ¿Vamos?.

-Vamos.

Me cogió de la mano y juntos paseamos por las calles de Essaouira. Ninguno de los dos decía nada, ni siquiera habíamos hablado de ello pero parecía que cada vez estábamos más cercanos a ser una pareja.

Lily James....

¡Shut up!

Y llegó ella....((COMPLETA))#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora