25

108 2 0
                                    

Capitulo 25: La vida.

[ s u p e r v i v e n c i a ]

Me encontraba en la cocina preparando unas pizzas junto con Noah. Ustedes pensaran que eso no es malo, de hecho que es algo tierno. Pero no lo es.

Si es malo cuando te tienen encerrada, sin salida, sin nadie que sepa que estas viva y mucho menos en contra de tu voluntad. En teoría estoy secuestrada. Lo único que me faltan son cadenas y estoy en un calabozo de películas.

Le pongo salsa a la pizza y evito hacer contacto visual con Noah. Aveces me produce náuseas mirarlo.

El me mira y sonrie. Esta loco y es bipolar. Solo espero que alguien se le ocurra buscarme porque siento que voy a morir en cualquier momento.

Extraño a mi madre, a Haden. A mis amigos. Me estarán buscando?.

- Nena te gusta con tomate o sin tomate?- habla Noah.

No contesto.

- Te hice una pregunta-. Vuelve a decir ahora menos calmado.

Sigo sin contestar mirando el queso mientras lo corto en pequeños cuadraditos.

- ES QUE ESTAS SORDA??- me grita en el oído y doy un salto del susto.

Lo miro a los ojos y me hecho para atrás.

- Me quiero ir Noah, por favor. Si me dejas ir ahora te prometo que no te voy a denunciar. Por favor- le ruego por última vez.

El me mira con aire superior y dice.

- Estas en casa ahora Lucia. Nada te va a pasar, lo prometo-. Habla feliz.

Estoy perdida.

Luego de cenar nos fuimos directamente al cuarto. Donde por supuesto quiso tener sexo conmigo. Me negué rápidamente y finalmente aceptó a duras penas.

Ya es de mañana y los rayos del sol iluminan la gran habitación. Diria que es un hermoso dia, pero la verdad es que no lo es cuando te tienen secuestrada.

Noah duerme abrazado a mi. Como si fuera una maldita garrapata. Me produce ganas de dejar de respirar de solo pensar en el.

Algo en la habitación esta vibrando.

Su teléfono que esta arriba de la mesita de luz. No puedo ver quien lo esta llamando desde donde estoy. Pero me levanto silenciosamente y camino hasta el otro lado de la cama, agarro el teléfono y veo quien llama. Podría ser mi única salida.

Dios mio, es Haden.

Camino rápido hasta la puerta y la abro con sumo cuidado de no hacer ruido y despertar al monstruo.

Salgo al pasillo y atiendo.

- Haden??- hablo.

- Lucia??? Eres tú? Donde carajos estas? Estas bien?- empieza a preocuparse.

Estoy tan feliz de volver a escuchar su voz. Se siente tan familiar, tan reconfortante.

- Haden no tengo tiempo de hablar, Noah me tiene atrapada en una especie de cabaña en el medio del bosque, nose su ubicación pero te la mand..- el celular me es arrebatado de la manos.

Miro horrizada a Noah que permanece frente a mi con cara de pocos amigos.

- Con quien mierda hablabas?- pregunta tranquilo. Aún.

No contesto.

- Vas a hacer tan difíciles las cosas?- se acerca.

- Alejate de mi Noah, no te quiero cerca- puedo sentir como una lágrima resbala por mi mejilla. Tengo que ser fuerte.

Yo solo quiero ir a casa. Quiero poder ver a mi madre, abrazarla y decirle lo mucho que la extraño. Quiero poder ver a mi mejor amiga y decirle lo mucho que me hace falta, sus bromas, sus risas, sus comidas, su amor. Quiero poder ver a mi Haden. Decirle lo mucho que significa para mí estos dias.

Supongo que la vida me tiene preparada otra cosa.

- Ahora no vas a hablar?- me analiza con la mirada.

Sigo sin contestar.

- Bien- . Me empuja a la cocina.

Me agarra del brazo y me sube a la mesa.

Empieza a besarme con desesperación, como si estuviera hambriento de hace dias. Con posesividad y lujuria. No quiero responder pero cuando no lo hago es peor. Me agarra más fuerte y me hace daño.

Manosea mi trasero y lo aprieta contra el.

Me acuesta sobre la mesa y se sube encima sin aplastarme.

Se saca la remera y se baja los pantalones. Hace lo mismo conmigo.

- Te voy a demostrar lo mucho que me calienta que te hagas la difícil- dice ronco.

Me penetra de golpe y suelto un grito de horror. Me ha hecho daño. Empieza a moverse despacio y luego sube la velocidad. Me besa en todos lados. El cuello, la boca, los pechos. Me da asco.

Cuando llega al climax sale de mi y se vuelve a acomodar la ropa. Nisiquiera pude llegar al orgasmo, eso es obvio y menos en esta situación.

Yo sin esperar nada de su parte, me levanto de la mesa y acomodo mi remera junto con mi pantalón.

Me siento usada y sucia. Necesito un baño.

- A donde vas nena?- habla amoroso.

- A ducharme- contesto tajante.

Y sin esperar ninguna respuesta me meto al baño y no salgo por horas.

Cercana obsesión© [ EN CORRECCIÓN ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora