Capítulo 37

1.2K 52 16
                                    

*Narrador en tercera persona*

—¿Estás segura de que esto es lo que quieres?—Preguntó Carlos a su novia que estaba sentada justo a su lado en el avión.

—Sí, absolutamente.—Dijo dándole un beso en los labios a su novio y volviendo la vista al frente.

Iban a despegar.

------------------------------------------------

Carlos había ido a trabajar la mañana en la cual a su novia se le había ocurrido la brillante idea de que se fueran de viaje.

Iba a tener que explicarle a sus socios que iba a cogerse unos días libres para poder irse con Julia de viaje.

Al llegar a la oficina, de los primeros como de costumbre, Carlos pasó directamente al despacho de Mario, era el primero al que iba a comentarle la situación.

—Mario, ¿Te pillo ocupado?—Preguntó Carlos tras dar varios golpes a la puerta del despacho de su amigo.

—No, pasa, una distracción me vendrá bien.—Dijo Mario levantando la vista de los papeles.

—Quería comentarte algo.—Empezó diciendo Carlos que avanzó por el despacho hasta quedar justo en frente de la mesa de Mario.

—Claro, dime.—Dijo Mario cruzando los dedos de sus manos y poniéndolas sobre la mesa.

—Quiero cogerme unos días libres.—Dijo Carlos mirando fijamente a Mario que cambió su expresión por completo.

—¿Ha pasado algo?— Preguntó Mario que no estaba acostumbrado a oir que su amigo iba a faltar al trabajo.

—Nono, está todo bien, solo quiero coger unos días libres de vacaciones.—Explicó Carlos.

—Está bien, por mi no hay ningún problema, pero tendrás que hablar con Javi.—Dijo Mario. Aquello era lo que Carlos temía, tenía que conseguir una manera de que Mario le diese aquellos días libres sin tener que pasar por la ardua decisión de Javi.

—Verás, es que...El viaje no voy a hacerlo solo.—Dijo Carlos rascándose la nuca buscando una manera de explicarle la situación a Mario sin meterse en detalles escabrosos.

—Vaya... Carlos Right, no sólo me sorprendes con tus vacaciones sino que además has encontrado a alguien que te acompañe... Ya nada puede sorprenderme.—Dijo Mario levantándose de su silla.

—Si pues siéntate por que te vas a caer de culo cuando te diga de quien se trata...Es Julia.—Efectivamente Mario cayó en su silla nada más oir el nombre de Julia.

—¿Pero tú estás loco?—Dijo Mario cuando se recuperó de la sorpresa.

—Mario, no es una tía más, te lo juro, ella es especial.—Replicó Carlos.

—Carlos, ¿Por qué siempre haces complicado lo más sencillo?—Desaprobó Mario.

—La quiero de verdad, no hagas más complicadas las cosas de lo que ya son.—Pidió Carlos.

—Supongo que de esto Javi no sabe nada...—

—Sí, lo sabe.—

—Ahora entiendo el moratón del otro día, te lo hizo él, ¿Verdad?—

—Sí, por eso sé que si le pido esto a él se negará en rotundo.—

—Tienes cuatro días, te quiero aquí de vuelta el lunes, y le diré a Javi que has tenido que hacer un viaje por asuntos personales.—Dijo Mario volviendo a sus papeles.

—Gracias Mario.—Dijo Carlos dándose media vuelta y emprendiendo camino a su despacho. Pero antes de salir las palabras de Mario le hicieron volver a girarse.

Limbo de cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora