Soledad sin Lily

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Admiraba la decisión que Lily había tomado al no viajar conmigo. Ella era una trabajadora y no quería que el resto de empleados la viesen como a la "novia de" o "la hija de" pero no por alabarla significaba que no la echase de menos y cada día de los seis que duró mi viaje a Londres, añoré su compañía y su cariño.

A veces pensaba que mi madre la había traìdo a mi para demostrarme que el amor verdadero existía incluso para mí. Lily James, era la única a la que había caído rendido y ese fue el principal motivo que me hizo empezar a pensar en compartir una vida a su lado.

En realidad me apetecía y me ilusionaba despertar cada mañana a su lado ofreciéndome su cálida sonrisa, sus abrazos y sus besos al igual que yo a ella.

Resuelto ya el tema con Josh, a quien tuve que confesarle que amaba a Lily, hablarle de vivir juntos me parecía una excelente idea. ¿Para qué esperar más?.

-Josh, te he visto mirar a Lily, se que te gusta pero no haría honor a mi persona ni a mis principios sino te dijese que la amo. Desde que la vi contigo, traté de convencerme de que estaba prohibida para mis ojos pero ya ves que las cosas no son siempre como uno desea.

-Hadid, hermano. Nunca creí que fueses a enamorarte de otra cosa que no fuese la vida pero, ahora que me cuentas esto, ¿quién sería yo para entrometerme?. no te negaré que Lily me gusta pero también puede gustarme siendo mi amiga, siendo la mujer del que siempre consideré como a parte de mi familia.

-¿No te molesta entonces?.

-¿Qué gane el amor?. Eso nunca molesta.

El pobre de Josh, siempre más sensible que yo mismo, me había impedido incluso permiso para cenar con mi novia. Ciertamente, no era algo que me correspondiese contestar. Ella era libre de tomar sus decisiones pero me pareció un buen gesto por su parte.

Hablando con Lily, me informó de que cenaría con Josh una noche.

-¿Recuerdas qué le debía una cena?.

-No sabía que fueses buena cocinera.

-No lo soy pero Internet me está echando un cable. El quid de la cuestión es no saltarse ningún paso. Al menos huele bien.

-Ya probaré tu buena maña en la cocina cuando llegue a Marrakech.

-Después de achucharte todo cuanto quiera. Llevas tres días lejos. Te debo unos cuantos abrazos.

Fue eso, ver la sinceridad que Lily y Josh mostraban, tan normales y espontáneos como siempre, la que me hizo descreer al instante cuando un mensaje llegó a mi teléfono móvil.

Eran un par de fotos de Josh entrando en casa de Lily y otra de ellos dos abrazándose.

¿Realmente confías en ellos?.

La pregunta retórica que acompañaba a las instantáneas estaba formulada con maldad.

Casi desde el principio, sospeché de que Fiona estaba detrás de todo aquello. Hacía un par de meses, había tenido una aventura con ella, una sola noche que quisiese poder borrar de mi historial porque desde entonces, se las había venido ingeniando para sofocarme y amargarme todo cuanto pudo siendo el hecho de ser hija de un socio de mi tío el único motivo por el cual aún seguía trabajando en la empresa.

De todos modos, quise contrastar la información antes de utilizar aquel mensaje como prueba para despedirle definitivamente sin ápice de resquemor o culpabilidad.

-¿Hadid?.¿Qué es lo que pasa?.

-¿Cuántos enemigos tienes en Marrakech?.

-¿Cómo enemigos, Hadid?. ¿Me puedes explicar?.

-A parte de Fiona, ¿te llevas mal con alguien más?.

-Sólo conozco a tu familia y no creo que ninguno de ellos sea mi enemigo a no ser que disimulen bien claro está. ¿Por qué lo preguntas?.

-Pues porque acabo de recibir un mensaje donde se os ve a ti y a Josh abrazados a la puerta de tu casa y Sospecho que es ella la que está involucrada en todo esto.

-¿¿Qué??. ¡Maldita hija de....!

-Lily, tranquila. Resolveré esto mañana, ¿de acuerdo?. Quizás te de una sorpresa y tengas nueva compañera de trabajo antes de que acabe tu mes de recepcionista.

-Ya-suspiró al otro lado del teléfono-. Debería haber hecho esto primero. Ya sabes el quedar con Josh y eso así me hubiese ahorrado un mes viendo su cara. En fin, nunca se está contento con lo que se tiene.

La contestación de Lily me hizo reírme y olvidar por un momento mi cabreo monumental con Fiona. Si era ella  la que se había atrevido a mandarme aquellas fotos, tenía muy claro que jamás trabajaría en ningún hotel fuese Alfasi o no pues las traiciones en mi empresa se pagaban bastante caras y más si en ellas se involucraba a la persona que yo más amaba.

Y llegó ella....((COMPLETA))#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora