Quédate aquí conmigo

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Me desperté con un fuerte dolor de cabeza, cuando abrí los ojos me dí cuenta de que no estaba en mi habitación, estaba... en un sitio muy raro que no habia visto nunca, como casi todos los lugares de esta escuela para ser exactos.
Me costó mucho sentarme, estaba casi sin fuerzas, y ví que estaba en una camilla, ¿estaría en un hospital?
-____, ya te despertaste- esa voz... era ¿Draco? -¡Draco! ¿Dónde estamos? ¿y que hacemos aquí?- lo ví en otra camilla al lado mio mirandome, nos separaban un metro o dos como mucho.
-Tranquila, ya he hablado con Madame Pomfrey, es la doctora de la escuela, estamos en la pequeña consulta que tiene, al parecer ayer nos desmayamos, estabamos muy débiles por no haber comido nada, y nos trajeron aquí lo más rápido que fuera posible-
-¿Y cuánto vamos a estar aquí?-
-Por ahora dos días más, pero si todo va bien y no pasa nada esta tarde estaremos fuera- ufff, menos mal, me gustaba pasar rato con Draco cuando no era un gilipollas integral, pero iba a ser muy incómodo.
-Ah por cierto ____- siguió Draco -mi madre y tus abuelos van a venir a vernos dentro de un rato- ¿madre? y... ¿su padre? -oye, ¿te puedo hacer una pregunta?-
-Vaya, ya veo, eres de las que van rápido- y me dedicó sonrisa pervertida
-Más quisieras que te pidiera salir- rodé los ojos y él empezó a reirse -me referia... a una pregunta sobre tí... si no quieres contestarme lo entenderé, pero ya que tu sabes sobre mis padres me parecía el momento de preguntarte por los tuyos-
-Adelante preguntame. Nadie sabe nada sobre mis padres porque es un tema del que no me gusta hablar, pero no se por qué, contigo me siento seguro hablando de eso- dicho eso bajó la cabeza y pude ver como se sonrojaba, se vió tan mono...
-Pues... ¿tienes padre?- lo pregunté muy rápido y desvíe mi mirada, no sabía si le molestaría.
-Bueno... es una historia algo larga, pero de verdad necesito contartelo, ya que creo que eres la única que conoce mi verdadero yo... Verás, mi padre es un mortífago, y un verdadero capullo siendo realistas. Os llamaba sangre sucia porque es lo que mi padre me ha enseñado a decir, desde que apenas tengo consciencia mi padre me daba charlas constantemente sobre el estatus de la sangre, crecí a su lado aprendiendo a creerme superior a todo eso, pero esa era una parte de mi, la otra parte fue educada por mi madre, la persona más hermosa que vas a ver en tu vida, "o al menos eso creía hasta que empecé este curso"- lo último lo susurro, esperando que no lo escuchara, pero tengo un oído muy fino y lo oí perfectamente, ¿se refería a mi? -ella me enseñó a cuidar de la gente, a no juzgarles, a pedir perdón, a dar las gracias... sé que eso es lo que debe hacer una madre normal y corriente, pero para mi esas cosas, esos detalles, la hacían única, yo siempre quise ser como mi madre, era mi heroína...- ví como se le escapaba una lágrima, yo tenía los ojos vidriosos, lo que había dicho de verdad me dolía muchisimo, todos veían sus fallos, su odio, pero nadie vió su bondad, debajo de la máscara que llevaba.
Ya se me estaban escapando muchísimas lágrimas, y a él se le habían escapado unas cuantas más, tenía la cabeza bajada y los ojos cerrados. No sé como lo conseguí pero me pude levantar, me senté a sus pies. Le levanté la barbilla para que me mirara -eres la persona más valiente que he conocido en mi vida- y acto seguido le abracé, estuvimos así unos minutos, los dos necesitabamos un abrazo asi -no te vayas nunca por favor ____- se me partió el alma, casi no podía pronunciar una palabra.
Poco a poco nos fuimos separando sin dejar de mirarnos a los ojos, me dí la vuelta para volver a mi camilla pero un brazo me paró, me giré y antes de que pudiese darme cuenta de lo que estaba pasando sentí unos labios contra los mios, este beso era distinto, mostraba el amor, cariño y ternura que nos teníamos. Estuvimos así unos segundos más y nos separamos -quédate aqui conmigo hasta que vengan nuestros familiares por favor- me puso esa cara de perrito a la que no me puedo resistir, le sonreí y me acosté a su lado, mirandonos a los ojos, apoyé mi cabeza en su pecho y el me abrazó, así me quedé dormida.

-¡¡____!! vamos, rápido nuestra familia está a punto de venir- me despertó Draco, al escuchar eso fuí corriendo a mi camilla, y justo cuando me acosté las puertas se abrieron.
-¡¡ABUELOSSS!!- vinieron lo más rapido que podían hacia mí y me dieron un abrazo, los echaba MUCHÍSIMO de menos -¿y este chico quién es?- preguntó mi abuelo -Ah, casi se me olvida, él es Draco, fue con el que me quedé encerrada, la verdad es que no sé que hubiera hecho sin él ahí sola, me estuvo protegiendo todo el tiempo- ambos nos sonreimos y mi abuela corrió a abrazarlo -Oh mi niño, muchas gracias por cuidarla, te debemos la vida- Draco se quedó asombrado, pocas veces en su vida habría recibido un abrazo así -De nada, ha sido un placer estar con ella, su nieta es la chica más lista y linda de Hogwarts- Draco me guiñó un ojos y yo me ruboricé.
De repente oímos las puertas abriese otra vez, ví entrar a una mujer con el pelo rubio platino, como el de Draco, y me supuse que sería su madre. Mis abuelos la vieron y los tres, junto a la madre de Draco, abrieron los ojos como platos
¿Qué les pasa?
-¡¿Nar-narcissa?!- gritó mi abuela
-¡¡DIOS MIO NO PUEDE SER, HOLAA!!- La mujer se acercó deprisa a mis abuelos y les saludó con un abrazo lleno de felicidad.
Draco y yo nos miramos perplejos por lo que estaba pasando. ¡¿NUESTRA FAMILIA SE CONOCIA?!

Mi princesa SlytherinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora