Capítulo Veintiuno. Ser Padres

4.4K 485 3
                                    

¿Cuándo tenías pensado contarme què estás embarazada?.

¡Oh! ¡Mierda!. Un pequeño detalle que se me había pasado por alto.....

-Mi padre no sabe guardar secretos, ¿verdad?.

-Pero tú sí.....

Lo miré a los ojos sin saber muy bien discernir lo que éstos expresaban.

¿Vamos a tener nuestra primera discusión después del feliz reencuentro?.

-¿En serio, Hadid?. Durante todo este mes,  Lily ha estado dejándose hasta las entrañas buscando una forma de librarte de la loca de Fiona. Llevamos quince días sin levantar la vista de los diarios de tu madre y esta noche, apenas ha dormido. ¿Crees qué se le haya pasado por alto el hecho de decirte que está embarazada es un delito?. Más si tenemos en cuenta que está en una nube por verte.

Ví como Josh miraba fíjamente a los ojos a Hadid. Sí, él era el mejor de los amigos, un buen aliado que siempre me defendería. Estaba segura.

-¿En serio vamos a ser padres?.

-Como ves tu situación no ha cambiado mucho. Hace tres horas ibas a tener un hijo y cuando te creías libre, vuelves a estar comprometido.

-¿Comprometido,  Lily?. Me sentí mal al enterarme por tu padre pero te confieso que nunca una noticia me había alegrado tanto.

Me abrazó tan profundamente que casi me ahoga del impulso pero aún así, me sentí feliz de poder celebrar al fin junto a Hadid mi embarazo. Habia estado tan cerca de que aquel bebé creciese sin él, sin conocerlo que me emocioné. Aunque había algo que debía hacer antes de empezar a navegar por mi mar de colores alegres.

-Josh, hay algo que quiero pedirte en nombre de los dos aunque sea evidente que la segunda parte aún no esté enterada.

Me miró con cara de confusión. ¡Por una vez sería yo quien le dejase aturdido!.

-Este mes ha sido una auténtica mierda pero reconozco que de no haber sido por tí,  hubiese sido mil veces peor. Te debo mi esperanza, la ilusión y el poder estar aquí junto a Hadid. Así que, por favor, este niño que llevo en mi vientre,  necesita que seas su padrino,  su segundo padre.

De la confusión pasó casi a la emoción pero Josh era Josh.

-Ni la segunda ni la tercera parte están enterados. Has de tener cuidado,  Hadid. Esta mujer parece llevar siempre la delantera no se si hubiese sido mejor....

-Josh, ¡Ni la menciones!.

¡Qué capacidad tan innata para hacerme rabiar!. ¿Por qué siempre sus bromas parecían tan graciosas para todos menos para mí?.

Quizás porque eres el principal blanco de todas ellas....

Como no.....

-Josh,  hermano-empezó a hablar Hadid conteniendo una risita-. Estoy de acuerdo con Lily. Has cuidado de ella tal y como te pedí y deseo de corazón que nuestro bebé sea tu ahijado.

-Sólo pondré una condición entonces.

-¿Te atreves a poner condiciones?-casi grité-.

-Cuida de Lily y del pequeño mejor de lo que yo mismo lo haría.

-Entonces serás bienvenido a esta familia a la que nunca has dejado de pertenecer.

La amistad entre ellos, era tan intensa y tan noble que se palpaba con tan sólo observar sus gestos. Entendía la razón por la que Hadid no se había atrevido a salir conmigo al principio. Dañar a su amigo era algo que no podía permitirse y agradecía profundamente que tan sólida relación no se hubiese estropeado por mi culpa.

-Os dejo solos. Tengo varias cosas que hacer. Tan sólo ser felices, ¿de acuerdo?.

Ví como Josh se alejaba cobijada entre los brazos de Hadid. A pesar del mal humor que sembraba en mí,  sabía que, echaría de menos sus poco delicadas bromas.

-Tu padre me ha pedido que lo despida de tí. Me ha comentado algo de que ya estáis empatados y que volverá en unos días con tu madre.

Me reí. Empatados. Sabía por qué lo decía. Yo habia ocultado mi embarazo y él se había encargado de cagarla diciéndoselo a Hadid. Las gallinas que salen por las que entran como suele decirse.

-¿Te ha tratado bien?. ¿No te ha amenazado ni nada parecido?.

-Al contrario. Me parece un señor muy afable y respetuoso y muy joven para ser tu padre.

-Nosotros no somos los únicos que hemos tenido un desliz-sonreí-. Tenía veinte años cuando mi madre quedó embarazada.

-Bueno ahora que seremos padres y que no puedo ser más feliz de tenerte de nuevo entre mis brazos,  se me ocurre una idea.

-¿Qué idea?.

-¿Confías en mí?.

-¿Debería?.

-Por tí daría hasta mi vida. ¿Cómo no confíar en mí?.

-Está bien-puse mis ojos en blanco-. Guíame hasta el fin del mundo.

Me cogió de la mano riéndose para atravesar todo el salón donde se celebraba el banquete. Después subimos hasta la terraza exterior de la última planta,  dónde estaba situado el bar.

Atardecía en Marrakech y una luz anaranjada empezaba a descender. Era bonito pero me sorprendió que nadie estuviese en el bar.

-¿Han dejado tus huéspedes de beber de repente?.

-No, boba. Cuando pasaron los días y no tuve señales de vida tuyas, me sentí perdido,  sin ganas de seguir adelante pero entonces tuve un sueño en el que nos veía juntos y felices. Me pareció tan real que la esperanza vino a mí de nuevo así que,  aún sabiendo que era improbable que aparecieses el día de mi boda a rescatarme,  mandé contratar a alguien que nos casase para este día porque sabía que si volvía a verte,  ya nunca más querría separarme de tí.

¿En serio lo había planeado por sí volvía?. Suspiré. Me parecía tan romántico, tan bonito y a la vez tan irreal que casi tengo que frotarme los ojos al percatarme de un  pequeño altar decorado con flores justo a nuestra derecha.

-¿Estoy en mi propia boda?. ¿Sin testigos?. ¿Sin anillos?. ¿Sin vestido de novia?.

Estaba tan nerviosa que no hacía más que decir incoherencias.

-Las dos primeras claúsulas están completas-señaló a Lazard y Alí que estaban sentados en una esquina del bar casi ocultos por las sombras-. También tengo los anillos-me mostró una caja- que no son reciclados por si lo preguntas y la tercera, ¿qué importa?. Para mí siempre luces perfecta y,  al fin y al cabo, ¿qué es una prenda al lado de nuestro amor?. Dime,  Lily James, ¿quieres casarte conmigo?.

-¿Cómo no?. Lo quiero todo contigo,  Hadid.

Así fue como,  bajo la luz del ocaso y acompañados por dos de las personas que más habian apostado por nuestro amor en calidad de testigos,  Hadid y yo nos casamos en secreto, como dos amantes fugitivos,  sellando con un dulce beso el triunfo de nuestro amor.

Señora Alfasi. ¿Quién lo habría dicho?.

Miré a los ojos a Hadid y sonreí. Sí,  amaba a aquel hombre más que a mi vida entera y,  aunque tuviese que escalar la más alta montaña, lucharía por defenderlo,  por construir un futuro juntos que empezaba justo en aquel momento.

Y llegó ella....((COMPLETA))#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora