Capítulo 49

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*Narrador en tercera persona*

*Julio de 2024*

Tras la larga cena Carlos y Julia, junto con el resto de sus amigos decidieron, una vez más, salir juntos a festejar el triunfo de Julia aquella noche.

Viajaron a un local no muy lejos del restaurante en el que habían cenado.

Para todos allí, aquella noche de fiesta era un respiro. No eran muchas las ocasiones en las que todos se juntaban para celebrar algo o simplemente sentarse a cenar. Aquél desentreno dio pie al desmadre que estaba a punto de suceder.

Julia que estaba sentada entre Dave y Alba se levantó de su asiento para irse al baño.

Pasó a través de decenas de personas intentando abrirse paso entre la gente hasta el baño.

Esperó a que la persona que tenía delante saliera del baño mientras se recolocaba el pelo frente al espejo.

—¿Julia?—Preguntó una voz detrás de ella. Julia se giró y dio de lleno con Laura. Hacía años que no la veía, estaba mucho más delgada y se había teñido el pelo de negro. Estaba realmente guapa.

—Laura. ¿Qué tal?—Preguntó Julia por cortesía.

—Muy bien. Hacía mucho que no os veía, la última vez Javi me dijo que ibaís a ser padres.—Explicó Laura.

—Sí, hemos tenido una niña.—Dijo Julia que sentía como sus ojos volvían a teñirse de orgullo.

—Oooh, me alegro muchísimo por vosotros. Mataría por ver la cara que puso Carlos cuando se enteró.—Rió Laura.

—La verdad es que casi se cae de culo.—Dijo Julia uniéndose a las risas de la chica.

—También te digo que tiene que estar hecho un padrazo.—Dijo Laura mirando a Julia.

—Lo es. El mejor.—Dijo Julia sonriendo.

—Me alegro muchísimo Julia. De verdad. Dale recuerdos de mi parte.—

—Lo haré.—Dijo Julia antes de entrar al baño que acababa de quedarse libre.

Tras lo ocurrido. Y viendo que la conciencia pesaba más que todo lo que estaba haciendo, una mañana Carlos la encontró en su despacho y cuando le contó que probablemente tendría que irse a Finlandia, Laura no pudo más y confesó lo que desde hace meses llevaba ocultando.

—Carlos yo...—Empezó diciendo sin saber como manejar la situación.— Javi me llamó hace un par de meses, me dijo que Julia y tú os habíais estado riendo de él y que si quería vengarme por todo lo que había pasado entre nosotros. Al principio me pareció buena idea, quería hacerte sentir con Julia una mínima parte de lo que yo sentí contigo cuando desapareciste de mi vida. Me dijo que te tirara por encima un café y que te lo limpiara con una tipo específico de toallitas húmedas. Decía que Julia las usaba cuando estaban juntos y que reconocería el olor al instante. Me indicó que las llevara siempre encima y que me las ingeniara para mostrarselas a Julia indirectamente. Lo tuve fácil cuando María tiró su copa en la camisa de Julia. Creí que aquello era lo que Javi quería y que se quedaría en eso, pero no fue así. Poco tiempo después me llamó. Dijo que quería cenar conmigo, invitarme por haberle ayudado. Dijo que prefería que cenaramos en su casa y que él haría la cena. Se nos hizo tarde e insistió mucho en que me quedara en su casa a dormir. Accedí pues no había llevado el coche y mi casa pillaba bastante lejos. Dijo que él dormiría en el sofá y que yo podía hacerlo en su cama. Así fue como encontré un pendiente de Julia en su cama. Estuvieron juntos Carlos.—Confesó de golpe Laura.

Aquello cayó como un jarro de agua fría sobre Carlos que no sabía la de vueltas que le depararía el futuro.

Julia volvió con el resto pero por el camino un brazo tiró de ella lo que hizo que se diera la vuelta mientras unos brazos la rodeaban.

Limbo de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora