Y llegó ella....((COMPLETA))#2

Señora Alfasi

Lily James,  la mujer que había llegado a mi vida en uno de mis peores momentos para demostrarme que el amor existía, yacía a mi lado dormida plácidamente. Tan dulce, protestona, bella y cariñosa como siempre. Sólo algo había cambiado en ella y es que ahora era la señora Alfasi,  mi más preciosa señora, la madre de mi hijo.

¿Sólo eso había cambiado?. En realidad no. Obviando los antojos absurdos y extraños que solía tener a ciertas horas del día o de la madrugada, Lily había madurado. Había demostrado a todos que sabía resolver las cosas a su forma, que sabía buscarse aliados y luchar por lo que quería. Aptitudes dignas de una reina, aptitudes que me habían salvado de la locura de ser esposo de Fiona Halal.

Fiona.....¡Cuán mal había resultado!. Ella y su padre en quien mi propio progenitor había confiado y de quien mi madre había dudado y con razón. Tal fuese que nunca me había faltado nada pero no lograba alcanzar a entender como alguien era capaz de plantearse siquiera quitarle la vida a la gente por dinero. Y tanto de tanto pensar en ello, una idea que me quitaba el sueño , empezó a aparecer en mi mente cada noche. ¿Y si Halal había quitado la vida a mis padres?. En teoría habían muerto por causas naturales pero ninguna autopsia les había sido realizada. ¿Los habría envenenado?.

Preocupar a mi esposa embarazada de nueve meses con mis teorías me parecía inoportuno e incluso peligroso por lo que yo mismo empecé a leer los diarios de mi madre. Evidentemente, si habían sido asesinados, no habría constancia escrita de ello pero me daría la oportunidad de investigar al respecto. Conocía demasiado bien a mi madre como para saber si dejaba pistas ocultas en sus escritos.

Me sentía en realidad un poco paranoico pues, ¿acaso todos los matrimonios de mi familia iban a ser víctimas de homicidios por parte de psicópatas?. Pero, ¿y si mi intuición no me fallaba?. Debía llegar a la verdad y de hecho, me lo había propuesto pero, mi investigación tuvo que ser aparcada el día que mi hija nació.

Una niña que no lloró al venir al mundo y con unos enormes ojos aparentemente tan azules como los míos fue una bendición que me hizo olvidar todas las preocupaciones que me rondaban.

-Es preciosa, Lily. Nunca me cansaría de mirarla.

-Preciosa y tranquila. ¿Has visto que apenas llora por nada?.

-De hecho no lloró al nacer. Aisha dice que los bebés que no lo hacen, suelen ser almas viejas e intuitivas.

-¿Cómo intuitivas?.

-Con el don de la clarividencia por ejemplo.

-¿Tú crees en esas cosas?.

-No hasta la fecha pero Aisha sí y no me apetece enzarzarme en una discusión con mi tía anciana y cabezota.

Lily me sonrió. En mi familia ya era una más y conocía tan bien a Aisha que supo exactamente el motivo por el cual lo decía.

-He estado pensando que nuestra niña debería llamarse Helen.

-Por mucho que me guste el nombre de mi madre,  no quiero que te sientas obligada a ponérselo, Lily.

-No me siento obligada, Hadid. Si no hubiese sido por tu madre y sus diarios,  no estaríamos juntos y esta niña se estaría criando con Josh y no con su verdadero padre. Asi que estoy  orgullosa de ponerle ese nombre.

Me estremecí. Lily me había comentado lo que había pensado hacer al enterarse de su embarazo. Queria a Josh pero imaginármelo casado con mi mujer y criando a mi niña sin saber yo de su existencia me torturaba.

-Nunca dejé de amarte y nunca lo haré, Hadid.

-Ni yo a ti, Lily. ¿Helen Alfasi?.

-Una nueva Helen Alfasi para iluminar nuestras vidas. Una en el cielo,  otra en la Tierra.

Me sentí orgulloso de aquellas palabras.

Al anochecer, me asomé al balcón de nuestra casa con Helen en brazos y mirando al cielo, hablé a mi hija.

-Tu abuela te guarda desde el cielo, pequeña. Aunque no la veas, te ama y te cuida desde cada una de las estrellas que hay en el firmamento. Nunca tengas miedo, ella te protege.

Y así fue como la pequeña se durmió y una lágrima de felicidad resbaló por mis mejillas.

Os amo, mis más bellas princesas....