Capítulo 36

1.2K 55 29
                                    

*Narrador en tercera persona*

Esa había sido sin duda la peor noche que había pasado Julia en su vida. Sentir a su lado el cuerpo de Carlos, rodeándola, le hizo sentir asco de si misma. Carlos se había abierto en canal a ella y Julia no había hecho nada más que mentirle.

Lloró. Lloró durante mucho rato sobre los brazos de Carlos hasta que cayó rendida de agotamiento. Se había despertado a la madrugada pues su mala conciencia lo la dejaba dormir. Tenía a su lado al hombre perfecto, el hombre del que estaba loca y profundamente enamorada y lo había echado todo a perder acostándose con Javi. "No me lo va a perdonar en la vida" pensaba Julia una y otra vez cada vez que su cara se encontraba con la de Carlos.

Apartó de encima de ella la mano con la que Carlos la rodeaba y buscó entre sus cosas su teléfono móvil. Se moría por fumarse un cigarrillo. Miró en sus pantalones y también en su bolso pero ni rastro del teléfono. "¿Dónde podría haberlo dejado?" se preguntó. De repente Julia recordó la espantada que había tenido de la casa de Javi y pensó que lo más probable es que el teléfono siguiera allí. El corazón de Julia no podía ir más rapido, ¿Y si Javi aparecía por allí con su teléfono movil?¿Qué explicación iba a dar? ¿Como iba a explicarle a Carlos que se había acostado con su ex?

Sin pensarselo dos veces se vistió con la ropa que había colgada en la silla de su habitación y salió de allí sin hacer mucho ruido. Estaba segura de que su imagen sería absolutamente deplorable pero le daba igual, necesitaba arreglar las cosas. Salió de su apartamento y se dirigió tan rápido como pudo al apartamento de Javi, no sabía que hora era pero por las luces de las farolas encendidas y la luz de la luna bañando las calles supuso que serían las tantas de la madrugada. Julia corría por las calles inhóspitas de Madrid queriendo solucionar lo antes posible todo aquello que le había quitado las ganas de comer, dormir, disfrutar de su pareja...

Llegó al apartamento de Javi y con los dedos temblorosos tocó el piso del chico. Esperó durante varios segundos pero nadie contestó. Volvió a intentarlo de nuevo y a los pocos segundos la voz ronca de Javi sonó al otro lado de telefonillo.

—¿Sí?—Dijo una voz adormilada.

—Javi, soy Julia, ábreme por favor.—El chico le abrió la puerta al instante y a pesar de que vivía en un cuarto piso Julia subió a toda velocidad por las escaleras hasta llegar a su piso.

—¿Julia, que haces a las cuatro de la madrugada en mi casa? ¿Ha pasado algo?—Preguntó preocupado por la chica que no paraba de hiperventilar por la carrera que se había metido. Julia respiró profundo un par de veces antes de nada y cuando recuperó el habla se incorporó de nuevo.

—Cre...Creo que... me dejé el movil aquí anoche.—Dijo Julia a la cual el oxigeno se le escapaba de la boca por cada palabra.

—Sí, está aquí, no sabía si ir a tu casa a llevartelo sería una buena idea, y menos después de la espantada de ayer...—Dijo el chico decepcionado.

—Lo siento, es solo qué....No me acuerdo de nada.—Confesó la chica llevándose las manos a la cabeza.

—¿De nada?—Dijo el chico alzando una ceja.

—No, de nada. Sé que vine aquí y que bebimos o bueno, bebí whisky pero no sé nada de lo que pasó después.—Dijo Julia que trataba por enésima vez desde entonces en hacer memoria, pero nada venía a su mente.

—La verdad es que no me extraña, lo raro es que no tengas agujetas después de lo de anoche.—¿Se podía ser más descarado que él? Se preguntó Julia. Ni siquiera sabía como había sacado fuerzas para acostarse con él si estaba segura de que no era capaz ni de sostener firme su cabeza. Prefirió no pensarlo, borrar de su cabeza toda imagen que supusiera a ella y Javi en la misma cama.—Julia.—la distrajo el chico cojiéndola de los hombros.—Te emborrachaste tanto que se te ocurrió que sería buena idea dar vueltas sin parar al rededor de toda mi casa, parecías ifa, como si hablando con alguien imaginario. Me costó mucho acerte entrar en razón y me tuviste detrás de ti toda la noche, hasta que finalmente caiste rendida sobre mi cama.—Dijo Javi con una media sonrisa recordando las locuras que la chica había dicho y hecho aquella noche.

Limbo de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora