Capítulo 32

1.5K 46 18
                                    

*Carlos*

Me desperté un día más en la cama del apartamento de Julia. Aún no había amanecido. Me giré sobre mi cuerpo y vi, gracias a lo poco que me dejaba la luz de las farolas, la dulce cara de Julia. Sabía que llevaba varios días preocupada por todo lo que había pasado, sintiéndose culpable. Era tan jodidamente vulnerable...

Me levanté despacio de la cama y me metí en el baño. Era el tercer día que me iba de su casa de madrugada y sin avisar. Hacía tres días que Javi no aparecía por la oficina, Mario me había preguntado en repetidas ocasiones por él. Le había contado que había tenido que irse de la ciudad por asuntos personales pero que yo haría su trabajo en su lugar. Y ahí estaba, despertándome más pronto de lo que lo había hecho nunca, listo para pasar más de doce horas metido en la oficina.

Me reventaba que el trabajo me quitara tiempo para estar con Julia pero todo aquello había sido culpa mía y debía acarrear con las consecuencias. Tras vestime salí del baño y eché un último vistazo a la morena que había metida en la cama. Era preciosa, lo era en todas las facetas de su vida, riéndose, comiendo, dormida... absolutamente preciosa. Me costaba horrores dejar esa cama sin poder besarla, si poder tocarla, acariciarla... Desde que habíamos vuelto no había podido disfrutar de Julia ni un solo día, si no era por Dave, era por Javi y ahora el trabajo...

Salí del apartamento de Dave y Julia y me metí en el coche para irme a trabajar. Al llegar a la oficina, solo Mario estaba allí.

—Carlos—Me llamó. Me acerqué a él.—Se me ha olvidado decírtelo pero Javi volvió anoche a la ciudad.—Por un momento mi cuerpo se tensó pensando que podría estar allí.—No tienes por qué seguir viniendo tan pronto. Por cierto, he decidido hacerte caso y he contratado una secretaria que te ayude a organizarte.—

—¿Ahora me haces caso?—Dije sonriendo fingiendo que toda esa situación no me parecía extraña.

—Llevas meses dándome la turre con que necesitas una secretaria y ahora que te la consigo ¿no la quieres?—

—Sisi, no seré yo el que me queje.—Dije dándome media vuelta.

—La ha elegido Javi, espero que sepáis trabajar juntos. Oh y Carlos, esta no te la tires por favor.—Vale, definitivamente la situación era muy extraña. ¿Javi había elegido una secretaria para mí? ¿Por qué haría eso? Por primera vez y con más curiosidad que nunca fui todo lo rápido posible a mi despacho.

Una mujer alta y morena estaba de espaldas cogiendo algunos informes de mi mesa. Aquél cuerpo me era totalmente familiar aunque no sabría decir de que. De repente aquella mujer se dio la vuelta y entendí lo que estaba haciendo Javi.

—Oh Carlos, no te había visto.—Dijo Laura al darse la vuelta y encontrarse con mi cuerpo quieto en el umbral de la puerta.

—¿Laura?¿Qué haces tú aquí?—Dije sin poderme creer aún que todo eso me estuviera pasando a mí.

—Javi me llamó diciendo que necesitabas una secretaria y yo necesitaba el dinero.—

—¿Javi te llamó?—La situación era totalmente surrealista.

*Flashback del 15 de marzo*

Mario y Javi me habían insistido mucho en que salieramos esa noche a tomar unas cervezas para celebrar la colaboración con una empresa japonesa que había conseguido Javi. La verdad era que no me apetecía mucho salir pero no podía seguir dándoles largas. Dave me había aconsejado que saliera, que me despejara la cabeza, sus palabras exactas fueron "sois los dos unos pesados, salid y distraeros" esas palabras me hundieron un poco más pensando que Julia estaba así por mi culpa, por mi egoísmo irracional. Pero al fin y al cabo Dave tenía razon, encerrándome en casa no iba a solucionar nada. Y así lo hice, después de trabajar me junté con Mario y con Javi en un bar cerca de la empresa que solíamos frecuentar muy a menudo.

Limbo de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora