Capítulo 8
-Creo que entonces ambos necesitamos acostumbrarnos. –reí nerviosa.
-Así es –también rió- Ahora escúchame –me miro a los ojos- Sabes que puedes contar conmigo en cada momento, en cada situación y sin importar qué pase ¿Bien?
-Claro Niall, y tú conmigo –le sonreí.
Luego de esa pequeña charla, salimos al patio trasero a tomar algo de aire fresco.
-Niall, me doy asco a mí misma, voy a subir a darme una ducha.
Entré a la casa de prisa, subí las escaleras, al llegar a mi habitación entré rápidamente al baño, encendí la ducha mientras me desvestía y entre cuando el agua se calentó por completo. Trate de no demorarme demasiado, pero era imposible, el agua para mí era algo mágico, sentirla deslizarse por mi piel como quitando pesos y preocupaciones de encima, era algo sencillamente maravilloso. Después de casi 25 minutos salí de la ducha, envuelta en una pequeña toalla blanca y con mi cabello cayendo sobre mi espalda y hombros. Me envolví con una toalla que apenas me tapaba hasta un poco más abajo del trasero, salí del baño y rápidamente me dirigí a mi armario para escoger qué me pondría, cuando estuve de espaldas en mi armario escuché la suave respiración de alguien tras mío, toda la sangre de mi cuerpo subió a mis mejillas que casi explotan gracias a eso. No fui capaz de voltear a verlo, sabía claramente quién era y me sentí infinitamente apenada de que me viera así.
-Esa es linda –señaló una blusa colgada en mi armario.
-¿No te enseñaron a no entrar en habitaciones ajenas mientras alguien se cambia? –me volteé a verlo.
-¿No te enseñaron a ver quién se encuentra en tu habitación cuando sales de la ducha? –subió una ceja de manera divertida.
-¡Niall!-alargué riendo. Puse mis manos sobre su pecho para empujarlo fuera de la habitación.
-A mí me gusta cómo te ves así –rió mientras me observaba de pies a cabeza.
Bufé y cerré la puerta en frente suyo.
Tapé mi rostro de vergüenza, nunca nadie me había visto en ¿tan poca ropa? ¡Ni siquiera traía ropa! Me avergoncé aun más cuando me miro de pies a cabeza. La verdad, todos decían que tenía un excelente cuerpo y tal vez yo lo sabía en el fondo, pero cuando era una niña todos se burlaban de mí por tener algunos kilos de más. Desde ahí quede una pequeña marca en mi cabeza que nunca me dejó sentir cómoda con mi cuerpo. A pesar de mi maravilloso estado físico y los excelentes resultados del gimnasio no me podía sentir muy cómoda conmigo misma. Después de todo eso me puse un par jeans ajustados que enmarcaban bien sin llegar a ser vulgares mis trabajadas piernas y una camisa fresca color blanco, perfecta para el verano. Para terminar mi monótono look puse un par de flatts (ballerina/baletas) que jugaban perfecto con el resto de mi ropa. Arreglé bien mi cabello, cepillé mis dientes y me puse un poco de brillo labial y mascara.
-¡Niall! –lo llamé mientras bajaba las escaleras, me respondió desde el living.
-Niall… -me quede pensando en cuanto me senté junto a él en el sillón.
-¿Si? –me respondió atento.
-¿Hoy no tenías ningún compromiso? Eres famoso, siempre estás dando conciertos, grabando canciones, en reuniones con importantes disqueras o firmando autógrafos…
-Hoy no teníamos mucho que hacer, igual los chicos me están cubriendo. Ellos entienden –sonrió.
-Ellos… ¿lo saben?... ¿Saben que estás aquí? –pregunté nerviosa.
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They don't know about us (Niall Horan)
Hayran KurguNadie jamás podría saber qué ocurre tras las cámaras y el espectáculo. Nadie sabe que tal vez las grandes estrellas también tienen sus locos y pequeños secretos.