Capítulo 10

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Tras ver una película que había elegido Carlos y con todas mis fuerzas haber intentado mantener los ojos abiertos, este se fue de mi apartamento. Me había dicho que tenía que madrugar al día siguiente y que necesitaba descansar pero había visto como miraba el móvil repetidas veces y en una de mis escapadas al baño le oí como hablaba con la que probablemente sería una de sus ligues. No entendía porqué Carlos trataba de ocultarme sus encuentros furtivos con mujeres, si al fin y al cabo, éramos amigos, ¿No?. Esa noche dormí del tirón, el cansancio que había acumulado durante todo el día había hecho que cayera rendinda en mi cama nada más tumbarme. Al día siguiente me costó díos y ayuda levantarme de la cama y al verme en el espejo vi como una enormes ojeras moradas habían salido debajo de mis parpados. He aquí otro síntoma más del cambio que estaba sufriendo mi vida. Me vestí lo más cómoda y simple posible y fui a la universidad. Había quedado con Dave a la salida pues al final no había pasado por mi casa a buscar su cartera como prometió. Creo que más que por recuperar su cartera lo hacía para que le contase todo lo que había pasado la noche anterior con Carlos. Sí, se me había escapado por teléfono que Carlos había venido a mi casa. Grave error pues ahora iba a tener que relatarle a Dave con pelos y señales todo lo que había pasado esa noche. Al salir de la universidad allí se encontraba Dave, pero no estaba solo, se había traído a la artillería pesada, Sabela y Marilia. Bien, estaba preparada para el tercer grado.

-Ya veo que Dave es un bocazas.- dije nada más encontrarme con ellos y tendiéndole su cartera a Dave.

-Asi que anoche hubo visita furtiva a casa de Julia Medina...—dijo Sabela sin preámbulos.

-Le había prometido que cenaríamos juntos y se presentó en mi casa con un par de pizzas.- Expliqué quitándole hierro al asunto.

-¿Te contó algo?- dijo Dave en su modo más cotilla.

-¿Que va a contarme Dave? Simplemente cenamos y cada uno se fue a su cama a dormir.- en ese momento me acordé del motivo por el que Carlos habia pegado a un tío y que casi le cuesta la cárcel. No sabía si Carlos estaba dispuesto a compartir esa información con el resto del grupo pero había conseguido que Carlos mínimamente se abriese a mi y me contase algo de su vida, no iba a echarlo por tierra. Tomamos algo en un bar cerca de la universidad y cuando se acercaban las tres de la tarde me despedí de ellos para ir al centro social. Cuando llegué Carlos aún no había llegado asi que me metí en la sala del fondo y me encargué de los niños a medida que iban llegando. Horas más tarde, Miriam, una de las pedagogas que llevaba más de dos años trabajando con nosotros me avisó de que todos los niños que había a su cargo habían sido recogidos por sus padres asi que ella ya había terminado su turno. Sólo quedábamos en el centro el pequeño Hugo, Carlos y yo. No me había cruzado con Carlos en toda la tarde. La verdad es que todavía no había entrado a la habitación en la que él estaba trabajando y no sabía como estaba yendo el resultado de las reformas. Así, cogiendo al pequeño Hugo entre mis brazo me encaminé a la habitación en la que trabajaba Carlos, pero antes de que pudiese abrir la puerta, Carlos salió de la habitación limpiándose las manos con un trapo.

-Creo que yo he terminado aquí por hoy, ¿Y tú?-

-Estoy esperando a que la madre de Hugo venga a buscarle- dije aupando al pequeño que se había entretenido jugando con su coche rojo favorito.

-Bien, nos vemos mañana entonces.- dijo cogiendo su bolsa de trabajo y guiñándome un ojo antes de salir. Vale, no sólo tiene una sonrisa perciosa sino que ahora también sabe quiñar un ojo muy pero que muy bien. Hugo y yo volvimos a la sala después de que Carlos se hubiera ido, pero justo cuando dejé al pequeño en el suelo oí como mi movil sonaba desde mi bolso en la recepción. Salí corriendo a buscarlo y contesté el instante.

-¿Sí?- dije con la voz un poco agitada por la carrera que me había pegado mientras volvía al lugar donde había dejado a Hugo.

-Hola Julia cariño, soy Mónica, la madre de Hugo. He tenido un accidente mientras trabajaba y me han ingresado en el hospital, dicen que por prudencia quieren tenerme esta noche en observación. He hablado con mi madre y no puede hacerse cargo de Hugo, y yo no puedo ir a recogerle. ¿Te importaría quedarte con él esta noche? A ti te tiene mucho cariño y no creo que te de mala noche. Por favor, no tengo a nadie más.- Conocía a Monica desde antes de tener a Hugo, mi madre y ella habían coincidido muchas veces en el colegio en el que ella trabajaba. Mi madre era profesora allí y Mónica, la limpiadora. Muchas veces había venido a casa de mis padres a comer o cenar asi que no dejaba a su hijo en manos de una completa extraña. No pude negarme, adoraba a aquél niño, y haría lo que pudiese por él.

Limbo de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora