Capítulo Quince. No

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Tapó mis labios con sus dedos estremeciendo mi cuerpo al instante y después se acercó peligrosamente a mi boca.

¿Cómi huir de él cuando mi cuerpo, mente y alma no quieren alejarse de él ni por un instante?

-Hadid, esto no está bien.

-Creeme que lo sé pero, ¿cómo negarme a tí, Lily?. ¿Cómo poder resistirme a besar los labios en los que pienso cada noche al acostarme y cada mañana al despertarme?.

-¡Oh, Hadid!. No me pones las cosas fáciles.

-¿Ah no?.

-No cuando yo pienso y siento lo mismo que tú.

-Entonces no me niegues un beso.

-Estás prometido....

-A una mujer que no amo. Tan sólo un beso tuyo servirá para darme las fuerzas que necesito.

Mi sentido común me decía que no podía rendirme ante él, que por muy mal que me cayese Fiona, no se merecía un engaño pues por el momento, nada podía negar que no fuese la madre de su hijo pero mi corazón, latiendo casi fuera de mi pecho, me decía que yo también necesitaba ese beso, que nada más podría desear en aquel preciso instante. Y lo besé. Volviendo a sentir sus labios de terciopelo sobre los míos, embriagándome con su olor y deleitándome con aquel acto que no tenía otro nombre que no fuese pecado.

Pero tanto él como yo éramos personas fogosas y a punto estuvo de acabar en un pecado mayor si no hubiese recuperado mi sentido común tan pronto como se había ido.

-Hadid-me separé de él-. Encontraré la llave, ¿sí?.

Salí corriendo del despacho, con los ojos de Hadid aún clavados en mi recuerdo y lo hice llorando, sintiéndome desgraciada por no ser libre para amarlo, por estar mis deseos prohibidos.

-Lily, ¿a dónde vas?.

-Ali, he recordado que tengo que hacer algo importante. ¿Te importa que sigamos buscando mañana?.

-¿Algo importante tiene que ver con tus lágrimas?.

-¡Lily!-la voz de Hadid tras de mí-.

Miré a Alí quien con su mirada me dio el consentimiento para salir pitando de aquella casa de la que en realidad no me quería ir.

Amaba a Hadid, eso era algo más que evidente y no quería perderlo bajo ningún concepto. Si aún habia esperanza para nosotros, estaba en los diarios de Helen Brown y mi misión se centraba en ello.

Fueron varios días los que me pasé buscando en aquella casa las famosas tijeras. Siempre en ausencia de Hadid, como le había pedido a Alí sin dar la búsqueda ninguna clase de resultados.

-Lily, ¿soy yo o llevas sin dormir bastante tiempo?. Luces pálida.

El bueno de Josh se preocupaba más de la cuenta por mí, siempre pendiente de mi estado de ánimo.

-No te voy a negar que duermo poco pero estoy bien,Josh.

-Tampoco comes mucho.

-Nunca lo he hecho.

-Menos de lo habitual.

-No tengo mucho apetito últimamente.

-Debes cuidarte, Lily o ¿acaso quieres que Hadid me castre?.

-Hadid se va a casar con Fiona, Josh. Es de ella de quien debería preocuparse.

-Tan sólo cuidate, ¿de acuerdo?.

-Está bien, Josh. Lo haré.

Josh se preocupaba con toda la razón del mundo. La búsqueda a contrareloj me estaba agotando hasta el punto de caer desmayada un día en casa de los Alfasi. Cuando desperté en la habitación del balcón, Lazard estaba sentado a mi lado.

-Cuando te dije que te dieses prisa, no quería que pusieses en riesgo tu vida.

-Tan sólo ha sido un desmayo, Lazard.

-No soy tu médico pero me gustaría examinarte si tú me lo permites.

-Está bien.

Puse los ojos en blanco mientras Lazard procedía a tomarme la tensión y sacarme sangre. Nunca me habĺan gustado los médicos pero Lazard era diferente y de todos modos, de no dejarlo examinarme, no pararía hasta conseguirlo.

-¿Nada grave?.

-Te lo diré tan pronto tenga listos unos análisis. Vuelvo en diez minutos.

-¿Acaso tienes un laboratorio en casa?.

-Algo así-sonrió-. No te levantes,Lily. Estás débil.

Así me quedé en la cama mirando la habitación. Pronto me cansé y acabé por hacer lo que no debía:levantarme. Un.nuevo mareo me nubló la vista de modo que acabé en el suelo tirada. Maldije mi suerte sin ser capaz de poder volver a la cama de nuevo pero de repente, justo debajo de ella, una baldosa suelta llamó mi atención. Alargué la mano para descubrir que había bajo ella y allí brillantes como la más grande estrella, estaban las tijeras con forma de flor de lys que tanto había buscado.

-Lily, ¿qué haces tirada en el suelo?. ¡Te dije que no te levantases!.

-Lo siento, Lazard ya sabes que soy un poco cabezota pero tengo buenas noticias.¡He encontrado las tijeras!.

-En la boca del lobo tal y como te dije. Esta era la habitación de Helen. Te ayudaré a acostarte.

-¿Acostarme?. ¡Tenemos que leer esos diarios rápidamente!.

-Antes debo decirte algo y creeme que es mejor que te acuestes.

-¿De qué se trata,Lazard?.

-Tal y como sospechaba, Lily. Estás embarazada.

-¡¿Embarazada?!

¿Embarazada de Hadid?. ¿Hadid prometido a Fiona?. ¿No es curioso qué ahora que yo necesito un padre este se vaya a casar con otra?.

Y llegó ella....((COMPLETA))#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora