Capítulo 15

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*1 de septiembre de hace tres años*

—¿Qué?— Era la tercera vez que Dave me hacía la misma pregunta desde que le había contado mis planes. Suspiré y traté de explicarselo de nuevo.

—Dave, es lo mejor, todos lo sabemos, si me quedo aquí no voy a poder olvidarme de él, hace más de seis meses que lo hemos dejado y le veo todos los días, está en mi cuadrilla, va a los mismos sitios que yo, tenemos los mismos amigos...— cada palabra que pronunciaba me rompía más por dentro si es que eso era posible. Aun así sabía que era necesario darles una explicación, se lo merecían.— Estoy enamorada de él Dave, y él ya no me quiere, hemos estado más de dos años y medio juntos...— Dave negaba con la cabeza una y otra vez, sin parar.— ¿Y tú qué, no vas a decir nada? — dije mirando a Carlos que no había abierto la boca desde que llegó a mi casa.

—Yo tampoco lo entiendo.— dijo sacando un cigarro de su paquete y  encendiéndoselo.

—Vamos chicos, solo voy a terminar la carrera en Londres, podréis venir a hacerme una visita siempre que queráis.—

—Creo que no has entendido muy bien donde está Londres Julia.— dijo Dave. Sabía que Londres no era como irse al pueblo de al lado y que por mucho que dijese que podrían venir a visitarme todas las veces que quisieran eso no iba a ser así, pero necesitaba de algún modo hacerles entender que mi relación con ellos no iba a cambiar, fuera donde me fuese.

—Todo el mundo dice que volverá cuando se marcha pero luego nunca vuelve.— dijo Carlos que estaba apoyado en el balcón de mi habitación, fumando. No me lo estaban poniendo nada fácil, ninguno de los dos. Sabía que para Carlos especialmente la situación era verdaderamente complicada. Javi y él iban juntos a clase en la universidad, siempre habían sido muy buenos amigos, inseparables desde pequeños. Por otro lado Carlos también era mi mejor amigo, me había consolado muchísimas veces que llamaba a su casa llorando porque había tenido alguna discusión con Javi. Él nunca opinaba, nunca decía si mis decisiones o las de Javi habían sido acertadas. Recuerdo el día en el que le conté entre lagrimas que Javi y yo lo habíamos dejado. Noté en su mirada cierto alivio, y no le culpaba pues en los últimos meses le habíamos tenido de intermediario entre ambos.

—Pero yo voy a volver, mi vida está aquí con todos vosotros.— dije intentando que entendiesen que yo no iba a dejarles tirados, que les quería y que volvería, pues no creía que encontrase a nadie con quien me sintiera tan plena como con ellos.

—Pero harás una vida nueva allí, conocerás gente.— dijo Carlos girándose y tirando el cigarro. Sabía que no iban a entender mi decisión, esa tarde no por lo menos. Pasamos el resto de la tarde sumidos en un extraño silencio, sabía que la decisión que había tomado era dura, pero no lo era solamente para ellos, lo era para mí también.

Me iba a ir en solo una semana, en el inicio del curso y aún tenía muchos cabos que atar. Solo Carlos, Dave y mis padres sabían de mi decisión de irme a Londres. A mi madre no le hizo gracia la situación y se negó en rotundo al principio.

—Mamá, me vendrá bien para aprender inglés, seré mas independiente y me abriré más a la gente.— llevaba un buen rato insistiendo y no parecía que mi madre fuese a cambiar de opinión, aun así tenía que intentarlo.

—Te he dicho que no Julia, y no insistas más.— mi madre era increíblemente recta cuando se lo proponía.

—Papá ha dicho que me dejaría...— mi madre alzó una ceja y miró directamente a los ojos a mi padre. Si las miradas matasen mi padre habría muerto ipso facto.

—¿Desde cuando se toman decisiones a dos bandas en esta família?.— estaba empezando a cabrearse y eso no era una buena señal.

—Vamos Maribel, es una buena oportunidad para la niña y lo sabes.— dijo mi padre de una manera suave y pausada. Mi padre era un hombre difícil de sobresaltar siempre estaba calmado y se tomaba los problemas con filosofía.

Limbo de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora