Cada beso que me daba era terciopelo, cada beso que me daba olía a madera y canela, cada beso me daba sabía a él.....
A Hadid, el hombre que ya nunca sería posible desterrar de mi corazón quisiese o no quisiese
A la vuelta de Venecia y después de venir cargada de máscaras para decorar mi casa, Hadid me sorprendió con la noticia de que quería que viviesemos juntos.
No dudé ni un segundo y, prácticamente tres días después, ya vivía conmigo. Él había querido seguir en la mansión para cuidar de Aisha pero tras prometerle ir a visitarla todos los días, accedió sin problema a mi petición de vivir en soledad sin tantos familiares a nuestro alrededor. Eran encantadores pero la intimidad era un bien preciado por mí sobretodo después de haberme pasado media vida rodeada de sirvientes.
Nos compenetrábamos bastante bien. Él apenas tenía manías que no fuesen tener su ropa perfectamente planchada y ordenada y yo era feliz observando divertida como se quejaba por mi habitual desorden de armario.
-¿Qué problema hay, Hadid?.
-Tienes toda tu ropa arrugada.
-Lo sé pero probablemente se vuelva a arrugar después de planchar y trabajaré dos veces por lo que prefiero hacerlo cuando vaya a ponérmela. Además, si te fijas, la mayoria no necesita tantos cuidados.
Puso sus ojos en blanco y después se acercó a mí.
-Te lo perdonaré porque te amo. Supongo que son estas las pequeñas cosas que recordaremos en el futuro y nos harán gracia.
-Supones bien, Hadid.
Vivir con él era maravilloso y unido al hecho de que ya no trabajaba en la recepción sino como asistente de Alí quien me trataba muy bien y me obsequiaba con grandes consejos y coloquios, mi vida en Marruecos parecía ir a las mil maravillas.
-Me alegro de que mi sobrino y tú estéis juntos. Siempre fue deseo de Helen que se estableciera con una mujer que lo mereciese y no se me ocurre nadie mejor que tú.
-¿Haciendo la pelota a tu asistenta?.
-No, hablándole con el corazón a mi asistenta. Rose era como una hermana para mí que luchó contra viento y marea por su amor hacia mi hermano. Incluso llegó a amenazarme pero sólo a ella le debo tener a Amina a mi lado. Helen, era una defensora del amor verdadero y no me cabe duda de que os guiará en cualquier problema con el que el destino os sorprenda.
-Era mi especial, ¿no?.
-Demasiado especial para tener que convivir con su ausencia, Lily. Aún así, lo hacemos lo mejor que podemos. Fue su deseo morir con mi hermano y lo consiguió.
-Me hubiese gustado conocerla.
-Seguro que a ella también pero, si miramos el lado positivo, ahora tienes un tío ejerciendo las labores de suegro.
-¿Sabes qué Alí?. Me encantan las cosas diferentes. Un tío-suegro me parece genial.
-Me alegro por ello, Lily. Tener una sobrina-nuera también es excelente.
Así nos iban las cosas. ¿Cómo la seda podría decirse?. Todo iba perfecto. No había problemas. Hasta que el tiempo me sorprendió con una pequeña incluso milimétrica sorpresita.
-¿Puedo hablar con Hadid?.
¿En serio Fiona tiene los santos cojones de presentarse en mi casa?.
-Podrías pero me gusta más la idea de echarte a patadas de la casa. ¿Qué opinas?.
-No estaría ensuciándome los nudillos llamando a tu puerta sino fuese por una causa de fuerza mayor.
-Lily, ¿qué pasa?.
Hadid asomó por el pasillo recién salido de la ducha y en calzoncillos.
-Pues que, por lo pronto, le estás dando una alegría a Fiona.
Miró hacía "mi amiguita" pasando su rostro de la confusión a la vergüenza y el resentimiento.
-Lo siento, Lily. Es una costumbre familiar o eso decía mi madre. Por cierto, Fiona. Puedes irte ya he solucionado todo con tu padre.
-No es el trabajo o mi padre lo que me trae aquí. Debo hablar contigo de un asunto relevante.
-Puedes decírmelo aquí si tan importante es-le contestó mientras se ponía una bata-.
-Me gustaría que fuese en privado.
La urgencia con que Fiona reclamaba la privacidad me pareció extraña oliéndome a chamusquina aquella historia sin saber siquiera de qué iba.
Suspiré. De todos modos, Hadid me lo contaría así que decidí darles su tiempo.
-Te vigilo, Fiona.
Le hice una señal con los dos dedos que ella ignoró rodando sus ojos para salir detrás de mi novio hacia el despacho improvisado que había montado en una habitación sin uso.
Durante los eternos veinte minutos en los que estuvieron reunidos, sentí como si el techo de la casa se me cayese encima. Ansiaba saber qué estaba tramando aquella víbora con piel de corderito pero, por más que quisiese, entrar en la habitación no era una opción así que me encontraba dando vueltas por los pasillos haciendo como la que limpiaba cuando al fin salieron.
Hadid lucía pálido, ella triunfante. Pasó por mi lado, dejando un pestilente olor a almizcle y salió de mi vista sin pronunciarse.
-Hadid,¿puedo preguntarte qué es lo que pasa?.
-Nada bueno y creo que te va a gustar tan poco como a mí.
-Nada bueno como qué. ¡Explícate, Hadid!.
-Tengo que casarme con Fiona.
-¿¿¡¡Cómo!!??
Sin saber de qué forma, la perfecta visión que tenía del amor, de Hadid se enturbió. Me planté en frente de él y sin pedirle ninguna clase de explicación, le dí una bofetada que resonó en mi alma de la forma más dolorosa. Después, salí corriendo de mi piso.
-¡Lily!. ¡Lily! ¡Por favor!. ¡Espera!.
Ninguna palabra fue capaz de detenerme, ni tan siquiera la risa que escuché en la calle y que me pareció que pertenecía a Fiona. Tan sólo quería correr, olvidarme de todo lo que en aquel instante pasaba por mi mente.
Nunca jamás volvería a caer en la trampa del amor. ¡Nunca!.
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Y llegó ella....((COMPLETA))#2
Romance❤❤ATENCIÓN. ESTA ES LA SEGUNDA PARTE DE "ATRAPADA". SE RECOMIENDA LEER DESPUÉS PARA EVITAR SPOILERS❤❤ Para Hadid Alfasi, el compromiso siempre ha sido un tema a rehuír y es que, con un ejemplo de amor perfecto como el de sus padres, cualquier mujer...