They don't know about us (Niall Horan)

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Capítulo 4

… ¿Niall? ¡¿Niall Horan?! ¡¿Niall Horan frente a mi ventana?! Esto ya no era real… Y tampoco quería que lo fuera.

-¿Niall? ¿Qué haces acá? –murmuré con suficiente fuerza para que Niall, que se encontraba abajo, me escuchara.

-Vengo a verte –sonrió-.

-¿Sabes qué pasaría si alguien te viera a esta hora acá? –reí.

-No me importaría mucho –su sonrisa se hizo más amplia

-Creo que debería dejarte entrar ¿no? –reí ante mi torpeza.

-Sería una gran idea. –se encogió de hombros.

-Espera –le dije antes de retirarme de la ventana. Me di vuelta para buscar mi albornoz (bata/levantadora) ya que estaba en mi pijama de verano; muy reveladora para recibir visita.

Puse el albornoz sobre mi cuerpo y salí corriendo escaleras abajo. Mis piernas trataban de pasarme una mala jugada; haciéndome tropezar contra todo, la emoción era increíble y mientras más me acercaba a la puerta el aire iba desapareciendo a medida que los nervios iban creciendo.

-Hola –sonrió cuando le abrí la puerta.

-Hola Niall –respondí con mi voz temblorosa.- Pasa, por favor. –ambos entramos al Living de mi casa, me senté en el sofá y Niall en la silla que se encontraba frente a mí.

-Siento venir a esta hora, pero es en el único momento donde no hay camarógrafos, fans frenéticas o alguna de esas cosas.-dijo avergonzado.

-No hay problema –sonreí.

-¿No tendrás problemas con tus padres por esto?

-No están aquí, salieron un tiempo del país.

-Entonces… ¿Estás sola?

-No mi… -antes que pudiera la frase apareció Adam en la entrada del Living.

-No, yo estoy con ella. –contestó antes que yo pudiera pronunciar palabra.

-Exacto –murmuré.

La bella sonrisa en el rostro de Niall desapareció al ver al chico frente a nosotros.

-Oh, lo siento. Si quieren me voy. –rápidamente se puso en pie de la silla.

-No te preocupes Niall, es mi mejor amigo. Sólo me está acompañando unos días mientras mis padres regresan. –le dije para evitar que se fuera.

-Es tarde, ¿Acaso no te enseñaron que no se hace visitas a esta hora? –volvió a hablar Adam

-Sí, lo sé. Pero no podía venir en otro momento, ya le expliqué por qué a ____, y creo que no tengo porque explicártelo a ti. –le respondió Niall

-No me importa que tan famoso seas, es irrespetuoso esto –dijo Adam molesto.

-¿Adam, podría hablarte un momento? –fui donde Adam y lo tome del brazo.- Lo siento Niall, ya vuelvo.

Caminé de prisa con Adam a la cocina, estaba realmente muy molesta con él.

-¡¿Qué te ocurre?! –lo solté con brusquedad.

-¡¿Que, qué me ocurre?! ¡Son casi las 2:00 de la mañana!

-¿Y a ti qué te importa? ¡Vino a visitarme a mí! –enfaticé esa última palabra.

-¡¿Y qué?! Es de madrugada ¡¿A quién se le puede ocurrir venir a estas horas?!

-¡¿Por qué te interesa tanto que me haya venido a visitar?! –le grité molesta.

-¡Porque te amo! ¡Porque eres mi mejor amiga desde que tengo memoria! Porque solo no quiero que te lastimen… -sus ojos se cristalizaron. Oh dios, lo había herido. Sentí mi estómago contraerse.

-Adam…–me tranquilicé- Adam, lo siento mucho, siento hablarte así. Pero por favor déjame, sabes que esto es como un sueño vuelto realidad, sabes cuánto admiro y he amado a Niall Horan. Ahora está afuera, vino hasta mi casa a hablar conmigo, esta esperándome y no pienso perder esto. Yo también te quiero Adam –lo abracé con fuerza- Ahora solo te pido un favor, vuelve arriba o quédate donde quieras, pero por favor déjame sola un momento.

-Tienes razón, lo siento mucho –se dio la vuelta y se fue.

Di un hondo suspiro, acomodé bien mi cabello y me dirigí nuevamente hacia el living.

-Lo siento –dije avergonzada.

-No te preocupes. ¿Algún problema?

-Él es un poco…-me quedé en silencio como buscando la palabra indicada.

-¿Celoso? Se nota que es así, también que le gustas mucho –mencionó serio.

-Si… Pero es mi mejor amigo, y quisiera que ya olvidara eso…

-¿Que se olvidara de ti?

-No, solo que dejara de comportarse así, y que admitiera que lo que él quiere nunca va a ser.

-Eso es un poco cruel…

-No lo creo, lo quiero demasiado. Pero es como un hermano para mí, crecimos juntos y no lo puedo ver de otra manera que como mi mejor amigo.

-Yo también estaría celoso si fueras mi mejor amiga –sonrió.

Sentí el calor de la vergüenza subir rápidamente por mi cuello, hasta mis mejillas. Ardieron.

-El rojo te va bien –se cambió se asiento a quedar junto a mí.

-No me gusta que me vean sonrojada –rápidamente volteé mi rostro hacia otra dirección.

-¿Por qué? Te ves tan linda –murmuró la última parte.

Una pequeña sonrisa tímida se dibujó en mi rostro. No estaba acostumbrada a los halagos. Volteé a verlo, me encontré con un par de profundos ojos azules que me observaban con atención- Hablando de otra cosa… ¿Cómo encontraste mi casa? –cambié de tema.