They don't know about us (Niall Horan)

7

Capítulo 7

-…A mí nunca me ha pasado, pero creo que puede ocurrir.

Niall asintió tranquilamente con su cabeza y devolvió su vista al frente

Estuvimos hasta las 6:30 de la mañana viendo películas en la televisión y a las 7:00 hice el desayuno para los tres.

-¡Adam! –lo llame desde el primer piso para que bajara a desayunar- ¡¿Adam no vas  a desayunar?! –esperé unos segundos a que Adam respondiera, pero no escuchaba nada.

Subí a mi habitación para ver si Adam aun seguía dormido. Entré y no encontré a nadie en mi habitación, di largas zancadas hasta la habitación de huéspedes: nada, fui a la habitación de mi hermano: nada, a la habitación de mis padres: ¡Nada!

-¡Adam! ¡Adam! ¡Adam! –seguí gritando mientras buscaba desesperadamente en todas las habitaciones, luego de buscar por unos minutos volví a mi habitación. Al sentarme sobre mi cama sentí el crujido como de un papel al arrugarse, me levanté rápidamente para ver que era. Me encontré con una nota: “____, ¿Querías que te dejara sola? Ya está, te dejo sola. Por fin lograste deshacerte de mí, felicitaciones y que seas muy feliz con tu amigo el famoso. Atentamente: Adam” sentí la rabia salir desde mi pecho e inundar todo mi cuerpo, tome la nota con fuerza en mi puño y la arrugué con desespero. Un gruñido con rabia salió por mi boca mientras lanzaba la bola de papel contra la pared. Puse los codos sobre las rodillas y con las manos cubrí mi cara. Me quede unos instantes pensando en lo infantil que podía llegar a ser Adam, algunas lágrimas de rabia lograban  escapar de mis ojos, entonces sentí unos pasos entrar lentamente a mi habitación.

-¿Estás bien? –escuché su melodiosa voz desde la puerta.

-Lo siento Niall. –me pare de la cama- Como verás mi amistad con Adam es un poco dramática-traté de sonreír.

-No te preocupes…Dime, ¿Quieres contarme  qué pasó? –me rodeó tímidamente con sus brazos para tratar de consolarme.

-Es un idiota… -dije con la voz cortada por las lagrimas, puse mi rostro sobre su hombro.

-¿Qué te hizo? –su voz sonó molesta.

Me separé de él y fui donde había caído la bolita de papel, la desarrugué y se la entregué. Niall la tomo y la leyó apresuradamente, al terminar de leerla me miro por un instante y arrugo nuevamente la nota para lanzarla con fuerza.

-No llores… -murmuró mientras acariciaba mi cabello- Sé que debes tener muchos más amigos.

-Pero Adam era como mi hermano, era a quien yo le contaba todo sobre mí, era la única persona que me acompañaba en todo momento, en toda situación, sin importar que pasara. Él era un gran amigo.

-Un gran amigo no te abandona así –susurró.

-Lo sé. Ahora estoy sola, todos mis demás amigos son superficiales y en realidad no son verdaderos… -las lágrimas seguían saliendo por mis ojos, volví a apoyar mi cabeza en su hombro. ¿Estaba llorando en el hombro de Niall Horan?

-No estás sola…

-Si lo estoy, mis padres siempre desaparecen, Adam se fue y mi hermano tampoco está.

-Pero estoy yo.

-Gracias Niall… Pero no creo que quieras que te vean conmigo.

-¿Por qué no? ¿Qué tendría de malo?

-Eres extremadamente famoso. Todos los ojos siempre están sobre ti, además piensa en que diría la prensa, tus fans, tus compañeros ¡Que diría el mundo! Qué pasaría si te vieran conmigo… una chica cualquiera.

-No eres una chica cualquiera… eres ___, eso ya te hace especial. –sonrió.

-Todas tus fans me odiarían si me vieran contigo.

-¿Por qué? Además si en verdad me quieren sabrían aceptarte… como mi felicidad; tu. –susurró a mi oído.

-¿Estás seguro de eso Niall? Se supone que tu deberías salir con otras estrellas, no lo sé; Demi Lovato, Miley Cyrus, Amy… -puso su dedo sobre mis labios haciéndome callar antes de terminar la frase.

-Ellas son hermosas, muy talentosas…Son estrellas, y precisamente por eso no salgo con ellas, me intimida salir con chicas tan llamativas y escandalosas, también están en ojo del huracán… en cambio tu no. Cuando salgo con alguna de ellas, soy Niall Horan la súper estrella de One Direction, mientras que contigo soy solo Niall… ¿sabes hace cuánto quería poder volver a ser solo Niall?

-Gracias –lo abracé.

-No tienes nada que agradecerme. Yo tengo que agradecerte por dejarme entrar en tu vida.

-Yo a ti por haber llegado a ella –le sonreí.

Niall se quedó observándome por un buen rato mientras acariciaba mi mejilla con una suavidad y delicadeza increíble. En cualquier otro momento en el que estuviera pasando esto, yo estaría realmente incómoda con una mirada tan penetrante y expresiva como la que Niall tenía. Normalmente me sentiría muy incómoda con lo que estaba pasando; pero por alguna razón con Niall no me sentía incomoda, no sólo porque el silencio que había entre los dos no era un silencio incómodo, sino uno muy relajante y no había necesidad de palabras para decir algo, sino porque solo su presencia me hacía sentir más segura y con más confianza en mí misma de lo que había sentido en toda mi vida… siempre había amado a este chico. ¿Y quién imaginaria que estaría en mi casa diciéndome que él me acompañaría en todo momento? Muy poco creíble ¿no?

-Niall, es tarde. Deberías irte ahora, más tarde va a haber mucha gente y si te ven salir de acá va a haber una histeria…

-¿Cuántas veces tengo que decirte que no me importa si me ven salir de acá? ¡Que no me importa si me ven contigo! Sino que estaría feliz de que me viesen contigo ¿Por qué no lo quieres entender? –puso mi rostro entre sus dos manos mientras hablaba.

Agaché la mirada- Niall, desde que conocí One Direction, eres como mi amor platónico, alguien con quien pensé que ni siquiera hablaría en toda mi vida, eras toda mi adoración, siempre fuiste todo para mí. Y ahora, mira, estás en mi casa, estamos hablando y tú me estás diciendo  todo esto. Esto es de verdad muy extraño para mí, lo siento. –volví a subir mi rostro, solo para poder volver a ver sus hermosos ojos azules- Solo dame tiempo para acostumbrarme a esto –reí.

-Para mí también es extraño, siempre estuve acostumbrado a ser el chico soltero de One Direction, mientras todos salían a citas yo me quedaba con amigos o solo en casa. Todos salían con chicas y yo nunca me pude acostumbrar a eso, me sentía tan observado y cohibido de ser yo mismo cuando lo hacía… pero ya no. –una tierna sonrisa apareció en su rostro.-