They don't know about us (Niall Horan)

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Capítulo 3

-Un gusto, soy Niall Horan –me estiró su mano para estrecharla.

-Sí, sí, sé quién eres –estaba realmente en estado de shock. En cualquier momento caería sobre mi espalda.

Niall rió con ternura mientras estrechaba con delicadeza mi mano

-¿Te gustó el concierto? –pregunto tratando de “romper el hielo”

-Fue lo mejor que ha pasado en toda mi vida –hice un gesto con las manos.

-Tampoco fue tanto –rió modesto y luego guardó silencio unos segundos- ¿Paul por favor podrías dejarnos solos? –le pidió al hombre, él inmediatamente dejo el lugar.

-Sí lo fue, siempre había querido verlos en persona, todo fue como un sueño… que aun no acaba –le sonreí.

Niall me sonrió coqueto.

Estuve casi dos horas hablando con Niall ¿Quién creería que eso podría pasar? Si haberlos visto en persona había sido un sueño, ¡hablar con Niall Horan había sido algo de otro planeta! Era el hombre más tierno, amable, caballeroso y respetuoso que alguna vez había conocido. Pero no podía quietarme de la cabeza la idea de que ¡Era Niall Horan! ¡Niall Horan de One Direction! Tal vez uno de los chicos más deseados por millones de chicas en todo el mundo, y yo, yo estaba hablando con él.

-Es tarde, me tengo que ir. –le dije un poco triste.

La sonrisa de su rostro se esfumó instantáneamente- ¿Te puedo llevar a tu casa?

-Sería una locura si alguien te ve saliendo de acá, y más si yo voy contigo –reí.

-Tal vez tienes razón. Pero, ¿Te volveré a ver? –tomó mi mano.

-Espero que sí –fingí una sonrisa, ya que por dentro estaba verdaderamente muy triste, todo lo que estaba pasando se acabaría en ese momento.

-No quiero que olvides todo lo que paso –ahora me tomo ambas manos.

-Sería imposible –exclamé obvia.

-Adiós –me abrazo con suavidad.

Me fui caminando lentamente hasta la puerta, salí en total silencio, tomé un taxi y me fui a casa, al llegar mi madre estaba dormida y mi padre aun no llegaba, así que me fui a mi habitación. No sin antes pasar por la cocina y husmear por todas partes hasta encontrar algo de comer. Me cambié rápidamente y recosté en mi cama, no lograba quedarme dormida, ¿Después de un día como ese quien podría hacerlo? Niall Horan había querido hablar conmigo, entre millones de chicas en el concierto y él solo quiso hablar conmigo ¿Quién hubiera podido imaginarlo? Lo último que me hubiera podido imaginar al llegar al concierto era que Niall Horan me pidiera que me quedara para hablar con él. En definitivo había sido un día bastante loco, tenía que dormir o a la mañana siguiente parecería un zombi. Casi a las 2 de la mañana logré quedar dormida, después de dar vueltas y vueltas en mi cama caí profundamente dormida. A la mañana siguiente fue lo mismo de siempre: desayunar sola, televisión, cantar y bailar hasta el cansancio las canciones de One Direction y arreglarme un poco. Llamé a Adam para que fuera a hacerme un poco de compañía en mi monótono día.

-Hola ____ -dijo alegre Adam al atravesar la puerta de mi casa.

-Hola Adam –le sonreí

-¿Cómo te fue en el concierto? –se acomodó en uno de los sillones del living.

-¡Fue lo más sublime de toda mi triste existencia! –empecé a saltar sin razón.

-Tampoco pude haber sido para tanto

-El concierto fue un sueño. Pero lo mejor pasó al terminar el concierto

-¿Cómo puede ser eso?... ¿Qué hiciste en el taxi? –bromeó mirándome pícaro.

-Eres un idiota –carcajeé y lo golpeé.

-Entonces explícame           

Duré bastante tiempo tratando de explicarle a Adam que fue lo que paso después del concierto, ya que él me interrumpía haciendo aportes realmente muy estúpidos cada vez que empezaba a hablar.

-No te creo

-No me creas –dije sin darle importancia.

-¿Esperas que crea que Niall Horan le pidió a un hombre de seguridad que te hiciera quedarte solo para poder hablar contigo? –dijo sarcástico.

-¡Pues no me creas!

Estuvimos peleando bastante tiempo más hasta que decidí acabar con la estúpida discusión, más tarde salimos a comer un helado. Cuando regresé a casa recibí una llamada de mi madre, diciendo que tendrían que viajar ella y mi padre a visitar a un viejo amigo enfermo fuera del país, así que le pedí a Adam que se quedara esa noche en mí casa. El día siguiente fue lo mismo, aunque un poco más divertido en compañía de Adam. En la noche estuve sola, me senté como siempre en el cómodo  del living a ver televisión y luego fui a dormir. Así pasaron los días; monótonos y aburridos.-

Era 14 de Diciembre, ya habían pasado 4 días desde el día del concierto, desde el mejor día de toda mi existencia, aun no había podido olvidar lo que había pasado aquella noche, aun suspiraba al recordar cada palabra que Niall me dijo. Pero cada día me iba perdiendo poco a poco la ilusión de volverlo a ver. Mis padres aun seguían fuera del país así que esa noche volví a invitar a Adam a quedarse en mi casa. Al llegar estuvimos un rato jugando como niños en el patio y luego salimos a comer algo, al volver a casa fuimos a mi habitación a tener un divertido juego de póker.

-¿Has vuelto a ver a Niall Horan?

-No –dije seria mientras observaba mis cartas.

-¿Ves? Te lo dije.

-Lo sé –puse mi mirada sobe el- Es sólo que aun guardaba un alguna esperanza –un lágrima se deslizó por mi mejilla.

-No llores linda –limpió delicadamente con su pulgar la lagrima que se deslizaba por mi mejilla.

-Ilusa, eso es lo que soy ¿Cómo creí que lo volvería a ver? Es de los chicos más famosos en este momento, debe tener millones de chicas detrás de él. ¿Cómo esperé que me recordara a mí? –las lágrimas empezaron a salir sin piedad por mis ojos.

-No llores pequeña –me acercó a él, yo me acurruqué en su pecho mientras intentaba controlar mis lagrimas- Si no te recuerda es un verdadero estúpido –decía mientras acariciaba apaciblemente mi cabello.

-Sólo soy una más entre las miles de millones que gritan su nombre a diario –dije entre lágrimas.

-Vamos ___, no llores más –me separo lentamente de él- ¡Además mira como dejaste mi camisa! –bromeó.

-Estúpido –reí.

Estuvimos jugando un rato más antes de que el sueño nos tumbara.

Era la 1:30 de la mañana y pequeños golpes en mi ventana me obligaron a despertarme. Estaban lanzando pequeñas piedras que retumbaban contra los cristales de la ventana, me levanté rápidamente de mi cama y Adam no se despertaba así que me asome dudosa para ver de qué se trataba. Mi corazón se detuvo al tiempo que mis piernas se doblegaron torpemente al ver a…